lunes, 30 de noviembre de 2009

CaDaVeR ExQuiSiTo


Son muchos días sin publicar.

Hoy le dije a Gaby: "Vamos a escribir un post".

A medias:

Un cadáver exquisito.

Yo me pido el amarillo.

Gaby se pide el lila.



Empezó en Madrid este mini periplo por tierras españolas:

¡Y qué más español que un torero chino!

(No le digan a Gaby nada, que me he currado una visita por España muy sui generis)



No entiendo por qué hay dobles de Charles Chaplin en la capital de España...¿A dónde se fue la bailaora y el torero? ¡Yo quiero ver personajes como en una postal de las tiendas de recuerdos!


Vamos a ver: Gaby, ¡centra los textos, por favor!

Ahora en serio: lo de Silvio Lombardi era yo, todo estaba más o menos bajo control, pero ahora que hay otra persona real publicando en el blog, vuelve a manifestarse mi perfeccionismo histérico...

En la foto: "El gran masturbador" de Dalí, en el Museo Reina Sofía y en la cabecera de mi cama.

O sea: que también fuimos a museos y demás sitios serios.



Mira, yo escribo de izquierda a derecha porque así me enseñaron las monjas y TÚ me invitaste a hacer esto juntos así que no manches güey y deja de estarme corrigiendo el texto que yo sí existo y te tengo al lado y amenazo con darte algún manotazo si cortas mi libertad en este post.

Por cierto, Europa con estilo: un be-eme-doble u para el Castilla-Extremadura Road Trip!



Ok, sin censuras (ni histerismos).

Desde Madrid tiramos hacia el sur.

En el rent a car este juguete era lo más barato que tenían, qué gozada.

(El pose a lo chulo playa y a lo rapper girl es totalmente irónico)

La primera parada del viaje en:



¡Toledo! (Ya se habrán dado cuenta por el mosaico de la entrada de la ciudad). Hermosa ciudad de la cual quedé fascinada por sus callejuelas y aire medieval...aunque todavía me faltaba mucho por recorrer.

Tengo que aclarar la cuestión clima que, gracias a Tlaloc, fue de lo mejor y la caminada en pleno noviembre fue lo de más tranquila son necesidad de entrar en ningún sitio para tener un poco de calor.

Por cierto, ya después de este viajecillo, tengo que admitir que Toledo fue mi favorito aunque haya estado ahí sólo un par de horas.



Hermosísimo patio renacentista del hospital de Tavera.

Hay que decir algo ya: este post es todo lo que quieran menos exhaustivo, pues de las tropecientas mil fotos sólo hemos hecho una pequeña selección.

La belleza de los sitios se queda en su mayor parte en los discos duros.



Fue una oportunidad para reencontrarnos con la gente que compartió nuestra vida texana (bueno, la mía sigue siendo texana que aún no me he vuelto a mi México lindo) y ponernos al día de lo que ha pasado en nuestras vidas (y el Andrés haciéndose odiar cada vez que presume su ya famoso año sabático).

¡Muchas gracias Pepe por el city tour! Prometo volver a Toledo y a mucho más de España para verla con más detenimiento.


Pepe nos llevó al Parador, al otro lado del Tajo, para contemplar Toledo by night.

También nos llevó al Restaurante "La Abadía".

Aquí comenzó nuestra ruta gastronómica.

(Gaby, no entiendo cómo no lo has comentado; con la foto que te ha tocado lo tenías a huevo)

Yo comí perdices a la toledana, riquísimas.

(Gaby no se acuerda lo que comió y yo no se lo perdono)

Ya ven, me ponen la foto de un puente y me lanzo a hablar de comida, ñam, ñam...



Me defiendo de lo anterior querido público fiel de este blog...no me acuerdo porque en cuanto abría la boca y me salía mi acento mexicano la gente (o sea el dueño de este blog y alguno de sus colegas y hasta desconocidos) me quería hacer comer lo que fuera. Lo del restaurante de Toledo fue riquísimo pero no me acuerdo. Eso sí, mi ropa sí tiene memoria porque me queda todo más apretado.

Bueno, aquí fue al día siguiente luego de hacer noche en un hostal en Oropesa (Toledo, no la famosa que está en la playa). Fue mi primera vez en un castillo medieval. ¡Maravilloso!

Por cierto, si van a un hostal de un pueblito asegúrense de que no sea familiar...¡Los niños no dejan dormir! Y a la mañana, dios, qué energía.



Torre del castillo-parador de Oropesa:

Excelente enclave para ver las vistas del pueblo y para hacer el payaso un rato.



Segundo castillo medieval: el de Trujillo en la provincia de Cáceres. El pueblo de Francisco Pizarro (conquistador del Perú).

Según yo, al haber conquistado esos territorios le puso a una ciudad del país inca como su pueblo. Bueno, esa es mi teoría pero creo que tiene sentido. Ya investigaré.



Gaby en la plaza mayor de Trujillo con estatua ecuestre de Pizarro al fondo.

Calles empedradas, iglesias románicas, musgo en las rocas, soledad, tranquilidad, silencio...

Me encantó Extramadura.



Tuvimos la suerte de encontrar un muy buen hostal en pleno centro de la plaza mayor de Cáceres. Esta era la vista que teníamos desde nuestra terraza donde desayunábamos café con leche, jugo (o zumo como le dicen ustedes), colacao y croissants con mantequilla congelada.

Días tranquilos y soleados los que pasamos por ahí. Por cierto, recuerdo bien que aquí probé la oreja...¿Ves que sí recuerdo lo que comí?



¡Sí, menuda mordida me diste!

Por cierto: en Canarias también decimos "jugo".

Para eruditos: Iglesia de San Francisco Javier. Debajo escultura de San Jorge matando al dragón. Es el patrón de la ciudad pues los cristianos se la arrebataron definitivamente a los moros en 1229, el 23 de abril para ser más exactos: día de San Jorge.

Y hablando de santos, hoy es el mío.



1. Mordí oreja de toro, no de canario.

2. Los canarios siempre han querido ser como los latinoamericanos (y no los culpo, jajaja).

3. ¡Impresionante! Pensé que no estaba prestándole atención a nuestra guía.

