domingo, 30 de marzo de 2008

Un CoMiEnZo




"Practice, practice, and all is coming"

(Sri K. Pattabhi Jois)



Comencé a practicar hace poco menos de un año. Había oído hablar muy bien de Camino e incluso alguna vez me la había tropezado, le había pedido los horarios de las clases y le había dicho algo así como: "la semana que viene voy y pruebo".

Como siempre, no disponía de mucho tiempo, liado por las tardes con cosas del instituto, las clases de alemán y quién sabe qué más ocupaciones. Tenía una idea muy superficial del yoga: una serie de posturas y ejercicios de relajación y tonificación corporal, unidos a una amalgama variopinta y difusa de creencias orientales más o menos esotéricas. Había estado yendo hacía varios años a unas clases de yoga en La Laguna durante uno o dos meses y esa era la idea prêt-à-porter que tenía del asunto.

Tenía poco tiempo y probablemente pensaba que debía invertir mi segmento de tiempo dedicado al deporte a una actividad más explosiva: correr, nadar, tenis, bicicleta. Quizás por eso tardé tanto en cumplir aquellas palabras dichas a Camino sin verdadera convicción.



Pero un día ocurrió.



Fui, probé y desde la primera clase me inundó un extraño entusiasmo, que he mantenido en estado de latencia, que he sabido encauzar y dosificar durante estos meses de práctica, hasta esta Semana Santa, en la que he asistido al curso intensivo de ashtanga yoga en Las Palmas que han impartido Camino, Ananda y Lea.



Ese entusiasmo se ha desbocado.





Camino Díez.



Al curso asistieron alumnos desde Oviedo, desde Barcelona, desde Tenerife, desde Lanzarote y por supuesto desde otras localidades de Gran Canaria. Fue allí en el curso que me di cuenta de la calidad profesional y humana de los profesores.

Fue allí que me di cuenta de que tener a Camino como profesora aquí en Lanzarote dos días por semana constituye un verdadero privilegio.

En la foto central posan Camino y Sri K. Pattabhi Jois, máxima autoridad mundial en esa modalidad de yoga que practicamos: el Ashtanga Yoga.

En las laterales, la indescriptible playa de Famara.





Ananda Zorzo.

Es hijo de Camino y de Tomás Zorzo.

En la web de Ashtanga Canarias leemos:



"Nacido en una familia de yoguis, realizó su primer viaje a la India tan solo cuando tenía cuatro años. Sus padres, Tomás Zorzo y Camino Díez, fueron unos de los primeros occidentales en estudiar con Sri. K. Pattabhi Jois. Los pioneros en la transmisión del Ashtanga Yoga en España. Consecuentemente Ananda fue introducido en el mundo del yoga ya desde el vientre materno cuando su madre realizaba yoga. La primera vez que estudió Ashatanga Yoga con Pattabhi Jois, fue cuando tenía sólo 10 años, siendo así el alumno occidental más joven en aquella época".



El yoga para Ananda debió de ser, más que una elección, un destino.

A veces envidio una trayectora vital tan rotunda y límpida.





Lea Perfetti.

Es la pareja de Ananda. Tienen juntos una niña de pocos años, Satya, que se mezclaba con los alumnos del curso como una más. Es la tercera generación de yoguis.

Lea habla español con un acento norteamericano encantador. Si no hiciera tan buena pareja con Ananda daría a mi corazón permiso para enamorarme de ella locamente.

"Practice, practice and all is coming"

¿Qué es todo eso que sobreviene o llega? ¿De qué está hablando aquí Sri. K. Pattabhi Jois?



Lo primero que me sorprendió del ashtanga fue su dureza como ejercicio físico. En efecto, me parecía increíble que tras una hora y media haciendo posturas sin salir en ningún momento del breve espacio de mi esterilla, terminara la clase empapado en sudor, con la camiseta totalmente mojada. No sólo eso. Al día siguiente, las agujetas no eran menores que las que se tienen tras un partido de squash.

El ashtanga es un tipo de yoga dinámico, en el que se enfatiza el "vinyasa": un método de sincronización progresiva de series de posturas con una respiración específica, el "ujjayi pranayama", que consiste en un tipo de respiración -centrada en la glotis- que produce un intenso calor interno y una sudoración profusa, sudor que desintoxica los músculos y los órganos internos.



