El miércoles pasado un alumno de un instituto de Tyler asesinó a su profesor de música.
Llegó a este blog la primicia gracias a "X", que retransmite anónimamente desde el lugar de los hechos.
Gaby me mandó un enlace con la noticia, para recordarme que no siempre es aburrido y monótono el día a día en Tyler.
La vida transcurre a nuestras espaldas -como escribí hace poco- casi a traición, en esos lugares en los que ya no estamos, de los que nos hemos ido, sin avisarnos ni pedirnos permiso ni tenernos en cuenta.
La vida, y también la muerte.
Llegó a este blog la primicia gracias a "X", que retransmite anónimamente desde el lugar de los hechos.
Gaby me mandó un enlace con la noticia, para recordarme que no siempre es aburrido y monótono el día a día en Tyler.
La vida transcurre a nuestras espaldas -como escribí hace poco- casi a traición, en esos lugares en los que ya no estamos, de los que nos hemos ido, sin avisarnos ni pedirnos permiso ni tenernos en cuenta.
La vida, y también la muerte.
El quinto capítulo de El planeta americano, el librito de Verdú que me he empeñado en releer y comentar aquí -aunque irregularmente- como pretexto para revisitar Texas y los Estados Unidos desde el recuerdo y desde un abordaje más teórico ya que meramenta vivencial, aborda con datos y estadísticas estos temas, el asunto de la delicuencia y los asesinatos en dicho país.
El capítulo se titula: "El miedo al crimen".
Y empieza así:
"En el centro de Nueva York se erigió a comienzo de los noventa un panel electrónico donde iban restallando los números. Le llamaron el Deathclock, el reloj de la muerte, y marcaba, mientras la gente esperaba en los semáforos o cenaba en un Friday´s, la cifra de asesinatos con armas de fuego que se estaban cometiendo en ese momento en el país. Uno cada 14 minutos aproximadamente, 64 al día, 22.000 al año".
Las cifras que ofrece Verdú a lo largo del capítulo son espeluznantes. Es verdad que no son actuales: el libro es del 96. Pero dudo que la cosa haya cambiado desde entonces drásticamente:
"A punta de pistola son violadas diariamente 33 mujeres y unas 1.100 personas son asaltadas cada 24 horas. En todo el país se cometen al año treinta y cinco millones de actos criminales, 14 millones de los cuales son calificados por la policía como delitos importantes. La tasa de homicidios en Estados Unidos es de 21,9 por cada 100.000 habitantes y año, mientras la de Canadá es de 2,9 y la de Japón del 0,5"
Fotos como éstas ponen los pelos de punta.
Ya hablé en su momento del Lock & Load de Tyler, de la tenencia de armas en USA: de la América cañera.
Es obvio que las altas tasas de criminalidad y de homicidios están vinculadas a esta locura patria por las armas.
Ya hablé en su momento del Lock & Load de Tyler, de la tenencia de armas en USA: de la América cañera.
Es obvio que las altas tasas de criminalidad y de homicidios están vinculadas a esta locura patria por las armas.
Hay muchos ciudadanos norteamericanos que no comparten dicho frenesí. El documental de Michael Moore "Bowling for Columbine" (que no me cansaré de recomendar) es un alegato contra esta pasión armamentística. Pero en general el apoyo a la libre tenencia de armas es la tendencia mayoritaria:
"¿Prohibir la tenencia de armas? Los norteamericanos aprueban en un 70% alguna forma de control, pero se oponen, en un 74%, a la ilegalización. Este derecho está inscrito en la Constitución y grabado en el entendimiento ciudadano que cree más en el principio de la defensa individual que en la protección del Estado, del que recela siempre. El llamado Bill of Rights de 1791, que forma parte de la Carta Magna, dice así: "Para su protección y con el propósito de contar con una milicia bien entrenada, las personas de los Estados pueden tener y llevar armas". Y esta tendencia se ha sostenido con firmeza hasta la actualidad".
"¿Prohibir la tenencia de armas? Los norteamericanos aprueban en un 70% alguna forma de control, pero se oponen, en un 74%, a la ilegalización. Este derecho está inscrito en la Constitución y grabado en el entendimiento ciudadano que cree más en el principio de la defensa individual que en la protección del Estado, del que recela siempre. El llamado Bill of Rights de 1791, que forma parte de la Carta Magna, dice así: "Para su protección y con el propósito de contar con una milicia bien entrenada, las personas de los Estados pueden tener y llevar armas". Y esta tendencia se ha sostenido con firmeza hasta la actualidad".
Vicente Verdú ofrece datos numéricos relativos a las medidas que se han llevado a cabo para intentar reducir las cifras de criminalidad en los Estados Unidos.