4. ¿Quién festeja su santo? (Digo, habrá gente pero no la mayoría). Aunque me gustaría saber el mío. A lo mejor mi abuela se acordaría.

La foto que me toca es la del interior de San Francisco Javier. Iglesia barroca del siglo XVII que me gustó aunque no me sorprendió porque este es el típico estilo de la mayoría de las iglesias de México. Eso sí, la foto muy chida con el efecto de color que le dio nuestro fotógrafo.



5. Gaby, hoy es tu úlima noche en España pero... ¿dónde piensas dormir hoy?

Los callejones de Cáceres son increíbles, sobre todo de noche. Todo el casco viejo es un regreso a la Edad Media. Se han rodado varias pelis en él. A Cáceres la nombraron ciudad patrimonio histórico de la humanidad en 1986. A La Laguna algunos años más tarde...

Las comparaciones son odiosas.


6. ¡Pues en tu cama! Por cierto, sería bueno que me fueras calentando las sábanas porque hace frío.

Lectores del blog, me han corregido. Era oreja de cerdo, no de toro...lo que es ser extranjero...

Bueno, el tour de la gula continuó con un festín que nos dimos en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. De entrada fueron croquetas y migas extremeñas (mmm, mmm, mmm).

Yo comí un tipo de asado de res (no pregunten nombres) con queso del Casar, exquisito.

Andrés se echó un frite extremeño de cordero.



7. Gaby, especifica que yo duermo en el sofá de la tele que este blog lo lee mi abuela...

En la foto: lechazo asado, especialidad de Valladolid, de la cual no hemos subido ninguna foto porque la selección la hicimos un poco a la carrera.



8. ¿Lo lee tu abuela? ¿Y tú hablando de erotismo? No sé, la mía ya le estaría rezando a la mano poderosa.

Bueno, Valladolid fue un recorrido por bares con sus mejores tapas. Aquí fue la prueba de fuego: una especie de chiles de la zona. No picó ninguno, además soy mexicana y estas cuestiones son normales para una.



¡Qué bien que me haya tocado esta foto!

Cecina...

Mmm...

Te encierran en la torre del castillo de Oropesa de por vida y sólo hay 2 menús posibles: a) cecina y cañas de por vida; b) dieta mediterránea variada, sana y nutritiva pero sin cecina ni cañas, hasta la muerte...

Les juro que no sabría por qué menú decantarme.

Eché mucho de menos en este viaje a mi hermano, un sibarita consumado, como yo.



En Valladolid visitamos a nuestro querido José Miguel (un muy buen amigo mío y de Andrés y antiguo compañero de trabajo). Nos mostró su ciudad y tuvo la amabilidad de mostrarnos y explicarnos el porqué de los edificios, lugares y comidas que visitamos y degustamos por allá.

Para mi esta fue una experiencia única. No fue mi primera vez en España pero sí la primera en que le dediqué el tiempo que merecía a sus antiguas ciudades y monumentos históricos. No me privé de nada, comí de todo (bueno, casi), aprendí de su historia, comprendí mi propia historia y tuve la oportunidad de volver a vivir la aventura del viaje con Andrés. Esta vez ya no fueron los Texas road trips sino lugares completamente diferentes a lo que regularmente veo.


miércoles, 18 de noviembre de 2009

AdiÓs SiLviO 3


Supongo que nos gustan las dos cosas: ficción y realidad.

Disfrutamos con los universos de ficción. Nos deleitan esos productos de la imaginación, esas historias que no están constreñidas por los límites de lo material, esos personajes que cobran vida sin tener huesos ni carne. Es el mundo del arte: de la literatura, del cine, del teatro. Es el mundo de la imaginación: de los sueños, de la locura, del pensamiento cuando se eleva en el cielo con la libertad de una cometa libre de dueño.

Pero al mismo tiempo sentimos una irresistible atracción por la realidad, por la verdad. No nos gusta que nos mientan: la demagogia, el engaño, la simulación, la ocultación, la desinformación. No sólo les ocurre a los filósofos: a nadie le gusta vivir de espaldas a la realidad. Y leemos, escuchamos, preguntamos, interrogamos, precisamente por eso: porque buscamos la verdad.

Cuando uno vive lo suficiente como para llevar un tiempo expuesto a los productos de la ficción, por una parte, y a las realidades de la vida misma, por otra, no tarda en percatarse de lo siguiente:

Que en la ficción hay mucha más realidad de la que estamos dispuestos a reconocer y en la realidad, a su vez, mucha más ficción.

Por un lado, los personajes de ficción y sus peripecias nos muestran con su ejemplo muchas verdades que la realidad -por ser más pobre, material y limitada- no está siempre en condiciones de ofrecernos.

Por otro lado, nuestras vidas están llenas de ficción: imitamos y nos inspiramos e invocamos muy a menudo a aquellos personajes de ficción que por uno u otro motivo se han hecho un lugar en nosotros mismos; y ellos condicionan nuestra forma de actuar y de ver el mundo.

El tema da para mucho más, intuyo. Sirva lo anterior de breve pincelada meramente.

Porque lo que me interesa es la cuestión de lo que ocurre cuando la ficción se hace pasar por realidad.

Llamaré a esto lo aparente.

Lo aparente es aquello que parece que es real pero que no lo es:

"Oro parece, plata-no es"

Hay algo de fraude y decepción, pues, en ello; y algo de fascinación también.

El ejemplo perfecto es el reality show amañado, tan recurrente en nuestra televisión:

Nos fascina el espectáculo, la trama rocambolesca, el esperpento.

Nos fascina la idea de que la madre de la chica se haya liado con el novio de ésta última; y que aparezcan peleándose en pantalla madre e hija, novio y novia; nos fascina que luego el presentador anuncie que el chico en realidad es gay y que tiene otra relación fuera de ese triángulo familiar; y que aparezca el susodicho y que resulte ser el padre de la niña; y ver entonces a la madre insultando y pegando a su marido; y a la chica haciendo lo mismo con su novio...

Vale, lo reconozco: se me fue la mano con el ejemplo. Pero a lo que iba: nos fascina dicho espectáculo precisamente en la medida en que creemos que es real. Puede que sintamos repulsión y que cambiemos de canal y que escribamos indignados una carta al director echando pestes de la telebasura. Pero el esperpento no nos ha dejado indemnes, indiferentes.