Así pues, las posturas o asanas son sólo uno de los elementos de la práctica del yoga. Camino siempre nos insiste en que las asanas o la parte externa no es necesariamente la más importante. La respiración, la concentración, el trabajo interno y la meditación constituye el corazón de la práctica del yoga.



En la pirámide de madera de Costa Teguise, en la que practico con Camino y el resto de alumnos dos veces por semana, nuestros esfuerzos se centran de hecho en el dominio de las asanas. Las diferentes posturas están ordenadas en series predeterminadas que es preciso memorizar y realizar en ese orden. Así lo enseña el maestro Sri K. Pattabhi Jois en su escuela de Mysore, en la India, siguiendo el método que a su vez le enseñó en 1927 su maestro Krishnamacharyia.

Las asanas se dividen en básicas o fundamentales, principales y finales. Algunas de esas posturas son endiabladamente difíciles de alcanzar. Sólo los más veteranos las hacen. En todas sin excepción la práctica es perfectible.

Y es que como dije antes, las asanas son sólo el primer peldaño de la práctica del ashtanga yoga. Una vez que más o menos conocemos la postura y que somos capaces de hacerla, debemos conentrarnos en la sincronización del movimiento con la respiración (vinyasas) así como en el control del tipo específico de respiración (ujjayi pranayama). Y más adelante, en otros aspectos de la práctica menos visibles externamente pero importantes para que el trabajo interno de purificación corporal y mental dé sus frutos.

Así, junto a las posturas y la respiración, es necesario atender a los drishti o puntos focales de la mirada, que cada postura lleva aparejado. Concentrar la mirada en tal o cual punto (la nariz, el entresejo, el ombligo, el dedo del pie, etc.) forma parte también de la práctica del ashtanga yoga. Por último, es preciso modular el cuerpo internamente a fin de hacer posibles los bandhas o cerrojos internos de la energía, a fin de modular y encauzar correctamente la energía interna que la práctica libera.

Antes de ser jefe de estudios, es decir, durante mi primer año en el Blas Cabrera, tenía tiempo de mantener frecuentes y estimulantes conversaciones dialécticas con Chema, un compañero del departamento de filosofía. Más o menos nuestras mayores discrepancias tenían que ver con su marcado espiritualismo y mi prudente materialismo escéptico.

Al final, nuestras discusiones terminaban con la conclusión de que ninguno iba a convencer al otro, pero con una demostración postergada y segura de sí mismo por su parte: "Lo bueno de todo esto es que se puede comprabar por uno mismo; tan sólo tienes que probar y dejarte conducir por un maestro".

A mí todo aquello y especialmente esta promesa de demostración me resultaba demasiado new age, demasiado esotérico para mis esquemas occidentales y para mi espíritu refractario a todo lo que sonara a dioses, almas y energías.

No obstante, mi actitud durante aquellas charlas con Chema no era del todo como la de un frontón en el que todas las bolas rebotan indefectiblemente. Con bastantes más lecturas que yo y más experiencia pensando y viviendo la filosofía se trataba sin lugar a dudas de un interlocutor al que había que tomar muy en serio.

Leí algún libro entonces sobre el áurea y el poder de sanación mediante las manos; algún otro sobre filosofía oriental.

Aquello no terminaba de convencerme, pero consciente de que el primer requisito de un espíritu crítico es la actitud de apertura ante las ideas en apariencia más extravagantes, terminé dejando en suspenso mi juicio al respecto. Concreté mi veredicto en un quizás...



Luego, vino la jefatura.



También al comienzo de mi práctica de ashtanga trataba de no hacer mucho caso a todo ese aderezo espiritual con el que Camino complementaba la parte meramente física de las asanas.



Los mantras que cantamos al inicio y al final de la práctica me resultaban pintorescos e innecesarios.

Las menciones a los flujos y bloqueos energéticos sospechosas y pseudocientíficas.

Las alusiones al deseo de que todos los seres sean felices o a la búsqueda de uno mismo o a la voluntad de trascendencia me resultaban un tanto ingenuas y pueriles.

Pero ya no.

Supongo que Chema tenía razón cuando me decía que todo lo que afirmaba se demostraba con la práctica.



Hay una definición del ashtanga yoga que me gusta: es una meditacn en movimiento.

No sabría decir con precisión qué es eso en lo que tenía Chema razón.