Tales medidas tienen que ver básicamente con una regulación mayor de la tenencia de armas, con la habilitación de nuevos policías y con la construcción de nuevas cárceles y el incremento de plazas en prisiones estatales:
Tales medidas tienen que ver básicamente con una regulación mayor de la tenencia de armas, con la habilitación de nuevos policías y con la construcción de nuevas cárceles y el incremento de plazas en prisiones estatales:
"La tasa de presos por habitante en Estados Unidos es ya la mayor del mundo (...) De 1985 a 1993 se gastaron 32,9 mil millones de dólares en prisiones, lo que supuso aumentar en casi un 70% el espacio carcelario, y la ampliación se estimó todavía insuficiente (...) A finles de los años ochenta el censo penitenciario era de 315.974, pero quince años más tarde la cifra se acercaba al millón cuatrocientos mil".
Y no sólo más cárceles, sino más duras.
En noviembre estuvimos en San Francisco e hicimos la visita obligada a La Roca, a la cinematográfica Alcatraz. Creo recordar que nunca llegué a escribir un post al respecto (dedicado a Dracón el filósofo), por falta de tiempo. Lo cierto es que se trata de una visita estremecedora: pertrechado con unos cascos y una audioguía, uno va recorriendo esas lúgubres celdas y pasillos, mientras escucha sobrecogedoras historias de privaciones, de soledad y dureza extrema,s de intentos de fuga memorables. Pero lo que a uno no se le pasa por la cabeza es que muchos años después del cierre definitivo de Alcatraz como centro penitenciario muchísimas cárceles del país comenzaran un endurecimiento progresivo respecto al trato dispensado a los reclusos:
"La evocación a la severidad de la ley la dureza contra el relapso es el argumento más repetido para sanear la situación. Más cárceles y un régimen más estricto dentro de ellas. En Texas empezaron a no dejar fuma a los reclusos y la norma se ha propagado enseguida. En otros lugares han sustituido los televisores en color por aparatos en blanco y negro. En Florence, ejemplo de máxima seguridad, los presos permanecen encerrados 23 horas en un cubículo que sólo recibe la claridad por un pequeño lucernario"
"La evocación a la severidad de la ley la dureza contra el relapso es el argumento más repetido para sanear la situación. Más cárceles y un régimen más estricto dentro de ellas. En Texas empezaron a no dejar fuma a los reclusos y la norma se ha propagado enseguida. En otros lugares han sustituido los televisores en color por aparatos en blanco y negro. En Florence, ejemplo de máxima seguridad, los presos permanecen encerrados 23 horas en un cubículo que sólo recibe la claridad por un pequeño lucernario"
Verdú es consciente de que el modelo amercano de gestión del crimen no es el único posible:
"Más policías, más penas, más cárceles, más contundencia en la represión, antes que más escuelas o más ayudas sociales para facilitar la integración"
Y es consciente también de que a mayor marginalidad y exclusión social, mayor criminalidad.
Tyler es una ciudad tranquila y segura, pese al crimen referido, que -tengo la impresión- no deja de ser excepcional.
"Más policías, más penas, más cárceles, más contundencia en la represión, antes que más escuelas o más ayudas sociales para facilitar la integración"
Y es consciente también de que a mayor marginalidad y exclusión social, mayor criminalidad.
Tyler es una ciudad tranquila y segura, pese al crimen referido, que -tengo la impresión- no deja de ser excepcional.
Sin embargo, el planeta americano está plagado de grandes ciudades en las que la pobreza y la marginalidad se mezclan con la riqueza y el lujo tanto como el aceite con el agua. En comunidades pequeñas, como la de Tyler, tal segregación puede no ser tan extrema ni dar lugar a escenarios de criminalidad potencial como los de algunos barrios de Chicago, los Ángeles, Nueva York o Dallas.
En tal segregación dentro de las grandes ciudades, la raza es un factor fundamental:
"El caso de los negros es elocuente. Los negros representan el12% de la población de Estados Unidos, pero componen el 50% de la población penitenciaria. Uno de cada cuatro negros entre los 20 y los 29 años se encuentra en prisión, en libertad condicional o en procesamiento. Significativamente, el homicidio es en la actualidad la primera causa de muerte entre los jóvenes negros (...) El retrato robot de ese nuevo muerto que contabiliza el Deathclock en Nueva York es un joven negro entre los doce y los quince años; y el 95% de las veces su asesino es otro adolescente negro".
Tal que el joven negro de 16 años que asesinó a su profesor de música el miércoles pasado.
Teniendo en cuenta estos números resulta una vez más asombroso y relevante que los Estados Unidos haya elegido por fin a un hombre negro como presidente.
Asombroso y esperanzador.
Teniendo en cuenta estos números resulta una vez más asombroso y relevante que los Estados Unidos haya elegido por fin a un hombre negro como presidente.
Asombroso y esperanzador.
Fotos: extraídas webs varias, salvo las 3 últimas.