Sin embargo, cuando nos enteramos de que todo ha sido amañado y de que todos los protagonistas del show son sólo actores... entonces lo que sentimos es decepción (y no alivio), chasco (y no reconciliación) y una profunda desilusión por haber estado sometidos a un fraude, a un engaño, a un fiasco...

Fascinación y fiasco: este es el territorio de lo aparente.

Es muy significativo que a la ficción de la literatura, del cine o del teatro nunca le hacemos este reproche:

-¡Era todo mentira! Vaya mierda.

Con lo aparente en cambio nos sentimos como si hubieran jugado con nuestros sentimientos (confianza, ingenuidad, ilusión, miedo, ternura, fascinación) o simplemente como si nos hubieran hecho perder el tiempo:

-¡Eran todos actores! ¡Y yo aquí hipnotizado delante de la TV como un gilipollas!

Explico todo esto, supongo, en mi descargo, quizás como una forma de mea culpa, pues no a todo el mundo le ha sentado igual de bien la revelación del fiasco, la idea de que hubiera alguien real, manejando desde arriba o desde atrás los hilos del Silvio Lombardi de ficción.

Cuando se juega a mezclar ficción y realidad a tan altas temperaturas las quemaduras terminan por ser de verdad.

Y es que la historia de Silvio Lombardi entra dentro de la categoría de lo aparente.

Y tras la fascinación, como dije, llega el fiasco.



Voy a aparentar lo siguiente: que yo también quedé fascinado y engañado por la propia historia de Silvio, para así saciar la sed de realidad -natural como el hombre (y la mujer, uff)- de quienes con tanto ahínco preguntaron si Mr. Lombardi era real o no. Voy a aparentar que dejé escrita una nota para mí mismo, para no volverme loco con tanto argentino de caballería:

"He empezado a confundirlo todo, o algunas cosas al menos. Ayer casi digo "vos" y apenas utilizo ya el pretérito perfecto compuesto, como si fuera argentino. Me voy a la cama pensando "qué hara Silvio mañana" y me levanto con una idea febril que no puedo dejar de apuntar. Hoy me crucé con una chica por la calle y me dije: "Vaya mina". Así que voy a escribirlo todo: la verdad. Voy a contarme a mí mismo cómo ocurrió todo por si algún día en el futuro empiezo a ver de veras papelitos ensangrentados en los bolsillos de la chaqueta... Todo comenzó con el Cizañas, en Barcelona. Estábamos desayunando una tosta catalana en una churrería cerca de su casa cuando me dijo que estaría bien crear un personaje de ficcion en el blog para animar el cotarro, que la cosa estaba muy poco animada. La idea me fascinó. Mezclar ficción y realidad; ya llevaba haciendo algo de eso en cierta manera. Y la cosa me gustaba. Ahí mismo le puse nombre: Silvio Lombardi. No sé muy bien por qué ese nombre. Supongo que fue esa misma mañana y no en el AVE a Madrid cuando decidí que el personaje sería argentino, como el chico que me había devuelto el móvil. En efecto, dos días antes había perdido mi móvil en el Templo de Debod y una pareja de argentinos lo había encontrado y me lo había devuelto. Yo estaba entusiasmado, muy agradecido y les pregunté cómo podía recompensarles. Tenía 20 euros en el bolsillo y tiempo libre. Pero ellos dijeron que no hacía falta, que era lo menos que podían haber hecho. La anécdota se quedó grabada en mi memoria y pensé que la cosa merecía un post. Pero cuando surgió la idea de parir para el blog a un personaje de ficción vi claro que dicho individuo tenía que salir de allí, de aquella tarde en el Templo de Debod. Así que continué a mi manera el encuentro con la pareja de argentinos. Vi nacer ante mis ojos a Silvio Lombardi, quien empezó a contarnos sus peripecias desde este blog. Un día recibí un mail de Montse, diciéndome que me había pillado, que había descubierto un error en mi historia. Tenía razón, había descubierto un error al que difícilmente podían ponérsele peros. Desde entonces, Montse y el Cizaña se convirtieron en las únicas personas que sabían la verdad, pese a que eran bastantes quienes no terminaban de creerse la historia. Pensé muchas veces: "A estos dos hay que darles un Óscar" o "Si al final de todo se reparten capones, estos dos no se salvan". Pero a mí me tocó el trabajo sucio de dar la cara, de mentir, incluso a las personas más cercanas, a mis seres queridos. A mi padre una vez tuve que decirle: "Estate tranquilo, yo sé lo que me hago, soy mayorcito y responsable, confía en mí". Y es que hay que reconocer que Silvio en algunos momentos llegó a inspirar cierto miedo.... Ahora en cambio es distinto, ahora nos llevamos bastante bien los dos, qué digo, Silvio no existe, qué manía, a veces me da por dudar y por olvidarme de todo esto, de cómo nació en realidad Mr. Lombardi y de cuál es su verdadera naturaleza. Pero por si acaso, por si alguna vez lo olvido, he querido dejar todo esto escrito, a modo de prueba, de mensaje en una botella, por si acaso, por si las moscas, entendés Andriu, espero que sí."

Lo aparente saca su fuerza de seducción de la irresistible atracción que siente el ser humano por la verdad, por la realidad. Estoy convencido de que si desde el principio hubiera dicho que Silvio Lombardi era sólo un personaje de ficción, en vez de un argentino -algo chiflado- de carne y hueso la expectación en torno a las peripecias de este singular personaje no hubiera sido muy grande. O dicho de otro modo: estoy convencido de que quienes creyeron en la realidad de Silvio Lombardi disfrutaron mucho más de sus posts que quienes supieron o sospecharon que era un personaje de ficción.

Por esa misma razón los realities shows o los concursos de tele-realidad triunfan. Vienen respaldados por un aliado poderoso: la realidad.

Lo mismo ocurre con muchos blogs. En este ya se me conoce demasiado como para jugar a las adivinanzas con la realidad y la ficción. La aventura de Silvio Lombardi no deja de ser una excepción. Pero hay muchísimos blogs en la red que juegan a contar historias o peripecias vitales increíbles y sorprendentes. El anzuelo que mantiene a los lectores enganchados lleva en parte casi siempre la misma carnada, a saber: la pregunta "¿será verdad todo esto que cuenta este pavo?".