Lo cierto es que noto imperceptiblemente cómo el yoga me está transformando, tal y como proféticamente (y en un alarde dialéctico que en su momento me parecio falaz y tramposo) me anunció Chema.

En sánscrito "ashtanga" significa ocho ramas o pasos. Y "yoga" tiene muchos significados pero los dos más importantes son: unión y camino.

Leo en una página web: "El yoga lleva a la unión mente, cuerpo y espíritu o también a la unión del Sí mismo o alma con Dios".

Recuerdo cuándo y de qué modo tan intenso tuve la primera revelación acerca de la importancia de la unidad del cuerpo y de la mente y de su cuidado e higiene paralelas.


Tendría probablemente unos 10 o 12 años. Me estaba quedando entonces con Pablo y Francis, dos amigos de mis padres, en su apartamento del sur, en la Playa de la Arena. No recuerdo que estuviera por allí Airán, el hijo de Pablo. Lo cierto es que antes de acostarme me anunció Pablo que por la mañana me levantaría para acompañarlo a hacer footing por la playa. A mí me pareció aquello perfecto, una especie de juego.


Recuerdo cómo al principio la cosa me resultó menos divertida de lo imaginado: Pablo me levantó a eso de las seis y media de la mañana, aún con el cielo oscuro, y salimos al frío de la calle sin nada en el estómago, prestos a correr.


Mientras corría, algo a la zaga, aquello me resultó entre absurdo y fascinante.


Era un juego, gratuito y sin sentido, pero que implicaba una cierta dureza y disciplina. Después de haber corrido por el paseo de la avenida y luego por la playa nos dimos un baño en un agua heladísima, pura y cristalina. Pablo ya entonces era profesor de filosofía en la Universidad de La Laguna. Para hacerme entender el sentido último de aquella experiencia iniciática me hizo aprender el dictum latino:

"Mens sana in corpore sano"

Y era verdad. Después del ejercicio, después del sacrificio muscular y del impacto gélido del baño no era únicamente el cuerpo el que se sentía reconciliado con aquel madrugón. También el aire de la mañana se presentaba diferente, más puro y benévolo. También la luz era más propicia a la dicha y al optimismo. También el día entero se había transfigurado por completo y el futuro parecía luminoso, claro y sencillo.

Exagerándolo... todo estaba en orden.


No hace falta analizar ni detenerse demasiado en las palabras "alma" o "espíritu" para entenderlo.

Yo no lo hago, no me detengo en ello.

Simplemente noto -desde que hago yoga- una ligereza corporal
y anímica mayor, un enriquecimiento del presente, un estado de conciencia más amplio, que se extiende por todo el cuerpo, una capacidad mayor de relativizar los problemas, una respiración más rica y plena, una sensación de gratitud general, una apertura mayor a los otros.

Puede que no todo el tiempo, pero sí con mayor frecuencia.

Las ocho ramas u ocho caminos en que consiste el ashtanga yoga son:

1. Yama: códigos morales.
2. Niyama: purificación personal.
3. Asana: Posturas o práctica física.
4. Pranayama: Control de la respiración.
5. Pratyahra: Retraer los sentidos.
6. Dharana: Concentración.
7. Dhyana: Meditación.
8. Samadhi: Contemplación o unión total del ser con Dios.

El camino del ashtanga es largo y sinuoso, lento, complejo, imprevisible.

Las posturas no lo son todo, sino apenas la octava parte de la práctica.

El ashtanga yoga pasa así a convertirse en algo más que un deporte, en algo más incluso que una meditación en movimiento.

Es un modo de vida.

Una filosofía de vida.

Y este punto en el que me hallo es tan sólo un preludio, un indicio, un bosquejo, un amago...

Apenas un comienzo.







sábado, 29 de marzo de 2008

¿VoTo úTiL?

¿Votaste "útil"?

¿Votaste PSOE?

¿Votaste "para que gobernase la izquierda"?

Si has contestado afirmativamente a las tres preguntas es posible que te hayas equivocado en tu voto y que, sin saberlo...

...le hayas dado un escaño al PP.

En este video pro-IU se explica todo muy claramente:


viernes, 21 de marzo de 2008

SiN RoLeS


Poco a poco la frontera entre los alumnos a los que ya conocía y los que sólo conocía de vista (o por haber estado en jefatura de estudios) se fue difuminando.

Poco a poco se fue acortando y cancelando la distancia entre ellos y nosotros, profesores y alumnos.

