domingo, 11 de octubre de 2009

FoTo ReLaTaDa 2


Un día mi suerte se decantó hacía el doble seis.

No dejó de salirme aquella noche, y todas las siguientes.

Gané mucho dinero y no perdí ni una pelea.

Mi bolsa aumentaba día a día mientras mi cama se llenaba de besos, noche a noche.

Pero la suerte es caprichosa y hasta unos dados trucados fallan a veces y rehuyen el seis.

O quizás no, quizás es que todo está medido y previsto de antemano:

-Rachas de seis, rachas de uno -así es la vida, te oí decir un día- todo se acaba equilibrando.

Así que soy consciente de que en cualquier momento puede mi suerte y mi mundo escorarse hacia el uno.

Pero no lo pienso, no demasiado.

Mientras tanto sigo tirando y jugando y besando y saboreando esta existencia en doble seis.


2 comentarios:

Andriu dijo...

Gracias, Cheli: ¡qué haría yo sin mi psicóloga de cabecera! A ver si le echo un vistazo.

Andriu dijo...

Captado.