Cuando se descubre todo, cuando se sabe la verdad y se encienden las luces, ya lo dije: se acaba la fiesta.

Llega la decepción.

Por eso quizás hubiera sido mejor dejar a Silvio vivo, o al menos a Valeria; llevarlo de vuelta a su país y a su ciudad natal, Santa Fé; despedirlo desde aquí con lágrimas virtuales, o con gritos de alivio: "vete ya, pesado"; hacerlo desaparecer en la ficción para seguir soñando con él de tarde en tarde.

Pero no ha sido así: lo he traído desde el sosegado universo de la ficción -casi tirándole por las orejas- hasta el mundo falaz de lo aparente.

He decepcionado a algunos y he saciado la sed de realidad de otros.

Quizás todos hemos aprendido algo.

Yo al menos sí.

Platón fue un señor en ocasiones muy serio. Cuando diseñó su ciudad ideal prohibió la entrada en ella a los artistas o específicamente a los poeas o "aedos". De eso trata el primer libro que me mandaron a leer en 1º de Filosofía. Platón le reprochaba a los poetas su inmoralidad al describir o contar de modo falaz la realidad. Para el filósofo griego los poetas eran, en suma, mentirosos, embusteros, impostores. Sus obras eran mera apariencia. Hacían pasar lo falso por verdadero, la ficción por realidad. En resumen: eran apologetas de lo aparente.

Sospecho que Platón de habérselo planteado también habría prohibido en su polis perfecta los reality shows y los blogs embusteros, como éste en ocasiones.

Pero lo más grave no es su rechazo a lo aparente, sino el no haber sido capaz de imaginar una categoría para la ficción (o no haber incluido la obra de los poetas dentro de esa categoría):

Obsesionado con sus dicotomías (mundo real vs. mundo aparente, conocimiento vs. opinión, mundo inteligible vs. mundo sensible) me temo que no dejó o no pensó en un lugar para la ficción.

Es una lástima.


martes, 17 de noviembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

domingo, 15 de noviembre de 2009

SiLeNciO SePuLcRaL



Anoche abrí el correo de Silvio Lombardi.

Estábamos Santi, María (diseñadora de flyers) y yo. Contamos 1, 2, 3 y leímos:

ES VALERIA

Fue un poco decepcionante.

¿Qué quería decir Silvio con esas dos palabras?

Sobre la marcha le mandé un correo diciéndole que no había entendido a qué se refería, aunque con la incertidumbre de no saber bien si aquel correo se lo estaba escribiendo a un muerto o a un vivo. Hoy domingo he recibido un mail desde la cuenta de Silvio Lombardi. Lo mejor es que lo transcriba aquí y que guarde yo el más espectral de los silencios:

Estimado Andriu,

Ya te dije en su momento que Silvio no se llamaba Silvio en realidad, ni Alfredo lleva el nombre de Alfredo, ni Galoha es Galoha. Tampoco yo me llamo Valeria. Y sin embargo me conoces. O al menos me viste en el Templo de Debod junto a Silvio.

Silvio está ya muerto, pero desde hace ya casi tres semanas.

El día que nos conocimos fui yo quien se quedó en mente con la dirección de tu blog y fui yo quien estuvo leyéndolo durante todo un fin de semana. Me gustó, como te dije. Yo también escribo, aunque no te puedo dar muchos más detalles acerca de mi profesión. Espero que lo entiendas.

A Silvio tenía pensado matarlo desde hacía ya mucho tiempo. El monstruo que he retratado a lo largo de los posts que me has dejado escribir en tu blog durante este último mes no es ni la mitad de despreciable que el Silvio real con el que conviví durante estos últimos años. Y sin embargo una puede caer en esa trampa y enamorarse del hombre equivocado: y amarlo y odiarlo con la misma pasión y fuerza.

Todavía no sé cómo sucedió todo, cómo decidí escribirte y hacerme pasar por Silvio y pedirte que me dejaras publicar durante un tiempo en tu blog. Supongo que comprendí que para poder matar a Silvio Lombardi debía al mismo tiempo crearlo: resucitarlo aquí. Fue todo una forma de expiación, o de justificación, o acaso un acto de vanidad sin más. Los que escribimos somos personas vanidosas. Y sólo ahora me doy cuenta de que también lo somos un poco quienes asesinamos.

Quizás por eso te mando la última foto. Es un tatuaje de Silvio. La policía acabará encontrando su cadáver, de eso no me cabe ninguna duda. Eres libre de ponerte en contacto con ellos y de facilitarles la foto, el contenido de mis posts y los archivos que te envié esta mañana. He sido bastante meticulosa a la hora de mezclar realidad y ficción, así que en ese sentido creo que tengo las espaldas cubiertas. También me he cancelado mi cuenta de correos y hace un tiempo que escribo desde fuera de Madrid, de España, de Europa.

En cuanto a ti, debo agradecerte tu generosidad por haberme permitido crear y desarrollar en tu blog este personaje de ficción: Silvio Lombardi. No te sientas culpable ni cómplice de nada. Aparecieras tú en nuestra vida o no aquella tarde de octubre en el Templo de Debod, lo cierto es que a Silvio iba a terminar asesinándolo de una forma u otra. Hay cosas que no está en nuestra mano cambiar.

Debo pedirte disculpas asimismo por haber contribuído a que parte de tus lectores se hicieran la idea de que detrás de Silvio Lombardi estabas tú. Confieso que la ocurrencia me hizo gracia y en parte soy responsable de ese equívoco. No sé si te diste cuenta pero algunos detalles lingüísticos, algunas equivocaciones en el léxico, fueron puestas adrede para hacer pensar a tus lectores que quien escribía no era un verdadero argentino, sino un mero impostor. Confío en que este equivoco termine aquí y mis experimentos lúdicos entre la realidad y la ficción no te traigan al final ningún problema con la policía.

Ha llegado el momento, Andriu, de decirnos adiós.