Poco a poco me convertí menos en "profe" y más en Andrés.

Comimos juntos.

Viajamos juntos.

Pasamos sueño, hambre y frío juntos.

Nos emocionamos y acojonamos juntos en las atracciones rompemarcapasos de Port Aventura.

Subido junto a Guzmán en lo alto del Huracán Cóndor, con los pies al aire, a una altura desde la que las personas allá abajo parecían hormigas liliputienses, resignados a caer en picado a velocidad de vértigo, el alumno se confesó:

- Profe, ahora que vamos a morir, tengo que decirte que no me gusta la asignatura de ética.

No dejamos de poner normas, de contarlos una y mil veces, de fijar horarios, de corregir comportamientos, de echar alguna que otra bronca y hasta de llamar a algunas madres.

Pero creo que supimos arreglárnoslas para dejar en un segundo plano este marco normativo y poner siempre por delante la diversión, la dicha y el sentido del humor.

El instituto instituye roles, funciones, atribuciones y límites.

Tú: alumno; tú: profesor; tú: jefe de estudios.

¡Qué experiencia la de ver cómo poco a poco cada cual se iba despojando de su impostura!

¡Qué modo de disolverse estas diferencias!

Me encantó poder enseñarles a los alumnos y a las profesoras quién soy más allá del cargo.

Me encantó convivir y conocer mejor a esas personas que en el instituto desempeñan el rol de alumnos y profesoras.

Al final, los alumnos nos acabaron pidiendo que les firmáramos y dedicáramos la camiseta.

No es que el oficio de profesor hubiese alcanzado a sus ojos el prestigio del de futbolista, cantante o actor...

Es que habíamos dejado de ejercer a sus ojos, por un tiempo, dicho oficio.

Para un reportaje fotográfico más amplio, les dejo con otro resumen sui generis del viaje.

domingo, 9 de marzo de 2008

CaRtA aL FuTuRo 7


"Uno de los grandes problemas en el Mundo es la droga puesto que ya son muchos los jóvenes que están enganchados a ella. Esperemos que este gran problema se solucione pronto".

"Ahora mismo tengo 4 gatos: Tigre, Sabrina, Gallofa y Garfield. El Gallofa es un bestia parda, ha cazado ratones, palomas, etc..."

Cuando se tiene 12 años los problemas o asuntos globales quedan en un segundo plano, ocupan unas líneas apenas. La vida de uno se desarrolla en el ámbito local y doméstico de la casa, la familia y sus mascotas, la escuela y poco más.

A veces me sorprendo a mí mismo reprochándole a mis alumnos adolescentes cierto ombliguismo, el no interesarse por nada que no sean amores, amistades o televisión enlatada dirigida a adolescentes; lamentando que no lean periódicos, que no les interese lo más mínimo la política o que no sepan apreciar la riqueza cultural de convivir con alumnos inmigrantes venidos de partes tan distintas del planeta.

Y ese que se queja del ombliguismo ajeno, tras dar carpetazo rápido al problema de la droga... ¡empieza a hablar de sus gatos!

Pues sí, supongo que es una cuestión de tiempo y que la edad de los periódicos, los informativos y las pasiones políticas es mucho más tarde.

Siempre hemos tenido gatos en casa.

Desde Ceferino en la casa de Guajara hasta el queridísimo Mayco que, majestuoso y grave, mira a la cámara con pose elegante y sobria, pasando por una larga lista de entrañables felinos: Roldán, Rodolfo, Pancho, Cuasi y los cuatro que nombro en la carta al futuro, Tigre, Sabrina, Gallofa y Garfield.

Cada uno de ellos tiene una historia detrás.

A todos los hemos querido con locura.

Aunque, es verdad, hay favoritos, que se han ganado las mayores dosis de mimos, las más frescas lonchas de embutido, los privilegios de acceso a determinados cotos cerrados de la casa, así como un rinconcito especial en nuestros corazones.

A Mayco, al nene-Mayco, mi hermano y yo lo consideramos como el hermano pequeño. Nos tumbamos en el suelo con él, le buscamos las cosquillas y hacemos carantoñas y le decimos cursiladas del género de "siesque-siesque, nene chiqui, vaya nenito, hermanito pequeño", hasta que Mayco se excita y busca desaforado entre los pliegues del pijama nuestro sobaco, que lame con áspera lengua y fruición gatuna, mientras nosotros nos descojonamos de risa por las cosquillas casi insoportables y por el escatológico gusto de nuestro hermano menor.

