miércoles, 28 de enero de 2009

PiNcELaDa HiStóRiCa


Texas es peculiar.

Si le preguntas a un americano de otro estado diferente a Texas probablemente sonreirá y te explicará dicha peculiaridad con cierta sorna, sentimiento de superioridad y hasta incluso, quizás, cierto desprecio.

Los texanos, en cambio, están contentísimos de haberse conocido.

Adoran Texas y su bandera.

Adoran su tierra y sus gentes.

Adoran sus símbolos, su religión, su patria.

La estrella texana está diseminada por doquier en este estado, el más extenso del país si excluimos el territorio inhóspito y deshabitado de Alaska.

La estrella texana es una metáfora también de esta singular idiosincrasia.

The lone star

Texas es, en efecto, el "estado de la estrella solitaria"

Por insólito, por diferente, por singular...

Insisto: Texas es peculiar.



La estrella solitaria está en todas partes grabada, esculpida, cosida, pulida, dibujada o estampada.

A veces su presencia es evidente.

Otras, no tanto.

Presente tanto en suelos...



...como en techos.



En el principio de todo, es decir, de Texas, fue la guerra.

Dos batallas, para ser más exactos: el Álamo y San Jacinto.

Ambas fueron decisivas en el proceso de independencia de Texas respecto a Méjico.

La batalla del Álamo es la gesta una y mil veces contada por el pueblo texano, el hito histórico que marcó su génesis, el mito fundacional.

También es el propio fuerte-misión de el Álamo el monumento turístico más visitado de toda Texas.

Un librito muy gracioso que me he comprado este fin de semana dice:

"Texas general Sam Houston once suggested that it would be better "to blow up the Alamo and abandon the place". Thankfully for Texas tourism, he was overruled"

(El general texano Sam Houston sugirió en su momento que sería mejor "hacer volar el Álamo y abandonar ese lugar". Afortunadamente para el turismo de Texas, no se le hizo caso)

Y es que el episodio está cargado del patriotismo, del heroismo y del sentimentalismo a los que tan aficionados son los americanos.

En el Álamo se hizo fuerte y tomó cuerpo el espíritu de un grupo creciente de secesionistas texanos, que lucharon por su independencia contra el ejército mexicano del general Santa Anna.

Fue en 1836 y la batalla duró doce días.

Doce días de asedio en el que unos 187 hombres en el bando texano trataron de hacerse fuertes tras los muros de el Álamo y resistir frente a los 4000 hombres del ejército mejicano.

Después de haber leído y escuchado algunos pormenores sobre el episodio en cuestión no puedo evitar aventurar que Tolkien tuvo que haberse inspirado en el Álamo al describir el asedio al Abismo de Helm.

Los texanos independentistas (de los que se sienten herederos y descendientes los actuales texanos) perdieron la batalla en el Álamo.

Pero allí quedó para el recuerdo y eterno homenaje la gesta heroica, el sacrificio, la entrega y el patriotismo de leyendas de carne hueso: David Crockett, James Bowie o el general Travis.

Todos murieron, defendiendo el Álamo.

Murieron matando, causando unas 600 bajas en el bando enemigo.



Sam Houston no llegó a luchar en el Álamo. Lo encontró un error estratégico desde el principio. Mandó a sus tropas retirarse hacia el este, para evitar ser diezmadas por las del general Santa Anna.

No actuó ni murió por ello como un héroe, sino inteligentemente, razón por la cual fue duramente criticado.

No obstante, terminó vengando, pocas semanas después, a los mártires del Álamo: atacó por sorpresa a los hombres del general Santa Anna en San Jacinto, haciendo prisionero a este último y consiguiendo así hacer efectiva la independencia de Texas.

La batalla del Álamo duró 12 días; la de San Jacinto, 18 minutos.
Con ella, nació la República Independiente de Texas, libre al fin de la tutela de Mexico, estrella solitaria en el firmamento, al menos hasta 1845, fecha en la que Estados Unidos la anexionó e hizo suya.


Así pues, también el pasado del pueblo texano hace de este estado un territorio sui generis.

Llegó tarde a formar parte de los Estados Unidos.

Y lo hizo con una historia propia.

Esto ha hecho, acaso, al pueblo texano en cierto modo inasimilable, único, peculiarmente idiosincrático.

martes, 27 de enero de 2009

domingo, 25 de enero de 2009

CaNarY iSLaNdErS


En 1731, un nutrido grupo de canarios, 16 familias, 56 personas para mayor precisión, llegaron al Presidio de San Antonio de Béjar, sito en la actual ciudad de San Antonio de Texas.

Se les considera, como reza esta placa, los fundadores de esta ciudad estadounidense, la más turística de "el estado de la estrella solitaria".

Hacia allí nos dirigimos el fin de semana pasado, en peregrinación isleña de obligado cumplimiento.