Este correo es una explicación pormenorizada del escueto "ES VALERIA" que te envié el jueves. Recibí tu correo pidiéndome una aclaración de verdad y creo que te la mereces. Aquí está. Por otra parte, de modo adjunto te envío algunos ficheros: fotos y un video. Quiero que los abras. Tienen que ver con la muerte de Silvio Lombardi. Puedes hacer con ellos lo que quieras: publicarlos, entregarlos a la policía o eliminarlos sin más una vez los hayas visto.

Un cordial saludo.



viernes, 13 de noviembre de 2009

Mi despedida (2)


Los papelitos llegan de todas formas, haga uno lo que haga. Podés pasarte todo el día sentado en el sofá, sin moverte, sin quedarte dormido, atento a cualquier movimiento, a cualquier ruido, da igual. Al final termina tu mujer apareciendo, desde la calle, con un sobre en la mano: "Aquí tenés una carta para vos". Me pregunto cuánto tiempo llevaría ese aviso -te quedan- de muerte -2 días- en el buzón, esperando el momento.

Llegan aunque uno no se mueva y aunque uno se enfade y llore y se desespere e implore sin saber a quién y le grite a la mujer: "Alejate, no quiero verte, no me traigas más cartas, no me traigas nada, no quiero nada de ti, dejame solo". Porque aunque se quede uno así, todo el día guarecido en casa, enfundado en una frazada como si estuviese uno con calentura, solo y aislado y separado del mundo, como a cubierto, de todas maneras los papelitos terminan llegando.

Es tan simple como esto: después de todo el día de guardia, vigilando las espaldas, las manos en los bolsillos, la mirada tensa, llega la noche por fin, uno cierra las puertas, las ventanas y los cerrojos; uno va al cuarto de la nena y le da un beso; uno se desviste, se mete en la cama, siente el frío todavía por todas partes, levanta la almohada y decubre el papelito: "TE QUEDA 1 DÍA".

Entonces uno asiente, dice "ok" y se da cuenta de que lleva todo el día esperándolo. Y sabe que haga uno lo que haga ellos siempre llegan.

Entonces uno se acuesta, resignado y vencido, cansado pero sin poder dormir porque unos golpes de martillo retumban acá adentro de la cabeza, mientras se atropellan en ella recuerdos, imágenes, presagios, argumentos. Desfila a velocidad de vértigo por la mente -como por una autopista- la infinita llanura verde, la pampa del alma, la casita oscura y pobre, el regreso a Italia de la familia, las peleas en casa, la pintura, el arte, las mujeres, la universidad, el primer laburo, Malena, las peleas otra vez, Madrid, Valeria, Galoha, las mujeres de nuevo, el cuaderno negro, los papelitos.

¿Te pasó alguna vez eso, Andriu? ¿Se te juntó toda la vida en apenas un instante? En estos casos, perdés el tiempo si intentas dormir. Darás vueltas en la cama buscando el sueño pero con el corazón acelerado el sueño corre y huye asustado. Te levantarás, darás vueltas por la casa, inquieto, sin saber qué hacer con los segundos, minutos, horas, días, quizás años que te quedan. Quizás días, horas no más. Te sentarás entonces, puede ser, delante de un cuaderno o de la computadora, a escribir. A vos te gusta eso. Y escribirás quizás, como ahora mismo estoy haciendo yo:

Andriu,

Te escribí un mail hace algunas horas. En él cuento algo importante acerca de quién soy yo. Quiero que no lo leas todavía, por favor. No sé bien si todo esto de los papelitos es una broma absurda, una amenaza real o una trampa de mi mente enferma. Ya dije que mi nombre no es Silvio Lombardi. Ni el de Valeria, ni el de Alfredo, ni el de Galoha... Sólo intento proteger a algunas personas con todo esto, empezando por mí. En ese mail que verás mañana en tu correo te cuento algo más acerca de quién soy en realidad, aunque no todo. Me gustaría que leyeras ese mail sólo en caso de que yo muriera. Y lo sabrás porque en ese caso no volverías a tener noticias de mí. Si todo esto de las amenazas de muerte es sólo una broma el sábado te lo haré saber, así como a todos los lectores del blog, con un escueto mensaje: "Estoy vivo. Borrá el mail que te mandé. Adiós". Como te dije, de un modo u otro dejo de escribir aquí. Me buscaré otro blog quizás, otra persona a quien hacer sentirse en deuda. Aquí siento que sobro. Mi último favor es éste: que borres mi mensaje de correo electrónico antes de leerlo. Espero poder confiar en ti. Si mañana (hoy ya) no muero, desde el sábado podrás olvidarte de mí: borrarás mi mensaje, bloquearás mis permisos para publicar y no sabrás nunca nada más de mi. Si mañana (hoy ya) sí muero, con más razón aún podrás olvidarme (tras leer mi mensaje de correo electrónico)... O quizás con menos.

En cuanto a todos ustedes, lectores de este blog, me despido dándoles las gracias por haberme leído durante todo este mes. Sé que no le soy simpático a gran parte de ustedes. Pero esto es lo que hay. Y yo soy -por ahora- el que soy.



jueves, 12 de noviembre de 2009

SeNsUaL MoRiBuNdA


"El sacerdote se incorporó para coger el crucifijo, y ella, entonces, alargó el cuello como quien tiene sed, y, pegando los labios al cuerpo del Hombre Dios, depositó en él con toda su fuerza expirante el más grande beso de amor que jamás diera. Luego el cura recitó el Miseratur y el Indulgentiam, mojó el pulgar derecho en el aceite y comenzó las unciones: primero en los ojos, que tanto habían apetecido todas las suntuosidades terrestres; después en las ventanas de la nariz, codiciosas de brisas tibias y de aromas amorosos; después en la boca, que se había abierto para la mentira, que había gemido de orgullo y gritado de lujuria; luego en las manos, que se deleitaban en los contactos suaves, y por último en la planta de los pies, tan rápidos cuando corría a satisfacer sus deseos y que ahora ya nunca más caminarían".