Que dos individuos adultos, de 30 y 24 años respectivamente, tengan este tipo de comportamiento, no deja de ser curioso.



Mayco medita sobre el problema de la droga en ambas fotos: se le ve serio y preocupado.

Alguna vez he llegado borracho a casa de madrugada, torpe y exhausto, y al trajinar en la nevera y en la despensa me lo he encontrado allí, sobre el almohadillado cojín de alguna silla, en nocturna vigilia, mirándome con esa misma expresión de la foto, mezcla de temor, preocupación y compasión.

Yo prefiero seguir a lo mío, no tocarlo, y tan sólo le digo: "Tranqui, nene, que soy yo". Aunque no sea del todo verdad.

Mayco exagera su preocupación y su censura contra las drogas. Tiene un primo hermano que está enganchado a todas desde hace años y que cumple ahora mismo prisión por robo a mano armada. Desde hace un par de años son pocos los que en la gran familia perciben su ausencia en navidades. Posiblemente es el ejemplo de este primo lo que le hace demonizarlas de tal forma.


sábado, 8 de marzo de 2008

ViLeZa HoMiCiDa


"Matar a un hombre por defender una doctrina no es defender una doctrina, es matar a un hombre"

(Sebastián Castellio)

miércoles, 5 de marzo de 2008

BaJoS iNsTiNtOs

Estaba haciendo zapping mientras almorzaba, en plena resaca del segundo debate electoral -esa gran fiesta del bipartidismo- cuando en TeleVolcán apareció Loly Luzardo, del PP, tratando de justificar el contrato de integración para inmigrantes propuesto por su partido.

Pobrecita-pensé.

Y es que es verdad. Ni ella misma se creía lo que decía y defendía. Debe de ser muy duro ser militante o político del PP y tener que comulgar con la última ocurrencia o extravío made in la cúpula o made in Madrid.

Loly comenzó a hablar de la necesidad de que los inmigrantes respeten nuestras costumbres, pero cuando la moderadora del debate le pidió ejemplos, comenzó a enredarse y a salirse por la tangente, momento que aprovechó el otro invitado -del PSOE- para ridiculizar la propuesta mediante preguntas retóricas:

-¿Qué costumbres tenemos "los españoles"? ¿cuáles son esas costumbres que debemos respetar? ¿comer paella y sangría? ¿los toros? ¿qué hacer con los españoles que no encuentran respetables algunas de esas costumbres? ¿habrá diferentes contratos en función de las costumbres de cada Comunidad Autónoma?

La propuesta que ha traído Mariano Rajoy bajo el brazo en plena campaña electoral es, por una parte, peligrosamente populista y, por otra parte, gratuita e inservible.

¿Qué significa "populista"? A mi entender una política populista es aquella que se dirige al pueblo para apoyar y fomentar sus intereses más inmediatos y sus instintos más bajos, aún a costa de una minoría que se vería perjudicada, con el objetivo de ganar su voto y continuar en -o acceder a- el poder.

¿Y quién es el pueblo? Bueno, el propio Rajoy lo ha dicho en los últimos días: son "los que se levantan a las siete de la mañana para dar de comer a sus hijos".

El contrato de integración es una propuesta populista porque vincula inmigración y delincuencia, por una parte, e inmigración y paro, por otra. Así, convierte a los inmigrantes en chivos expiatorios de los problemas que pudieran existir en cuestiones de índole social tan importantes como son la seguridad y el empleo.

Este mensaje o ecuación es muy discutible y, en cualquier caso, muy peligroso. Pero el pueblo lo asume y entiende fácilmente. Es una lástima que este tipo de antipedagogía, xenófoba y simplificadora, tuviera anoche una audiencia de casi trece millones de telespectadores.

La propuesta del PP es, en segundo lugar, gratuita e inservible.

En efecto, se le ha reprochado a Rajoy que las costumbres que ha avanzado como botón de muestra o ejemplos de prácticas culturales que el inmigrante habrá de dejar en su país (ablación del clítoris, poligamia, lapidación, machismo) ya están contempladas, de diverso modo, por la legislación española. Es decir, firmes o no firmes tal o cual contrato, no te queda más remedio que cumplir las leyes del país, cuyo desconocimiento no es ningún eximente.

