Hay mucho ruido, creo.
Hay mucha informacíón y contrainformación.
Me pregunto por qué seguimos comprando Nike, o yendo al Starbuck, o comiendo chocolate Nestlé, o llenando el depósito de nuestros coches con gasolina Shell, o cenando en Mac Donald´s, o adquiriendo productos de la tienda Disney...
Se me ocurren 5 motivos que pueden explicar el que sigamos engrasando la maquinaria capitalista en la que se desenvuelven estás y otras marcas. Voy a enunciarlas haciendo mención a Nike exclusivamente. Pero los 5 motivos son válidos también para tantas otras empresas o marcas con las que convivimos a diario:
1) Las tropelías de Nike son una leyenda urbana, una exageración, no están suficientemente demostradas.
2) También Adidas, Reebok y tantas otras marcas deportivas incurren en las mismas tropelías. Si las otras marcas también incurren en tales tropelías lo mejor es consumir aquellas que más me gustan.
3) Mi boicot personal a Nike no sirve de nada. Es la lucha de David contra Goliat. Para qué molestarme. Nada va a cambiar.
4) No me apetece sacrificarme y dejar de disfrutar de mis Nike por unos niños indonesios o coreanos o paquistaníes que no conozco de nada.
5) Los trabajadores de Nike están malpagados pero al menos gracias a Nike tienen un salario. La empresa Nike genera puestos de trabajo, y por lo tanto riqueza, en los países en los que radica sus fábricas.
Este es el ruido.
Estas son las razones que esgrimimos, más o menos conscientemente (contra los otros o contra nuestras propias contradicciones internas) cuando pensamos que quizá podamos estar siendo cómplices de alguna de esas tropelías tan corrientes en el sistema capitalista en que vivimos.
Seguramente habrá más; éstas son las que a mí se me ocurren.
Supongo que lo que me corresponde ahora es analizar cada una de esas afirmaciones.
Al fin y al cabo, hay unas Air Max grises en juego.
1 comentario:
jo...Mk
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