(Gustave Flaubert: Madame Bovary)



Imagen: Cleopatra moribunda (Guido Reni).

miércoles, 11 de noviembre de 2009

C-E-N-T-I-N-E-L-A


Sigo durmiendo poco y mal. Hoy me desperté a las seis y Valeria no estaba en la cama. Me levanté y la vi sentada frente a su computadora. Le pregunté qué hacés. Nada, no tenía sueño, no puedo dormir. Estuvo toda la mañana pegada a la computadora, como centinela. Así que ahora , por la tarde, me vine a un locutorio, mientras ella saca a Galoha al parque infantil. ¿Qué te pensás? Vos no vas a impedir que siga escribiendo en "nada permanece". Ni tampoco vos, Alfredo. Y en cuanto a Andriu, que sí puede, creo que ya estuvo bien, me voy, chau. Acá no me quieren, no les gusta ese "tono" con el que hablo, me piden que me vaya a escribir en mi libreta negra. Pues eso haré. Si desaparezco a partir del sábado no piensen que morí, que me mataron. Empiezo a pensar que lo de los papelitos es tan solo una broma macabra. ¿Quién iba a estar interesado en matarme? No valgo tanto. Si dejo de escribir es porque me cansé. O bueno, les cansé a todos ustedes con las historias de mi adicción al sexo y con los papelitos. En cuanto a éstos, me puse a pensarlo fríamente y llegué a la conclusión de que no puede ser sino una broma. Si alguien me quiere matar se me hace estúpido que me mande notas con la cuenta regresiva: "te quedan 5 días", "te quedan 4", "3 días", "2, 1". No soy un gil para creerme todo esto. Ayer me consiguieron engañar y meterme en el bolsillo de la campera otro papelito: "TE QUEDAN 3 DÍAS". Pero es que no estuve atento y anduve de acá para allá, en el metro, entrando en bares, por la calle, normal despistarme. Pero hoy no. Hoy llevo todo el día alerta, pendiente de quién se me acerca y de todos los movimientos que se producen a mi alrededor. Siento cómo todas las miradas se fijan en mí. Me siento espiado como por una mirilla de puerta o de escopeta. Pero yo también estoy atento, vigilante, centinela, como Valeria con su computadora.

SiN DiOs 3


Si me levanto y en el baño hay dibujado un arco iris en el lienzo de azulejos de la pared no pienso en dios, pero sí veo una señal, un misterio, un enigma en ese haz de luz de colores: algo que se me escapa.

Se me atoja entonces que a la explicación de Newton también se le escapa un misterio, un enigma, una señal.

Descubro en mí ante ciertas situaciones y espectáculos del mundo una suerte de religión personal.

Me hice la promesa a mí mismo, delante de la pulsera, como quien jura fidelidad en el altar, en la salud y en la enfermedad:

-No te la quites nunca, deja que se caiga sola.

Intuyo que en el fondo había una fascinación morbosa por el desgaste inexorable del tiempo, una especie de reto o apuesta contra Cronos.

Pero también una petición indeterminada y ambigua, difusa como el deseo de quien sopla las velas de su propio cumpleaños o quien engulle las 12 uvas de un tirón.

A veces lanzo plegarias al viento, a un dios que no existe, sin destinatario claro y sin preocuparme demasiado por concretar el contenido de la súplica:

-Que me vaya todo bien.

Para especificar y entrar en detalles ya están las Cartas a los Reyes Magos.

(o las listas de boda)

Pero otras veces mis solicitudes son concretas y detalladas como un contrato legal:

Hace un mes en Barcelona, arropado por dos testigos, con el pie dolorido y lleno de ira ciega contra el absurdo del mundo y contra la dermatología, hice un pacto con lo divino, con el haz de luz, con mi dios de cabecera:

-Si en Navidades ya no tengo el (puto) papiloma prometo que de aquí a dos años me hago el camino de Santiago.

La religión, como la magia, no es más que un mercadeo -una transacción comercial- con lo divino.

Así que me sorprendo a veces a mí mismo creeyendo a pies juntillas en un universo mágico, encantado y con sentido.

Así por ejemplo cuando pienso en mi propia felicidad.

Si me hundo en la miseria nunca me cuesta demasiado volver a salir a flote, renacer.

-¿Qué tonterías estás diciendo? ¿qué miseria? Mira a tu alrededor...

Nada como un par de razonamientos optimistas sacados de aquí o de allá como para salir a flote:

-Ya llegarán tiempos mejores, ya se te compensará, esto no puede durar mucho más.

Pero también a la inversa:

Cuando la vida me sonríe y mi corazón reboza dicha y sólo me sale un doble seis a los dados...

(Uff)

...entonces un presagio funesto recorre mi espinazo como un relámpago:

-Ya pagarás por esto, ya llegará tu expiación.

Y es que las penas y las alegrías se compensan y equilibran en esta religión en la que a la postre se imparte justicia:

-¿Les suena?

Y sin embargo no estoy bautizado, ni voy a la iglesia ni sé persignarme ni nada de nada.

Ni creo.

Pero descubro en mí mismo un lado irracional, supersticioso, encantado.

Mis tics y mis manías de la infancia y de la adolescencia se han transformado. Ya no las exhibe obscenamente mi cuerpo, sino que han pasado a ser tics mentales: religión.

¿Qué son las religiones sino grandes tics mentales sistematizados e institucionalizados?

Este mundo sin dios me maravilla y me asusta al mismo tiempo.

Yo también -como Silvio- tengo miedo y me alimento de fantasmas.

Yo también percibo signos, señales y enigmas casi cada mañana.