Por otra parte, esas prácticas son muy minoritarias en el conjunto de la población inmigrante en España, con lo que el contrato, aparte de ser estigmatizante, resulta doblemente inservible.

El contrato, malgré tout, tiene algunas propuestas razonables. De hecho, en países como Francia, Gran Bretaña, Holanda y Bélgica existe ya un contrato similar y, recientemente, Angela Merckel valoró positivamente la propuesta populi... quise decir popular.

Por ejemplo, la importancia del aprendizaje de la lengua, factor crucial de integración.

No obstante, me surjen algunas dudas al respecto:

¿Qué lengua? Recuerden que hace 2 años Artur Mas propuso el carnet por puntos para inmigrantes. ¿Qué lengua deberán aprender los inmigrantes: español, catalán... ambas?

¿Qué tipo de compromiso en relación al aprendizaje de la lengua adquiere el inmigrante al firmar el contrato? ¿no se le permitirá entrar, trabajar? ¿con qué procedimiento se controlará dicho dominio de la lengua? ¿podrá expulsárseles en caso de no cumplir con la competencia lingüística exigida?

¿Quiénes tendrán que firmar dicho contrato?
La mayor parte de la inmigración en España procede de países comunitarios. Canarias está plagada de alemanes e ingleses que viven desde hace décadas en las islas sin haber aprendido ni una palabra de español (extranjeros que hacen uso de los servicios sanitarios con mayor frecuencia que los jóvenes inmigrantes, pese a haber cotizado en sus países). ¿Tendrán ellos que firmar también dicho contrato? En el caso de que su condición de comunitarios les exima de este engorro ¿qué pasará con otros extracomunitarios procedentes de países ricos (norteamericanos) o que no respondan simplemente al perfil del "inmigrante laboral"?

¡Qué pena que Zapatero anoche no sacara el tema ni pidiera a Rajoy explicaciones sobre su propuesta inútil y xenófoba!

Quizás defender la inmigración como un fenómeno enriquecedor y positivo requiere de una pedagogía, de un tiempo y de una sensibilidad incompatible con el pugilato o subasta electoral de anoche.

¡Qué fácil resulta apelar a los bajos instintos, como hizo Rajoy anoche!

¡Qué irresponsable!

¿Qué rentable?


Por la web circulan parodias de promesa como ésta.

Alguien dirá que es puro populismo y que apela otra vez a las bajos instintos.

Puede ser... pero sin hacer daño a nadie.

Seguiré navegando y leyendo promesas como éstas, que aún no tengo mi voto decidido.


martes, 4 de marzo de 2008

domingo, 2 de marzo de 2008

cArTa aL FuTuRo 6



"Respecto al Mundo en general o a la sociedad hay muchísimas cosas de que hablar. Ahora mismo se está realizando el Mundial de Fútbol "Italia 90" y aunque a mi lo que me gusta es el baloncesto me estoy aficionando un poco al Fútbol. Papá cree que va a ganar Alemania"

Me pregunto de dónde procede mi absoluto desinterés por el fútbol.

Me ha sorprendido enormemente este fragmento de la carta al futuro, en el que a la hora de abordar las cuestiones del mundo o la sociedad en general haya comenzado -y casi terminado- con el fútbol, al que nunca le he prestado la menor atención.

Mis amigos lo saben y de vez en cuando me hacen alguna pregunta de actualidad futbolística (el último fichaje o el último derby) para reírse un rato a mi costa: saben que me quedé en Santillana, Quini, Sanchís, Butragueño, Michel... y poco más. Probablemente los jugadores de ese mundial de "Italia 90" que, por cierto, no tengo ni idea quién pudo ganar.

Por eso (para reírme a costa de ellos o junto a ellos) algunas veces antes de quedar llamo a mi hermano, autoridad en la materia, y le pido que me suelte algunos comentarios de friki sobre alguna primicia. Me los aprendo de memoria, los asimilo, y cuando estoy con mis amigos y alguno saca el tema en cuestión, dejo caer la perla prestada como quien no quiere la cosa. Ellos se quedan estupefactos durante un segundo... y en seguida estalla una carcajada colectiva, en la que me incluyo.

Sí, el fútbol no es lo mío: ni en la teoría ni en la práctica.

¡Cuán metirosa puede ser una imagen!