Adriana, Pepe, Paula, Raquel y Alejandra acompañaron esta vez a los dos representantes del archipiélago: Mr. Fajardo y su madre.

En segundo plano, el Capitolio, sede parlamentaria de Texas en la capital del estado, Austin, en donde hicimos noche y pasamos una mañana disfrutando del placer sin precio de pasear y recorrer aceras.



La Catedral de San Fernando, en cuya pared encontramos la plaquita en cuestión, fue al parecer la primeria iglesia en todo el vasto y hoy ultrarreligioso estado de Texas.

-Vaya -pensé- si al final tanto criticarlos y va a resultar que hemos sido los canarios los culpables de todo este desaguisado...

Durante el periodo de Felipe V éste y otros territorios de lo que hoy es USA pertenecían todavía al reino de España. Al parecer, mientras que más al norte enviaban gallegos y otras gentes de tierras más septentrionales, más hechas al frío y a la humedad, a estas tierras sureñas mandaban a canarios, acostumbrados a la escasez de tierras áridas y casi yermas.

Y es que la comitiva en cuestión, el grupo de islanders que puede considerarse como el de los fundadores de San Antonio, procedía en su mayor parte de la más oriental y casi más seca y desértica de las islas -también la más hermosa: Lanzarote.



Al segundo día en San Antonio hicimos el tour de las misiones: el Álamo, Concepción, San José, la Espada... y puede que alguna otra que mezclo u olvido.

Los franciscanos españoles evangelizaron a los primeros pobladores de este territorio, los indios, y éstos a cambio les ayudaron a construir estos santos lugares de culto.



En San José estaban celebrando la misa del domingo y amenizándola había nada más y nada menos que ¡un grupo de mariachis!

Templos hermosos y sobrios, con su mestizaje colonial.

Qué antiguos parecían, en comparación con la arquitectura de vidrio y acero de las ciudades yanquis.

Y qué jóvenes, qué simples y elementales: por esas fechas, en pleno siglo XVIII, en la vieja Europa ya lo habíamos probado todo en materia de catedrales.

-Estados Unidos era aún un niño en pañales, un país sin historia -pensé: La casa de mis padres en Tenerife no debe de tener muchos más años que estas vetustas iglesias que se están cayendo a cachos.



Antes de volver a Tyler me saqué una foto con dedicatoria especial para mi abuela, devota de San Antonio.

Luego estuve curioseando por internet sobre estos temas y encontré un texto bastante curioso y absolutamente pertinente, en el que se abordan cuestiones como: la gesta de los canarios de Lanzarote que fundaron San Antonio, la batalla del Álamo, el establecimientos de las misiones y otros capítulos importantes en la historia fundacional de Texas. El texto no deja de ser un tanto pintoresco en tanto en cuanto aparece, en un inquietante segundo plano, como acompañante del narrador en la visita a San Antonio, el ex alcalde de Teguise, ex presidente del Cabildo de Lanzarote y ex presidiario de la cárcel de Tahiche.

San Antonio comenzó siendo un fortín o "presidio".

-Hay quien se las pasa de presidio en presidio -pensé.



jueves, 22 de enero de 2009

gAnSaDiTa gAtUnA


A los gansitos les había dicho que en enero vendría mi madre a vernos, a ellos y a mí.

Como me preguntaron si Mayco iba a venir también, con tono de súplica y extrema ilusión, tuve que mentirles:

-Sí, voy a decirle a Mayco que se venga también.

Nada más formular mi resolución me arrepentí levemente: los pequeñajos tienen para estas cosas mucha más memoria que los adultos y cuando uno menos se lo espera te reclaman el cumplimiento de lo prometido.

Así que en enero, a la vuelta de las navidades, casi con los olores de Nueva York todavía en la piel, me preguntaron:

-¿Y tú mamá dónde está?

-¿¿Y Mayco??
-saltó otro.



Le encargué a mi mamá que deshiciera el entuerto y lo consiguió con creces regalándonos para el aula un calendario de gatos.

Creo que gracias a este gesto los gansitos me perdonaron la vida, por esta vez.

Ahora en vez de contar cada mañana los días en abstracto, recogemos gatitos de la calle: uno cada día.

También los gansitos ven pasar el tiempo...

O no; es una de las cosas que están ahora aprendiendo.



Mi madre llegó de Nueva York conmigo el 2 de enero y se quedará aquí en Tyler-Texas hasta el 30.

Ya se lo advertí: te vas a aburrir como una ostra por las mañanas. Pero no le importó. Es más, vino con ganas de aburrirse, de desacelerar. Parece como si en España también se estresaran y agobiaran los profesores.

Pero mi mamá es incorregible: no sólo se trajo tarea de allí, power points que hacer, webs educativas que visitar y ese tipo de cosas.

También se vino a la escuela, a Orr, a currar, a ayudarme...



...y a leerle a los gansitos.



Ya lleva dos días enteros conmigo en el aula; y mañana vuelve.