martes, 10 de noviembre de 2009

Tengo miedo


Estoy nervioso, sudoroso, sin sueño, dando vueltas en la cama toda la noche, al final me levanté ya, para qué esperar a las seis si aún no concilié el sueño, noche cerrada, qué mas da, a quién le importa. Llevo unos días así, inquieto, con miedo. Sí, tengo miedo. Y para colmo, vos, Andriu, te escribís ese post embustero en el que te hacés pasar por mí, no me gustó tu broma, ya te lo dije. Te equivocaste también en lo de Valeria, sí era ella la que viste en el Templo de Debod cuando nos conocimos, simplemente Galoha estaba esa tarde en casa de su abuela ¿viste?. Y lo que contás del Historial es otro vil embuste, llamalo juego si querés, ya vi que te gustá inventar historias. Pero debés tener cuidado con lo que escribís. No es una amenaza, es un consejo. El que está amenazado soy yo, el que tiene miedo, y al que nadie quiere creer, porque esto parece de locura. Ayer fui a la policía, no sé si les di la dirección de tu blog, sí, se las di, pero no me creen, manchas rojas, dicen, papelitos, y casi los veo reirse de mí, no me toman en serio, no soy español, no soy como ellos, como ustedes, como vos tampoco, ME QUIEREN MATAR, ME QUIEREN MATAR, HAY ALGUIEN QE ME QUIERE MATAR, no sé ya cómo decirlo para que me crean y no piensen que me lo estoy inventando todo, lo escribo aquí para que cuandfo ocurra todos digan "Pues era verdad" o "Y no hicimos nada" o" Y no te creimos, Silvio". Valeria tampoco me cree, dice qwe soy yo el que se mete los mensajes ensangrentados, los papelitos de muerte, en los bolsillos. Además está tramando algo con Alfredo. El viernes me llamó al celular, él nunca me llamó antes, me dijo que estaba muy preocupado conmigo, que a leer lo que le había escrito en mi cuaderno negro me exigía que le diera la dirección del blog en el que escribo y que era por mi bien, por mi salud, creo que por mi vida dijo también. Pero miente Alfredo también, como vos Andriu mentiste, porque yo nunca dije nada ni escribí nada en el cuaderno negro sobre tu blog ni sobre vos ni sobre las minas con las que cojo, que ya no cojo, que estuve persiguiendo ayer y antes de ayer a una vecina que se me insinuó antes y esta vez me evita y me miró con cara muy extraña. Así que Alfredo me oculta la verdad y por eso no le di la dirección del blog ni contesto cuando me llama al celular ni fui ayer a la terapia. Y la verdad es que él ya tiene la dirección de "nada permanece" porque me habló de la mina que conocí en el metro y me dijo tranquilo Silvio, no pasa nada, no es más que una recaída, pero podemos salir adelante, sólo tenés que contarme las cosas a mí, y no en ese blog, tenés que confiar en mí que soy tu amigo y tu terapeuta. Pero no es mi amigo y no puedo confiar tampoco en él porque lo de la mina no lo escribí yo nunca en el cuaderno negro así que tuvo que leerlo en el blog y la única persona que sabe del blog es Valeria aunque pensé que nunca recordó la dirección cuando Andriu me la diste en el Templo. Así que los dos son cómplices y me están mintiendo y no me creen y Valeria esto lo escribo sabiendo que lo vas a leer también y creo que te voy a despertar ahora mismo y te voy a decir "Mirá lo que esciribo, Vale, es el blog de Andrés, aquel canario que vimos en el Templo de Debod, recordás, hablamos con su mamá" y sabés mejor que nadie que lo que siento es miedo y que sí te fui infiel también te quise, Vale, también te quiero todavía, a pesar de que me convertí en lo peor de lo que nunca pude llegar a ser y por eso te pido perdón y creo que va a ser mejor que duermas, que sigas durmiendo, que ya voy contigo ahora, será mejor que leas todo esto por ti misma, porque ¿lo lees, verdad? ¿cómo pudo si no Alfredo saber de la mina del metro si yo nunca conté nada en su cuaderno, fuiste vos verdad quien se lo dijo? ¿y por qué finge entonces Alfredo que no tiene la dirección si ya la tiene, quiere acaso humillarme, que sea yo quien se la diga a él y no él a mí, es eso parte de la terapia? Pues no la va a tener de mí, que lo lea todo desde aquí: "Alfredo: enterate, no te voy a decir lo que ya sabes". Y a ti tampoco, Valeria. Léelo aquí no más. Eso sí, anoche hace apenas unas horas, tú dormías ya Valeria y esta vez no te lo voy a contar, leelo aquí en el blog, anoche digo abrí el libro que estaba leyendo por donde lo había dejado y encontré el tercer papelito anunciando los días que me quedan, y con el mismo adorno en sangre:

"TE QUEDAN 4 DÍAS"


lunes, 9 de noviembre de 2009

domingo, 8 de noviembre de 2009

Ya lo dije


Soy impotente.

Ahora que creo que Valeria lee también el blog de Andriu, bueno es que yo lo diga, antes de que sea ella quien lo cuente. Un conocido me explicó el otro día cómo en el "historial" quedan registrados todos mis movimientos en la computadora de Valeria. Y me contó cómo había que hacer para borrarlos. Ayer pude encender a solas la computadora. Quería borrar mi rastro, mis huellas. Pero entonces vi que alguna otra persona había estado entrando a "nada permanece" a horas diferentes de las mías. Galoha tiene sólo tres años y medio. Valeria es la dueña de la computadora y que yo sepa la única persona que tiene acceso a la misma. Se me ocurre pensar si yo mismo soy el que entré al blog en esas horas, sin acordarme ahora. O peor aun: se me ocurre pensar si fui yo el que entré en estado como de sonambulismo, sin ser consciente de lo que hacía.

El caso es que Valeria es una buena mujer. Todavía no la describí, creo. Tiene una belleza ambigua. No es el tipo de las que hacen que un hombre se voltee en la calle y exclame: "Vaya hembrón". Ni tampoco tiene carita de muñeca, ni de princesa, ni unos rasgos perfilados. Su rostro es tirando a regular. Una de esas mujeres anónimas que se cruza uno todo los días en el metro y que en nada llaman la atención. O casi en nada. Porque hay algo especial y único en su mirada. No sé si es el brillo, o la forma de almendra o la melancolía de sus ojos oscuros. Algo en el fondo de su mirada que solo se descubre tras mucho observarla hacen de Valeria, también, una mujer linda.

Pero sobre todo es buena Valeria por haber seguido conmigo después de todo. Yo le ayudo en casa todo lo que puedo. Las mañanas las paso buscando laburo. Me tomo mi tazita de mate y una rebanada de pan con mantequilla y salgo a la calle, entrando a todos los lugares donde leo escrito: "se busca". Luego me tomo un café en algún bar con periódico y apunto las señas de las ofertas en las que puedo encajar. Pero a eso de la una ya estoy de vuelta en casa: limpio la casa, hago la cama, barro, friego, ordeno y hago la comida. También le ayudo con Galoha, con la ducha, cena y cuento. Pero a menudo me pregunto si todo esto es suficiente para compensar las veces que engañé a Valeria.

A los tres meses de mudarme a su casa dejamos de hacer el amor, de coger. Yo no tenía ganas. Era raro y ella pensó que el problema era de ella. Yo siempre había sido muy mujeriego y ella lo sabía. Ya me había descubierto alguna aventurilla con alguna mina, alguna mentira, lo que no bastó para que se echara atrás en su decisión de ponernos a vivir juntos.

Yo también pensé que el problema era ella. La verdad es que me seguía gustando. Ya lo dije: sus ojos lindos y cómo huele a limpio siempre. Pero a la hora de la verdad, cuando nos ibamos a la cama, nada. Aquello no había forma de levantarlo.

Entonces yo volví a las andadas. Quise encontrar en todas esas mujeres a las que ansiaba y perseguía como un depredador lo que con Valeria no conseguía: una erección. Volví a mirar a las mujeres más allá de los ojos y a hablarles más allá de las palabras. Volví a jugar a engatusarlas, a llevarlas a una cama, a un cuarto de baño, a un discreto rincón en un parque. Pero asistí espantado a este horror que me consume por dentro.

Valeria me dio mucho apoyo, mucha comprensión y también dinero. Fue ella la que me pagó las sesiones con un sexólogo: Alfredo. Yo me convertí en un monstruo parecido (y al mismo tiempo muy diferente) al que ustedes ya conocen. Seguía intentándolo sin éxito con Valeria y siempre que podía lo intentaba con la primera mujer que se me pusiera delante y que me pareciera atractiva. Quería curarme no más. El monstruo impotente en que me había convertido quería dejar de ser impotente pero para eso había que ser un monstruo un poco más.

Alfredo me pidió que lo escribiera todo y que dejara esos intentos frustrados de infidelidad, con los que el círculo vicioso en el que había entrado no hacía más que agrandarse al tiempo que hacía a Valeria cada vez más desgraciada. Yo le hice caso en lo de escribir, pero no en lo de dejar de intentar reencontrar mi virilidad en camas ajenas.

Entonces me encontré a Andriu (bueno, a su celular) en el Templo de Debod, se lo devolví y te quedaste tan agradecido, Andriu, que me prometiste escribir un post sobre nosotros en tu blog. Yo no sabía bien lo que era un blog todavía ni tú sabias quienes éramos nosotros. Porque aquella mina con la que vos me viste en el Templo de Debod no era Valeria, sino una, otra, con la que había quedado por internet. Si hubiera estado con Valeria también habrías visto a Galoha con nosotros.

Después de leer tu blog te pedí el favor de que me dejaras escribir en él. Por cierto, no me lo leí todo como te dije. Pensá que Valeria me controla mucho el uso que le doy a la computadora y me resulta difícil leer páginas prohibidas, como las de citas con desconocida,s siendo suya la computadora. Te dije no más que leí todo tu blog para halagarte y así hacer más fácil que aceptaras mi propuesta de colaboración. Perdoná si te molestó esta mentira. Tu blog se convirtió también en una de esas páginas prohibidas para mí. Entonces empecé a contar esos encuentros sexuales: el metro, Halloween. Pero eran pura fabulación. No se me empina. Y mi querida Valeria, que quizás vaya a leer todo esto dentro de un rato, lo sabe demasiado bien.

Ya está, ya lo dije.

sábado, 7 de noviembre de 2009

GuAtEqUe LiMoNeRo


Me da algo de reparo publicar todas estas fotos sin haberlo consultado antes con las personas implicadas. No es lo normal, pero es posible que a alguien no le apezca ver su imagen publicada en un blog. Pero para ofrecer una crónica visual que haga justicia a la fiesta de anoche hace falta correr este riesgo: el de aventurarse a pensar que a estas alturas, cuando las redes sociales como Facebook, los blogs y la telerrealidad están a la orden del día, nadie va a molestarse por ver su foto en un post inocente y respetuoso como éste. Además, este blog tampoco tiene demasiada difusión. Además, dos terceras partes de los invitados son actores: están acostumbrados a una cámara.

Pero si no obstante alguien no quiere ver su foto publicada aquí no tiene más que decírmelo y la quitaré enseguida.

Dilemas de bloguero, supongo.



Al principio todos parecían tenerle miedo al objetivo de la cámara.



Pero enseguida le cogieron el gusto e incluso pedían más y más.



Era la fiesta de la planta carnívora y hubo quien cumplió a pies juntillas con lo que se pedía en el flyer y vino con la suya.


Planta o flor.



El picoteo lo pusimos nosotros.

Endivias con roquefort,



canapés con paté aux fines herbes

(galletas crackers con foi gras del chungo, del supermercado Lidl)



El montadito Limón con tomatillos Conde Duque de Olivares y reducción de anchoa del Cantábrico

(en el paréntesis pongan lo que les dé la gana)



Y las deliciosas tortillas del chef Santi Lópezz, artícife también del postre Dulce Guayarmina o Bomba (calórica) Chaxiraxi.



Ya a la hora de los postres los invitados habían empezado a hacer cosas raras.



Y la cosa siguió en esa línea...



...toda la noche.



Esto es un póker de amigos.



Póker de chicas.



Póker de chicos.



Esto es un trío.



Trío de canarios.



La fotógrafa oficial también quiso salir en uno.



Al primo Leandro a mitad de la noche le dio por hablar con acento argentino y telefonear a las Islas Canarias...



Esto es una pareja.



Ésta otra.


Y otra.

Les presento a Geno: nuestra compi de piso.

Es encantadora por dentro también.



Vaya estilazo, Manuel.



Pareja checa.



Esto es un as.

Dani aprobó con creces el Proyecto de Arquitectura y creo que aquí estaba examinando la solidez de las vigas del techo.



Póker, tríos, parejas...

Lo mejor son los primeros planos en solitario, creo.



¿Verdad que sí?



Bueno, siempre hay excepciones.

-Este porro no jala.



¡Muacka!



Deconstruyendo la Revolución Cultural de Mao Zedong...



¿Te estás aburriendo?



¿Cómo se llama la peli: "Quiero quemar la Caldera", ja, ja, ja?



Rouge



Retrato de una noche loca.



La bella benjamina.



-¿No es verdad ángel de amor...?

¡Me perdí la clase de teatro!



¡Y la de acrobacia!



Y la de relajación.



Y muchas gracias a Ana, autora de casi todas las fotos de este post.