Son muchas las anécdotas divertidas que podríamos contar cualquiera de los dos.

Pero eludiré los detalles para resumirlo todo en una frase:

"Pocos son los profesores que tienen la suerte de poder trabajar codo con codo en el aula con su propia madre"


martes, 13 de enero de 2009

De PaSaDa


-¿Y a ti te importa?

-Bueno, si es así de pasada, no -me respondió ella.

Había hablado hoy por teléfono con mi padre, su marido -no hablemos más, vale, de naranjas- había vencido el Skype la distancia oceánica, y éste le había transmitido el mensaje de no querer salir en el blog.

-¿Y a ti, mamá, te importa? -tuve que preguntarle.

Ya se lo había preguntado a Pablo y Estefanía en navidades y en principio no parecieron del todo a disgusto. Supongo que hay algo de generacional, aunque no sólo, en todo ello.

Espero que no les haya molestado este tríptico tan íntimo.

En cualquier caso, ahora que el blog se ha hecho un poco más público que al principio, me asaltan a menudo dudas, reservas, replanteamientos de índole metabloguística.

Por el momento, he hecho caso a mi madre, probable protagonista de próximos posts. La he fotografiado como ella quería: sólo de pasada.

lunes, 12 de enero de 2009

viernes, 2 de enero de 2009

jueves, 1 de enero de 2009

pErFeCtOs DeScOnOCiDoS


Al final del último post hablaba de esa gente rara, como yo, que fotografía a perfectos desconocidos. A veces es algo premeditado; otras veces simplemente se nos cruza alguien delante del objetivo en el momento de hacer clic. Después de publicarlo estuve navegando por el Facebook, algo que nunca hago por falta de tiempo y por no dar pie a nuevas adicciones. Allí estábamos todos y muchos más que todos. Allí estaba yo de chico, allí estaba yo de adolescente, allí estaba yo semidesnudo en la playa. Los amigos de mis amigos no son siempre mis amigos. Y sin embargo allí estaban esas fotos, en las páginas de mis amigos, a la vista de todos los suyos, a la vista -de nuevo- de perfectos desconocidos para mí. Facebook es una red social y también un escaparate humano global y un enclave idóneo para el voyeurismo, tal que los blogs. No es algo que me importe particularmente. Supongo que en esto soy hijo del tiempo en el que vivo. Pues vivimos rodeados de imágenes, fijas o en movimiento, de nosotros y de todo lo demás. Éstas se publican, se transfieren, se copian, se linkean, se cambian de formato, se retocan, se comparten... Ahí están, quéramoslo o no, en un lugar de la red y en todos, más tarde o más temprano. En la era de la imagen digital la idea de intimidad y de privacidad están siendo necesaria e imperceptiblemente redefinidas. Y volviendo al blog, donde subo y publico fotografías de estos perfectos desconocidos, me pregunto:


¿Le hará gracia a él salir en NaDa PeRmAnEcE con su amante en esta pose, en un viaje de placer a todas luces, cuando al salir de Tokio le contó a su mujer que debía volar a Nueva York con la empresa en un aburrido y agotador viaje de negocios?


¿Le hará gracia a ella que sus padres se enteren leyendo NaDa PeRmANeCe que era una mentira piadosa y tierna eso de que había conseguido el puesto de encargada jefe de todos los Mc Donald´s de Manhattan?



¿Le hará gracia a ella que los servicios sociales y sus jefes descubran a través de NaDa PeRmANeCe que todo es un pastel, que no necesita silla de ruedas, que no tiene ningún tipo de invalidez ni por tanto derecho a ese subsidio y a ese puesto de trabajo?


¿Le hará gracia a sus papás y mamás verlos retratados en NaDa PeRmAnEcE?

GeNtE RaRa


Hay japoneses, y gente en general, que recorre los museos a toda velocidad. Pertrechados con su cámara digital, disparan e inmortalizan a discreción, sin pararse apenas unos segundos en cada cuadro o escultura, como si tales obras no estuvieran ya perfectamente disponibles en postales, álbumes, catálogos o en internet mismo.


Otros japoneses, otra gente en general, prefieren salir ellos mismos retratados, de escuderos de la obra. Recorren el museo con idéntica celeridad e irreflexión, pero acompañados de un fotógafo que da testimonio de que efectivamente estuvieron allí.


Los hay, también, con espíritu enciclopédico: fotografían la plaquita explicativa, con minuciosidad de coleccionista. Como aspiran a abarcar el todo y llevarse a casa el museo entero en megapíxeles, no tienen tiempo de leer el texto y menos aún de contemplar la obra de arte en cuestión.


Hay finalmente, otro tipo de gente, no menos rara, que se dedica en cambio a fotografiar y fijarse en las gentes que visitan los museos. Hay tanto que ver y tanto que aprender en un museo de arte; máxime si es navidad y está lleno de turistas.