viernes, 4 de febrero de 2011

SeR HuMaNo


En los 40 principales repiten una y otra vez las mismas canciones. La teoría o la lógica dicen que son cuarenta, pero no creo que pasen de quince o veinte. Ésta del grupo "Pignoise" (que significa literalmente "ruido de cerdo") la escuché hace un par de semanas, en la carretera, mientras conducía, que es cuando escucho los 40 principales, o Europa FM, o Cadena 100, es decir, las emisoras de música pop comercial que retransmiten música enlatada sin mayores pretensiones.

Escucho esta música mientras conduzco porque es pegadiza y ligera (como la del hilo músical de los dentistas o la de los vuelos de Binter), aunque también porque -lo admito- en materia musical soy bastante analfabeto y es difícil que salga de mi sota, caballo y rey. 

Decir que la escucho es decir demasiado; más correcto sería precisar que la oígo. Sin embargo el otro día me dio por escuchar esta canción de "Pignoise", es decir: me fijé en su letra. Y he de decir que no tiene desperdicio:

"Nunca he sido un lobo feroz
Yo siempre fuí ese patito feo
Que se escondía bajo un caparazón
Guardaba su corazón y que creia en los cuentos
Y ahora que ya me he hecho mayor
No soy un cisne, soy aun mas feo
Ya no me queda nada de corazón
Ahora soy depredador de cada presa que veo

Porque el mundo si me ha hecho vacio por dentro

Porque ladro, porque muerdo, porque soy muy perro
Soy un delincuente con los sentimientos.
Porque todo me da igual.
Me da igual
Me da igual...



No soñaba con ser un Dios,

Solo ser uno mas en este juego
No quedan fichas, ni tampoco ilusíon
Solo tengo una misión, la de salvar mi pellejo


Nunca he sido un lobo feroz

Yo siempre fuí ese patito feo
Que se escondía bajo un caparazón
Guardaba su corazón y que creia en los cuentos

Porque el mundo si me ha hecho vacio por dentro

Porque ladro, porque muerdo, porque soy muy perro
Soy un delincuente con los sentimientos.
Porque todo me da igual.

Porque me lavo las manos, yo me desentiendo

Solo barro mi parcela, me da igual lo vuestro
Soy un delincuente con los sentimientos.
Porque todo me da igual.


Y cada uno por su lado (siempre igual)
En vez de tendernos la mano
Si podemos nos la pisamos (que mas da)
Y para que nos abrazamos??
Si sabemos que todo es falso


Porque el mundo si me ha hecho vacio por dentro

Porque ladro, porque muerdo, porque soy muy perro
Soy un delincuente con los sentimientos.
Porque todo me da igual".




Los subrayados no estaban en la web de la que he copiado la letra sino que los ha hecho el profe de Ética que hay en mí. Mi amiga Montse suele trabajar en sus clases con canciones, algunas de las cuales comparte con nosotros en su blog. Son por lo general canciones que nos hacen pensar, que nos estimulan, que nos ilusionan y que nos hacen ser mejores personas. O intentarlo. La de "Pignoise" es en este sentido una "anticanción", de la que se puede también sacar provecho en las clases, pues de los errores se aprende...

Y es que ¿Cómo definir este gruñido, este ruido de cerdo que nos traen estos chicos de flequillo largo, gafas de pasta y aspecto estudiadamente desaliñado? Yo lo definiría como el colmo del cinismo.

El Wordreference define así la voz "cinismo":
  1. m. Desvergüenza o descaro en el mentir o en la defensa y práctica de actitudes reprochables.
He de decir que la defensa del cinismo en arte (y supongo que también en la vida) siempre me ha resultado bastante cargante. Los escritores malditos, los inmoralistas avant la letre, los descreídos sabihondos, los individualistas empedernidos... todos ellos me resultan algo cansinos. Y cuando el pataleo que montan es excesivo me resultan incluso (aunque pueda sonar paradójico) algo infatiloides: están empeñados en que las cosas no pueden salir bien, en que todo es una mierda, y parecen no poder descansar hasta convencernos a todos de que no hay esperanza.

Vale, vale, lo admito: ¿no estoy pecando de ingenuo? Puede ser. Sin embargo, con los años me he ido convenciendo de lo siguiente: que prefiero pecar de ingenuo que de cínico

Las novelas o las películas que me emocionan son aquellas en las que, sin dejar de mostrar la maldad que anida en el fondo de todos nosotros (el egoismo, la traición, la cobardía, la ignorancia), y lo complejo que resulta que todo termine bien con ingredientes tan inicuos, al final tiene sentido la esperanza, el optimismo, la lucha y el tesón, pues también en nosotros es posible el sacrificio, la generosidad, la justicia, el amor.

La lectura de novelas que propugnan un ideario cínico contrario a éste me ha resultado casi siempre insufrible. Algunas de ellas son supuestamente obras maestras de la literatura occidental, como "Viaje al fin de la noche" de Ferdinand Céline, a quien odié con toda mi alma durante el mes que me enzarcé en sus páginas; o la célebre "Trópico de Capricornio" del malditísimo Henry Miller, que me costó sudor y lágrimas terminar, y algún cabreo.

Ya sé que a la época de las revoluciones se le pasó el arroz. Ya sé que la crisis nos tiene a todos de capa caída. Ya sé que a los chicos de "Pignoise" todo les da igual. Y que a nuestros alumnos todo se las suda. Sé  que el idealismo está pasado de moda. Que todo se compra y que todo se vende. Que el hombre es un lobo para el hombre. Que somos muchos y cobardes. Y que la ley del mercado es la ley del mercado. Ya sé que tras las elecciones habrá más de lo mismo. Y que los políticos son unos corruptos.

Todo esto lo sé. Pero es una cantinela que no me motiva, y un lodazal en el que no encuentro sentido  regodearse. Es a los cerdos a los que les gusta este ruido: revolcarse en la mierda. No a los seres humanos. 

Y aunque pueda resultar cursi o anticuado diré que lo que cantan los seres humanos no es lo de "Pignoise", sino esto:

No soy un lobo ni un patito feo,
No soy un cisne pero tampoco un perro
Que ladra, que muerde, vacío por dentro.

No soy depredador de cada presa que veo,
Ni un delincuente con los sentimientos.
Pues no todo me da igual.
Me da igual...
No todo me da igual.

Porque sí tengo ilusión,
Pues no es sólo mi misión
La de salvar mi pellejo.

Pues no me lavo las manos ni me desentiendo
No barro sólo mi parcela ni me da igual lo vuestro
No estoy vacío por dentro
Pues no soy un cerdo.

Y es que yo no soy perfecto
no soy un cisne bello.
No soy un dios, no soy un héroe
Pero tampoco un cerdo.

Sólo soy un ser humano
Y por eso no ladro
Sólo soy un ser humano
Y por eso no muerdo

Porque soy un ser humano
No todo me da igual,
Me da igual...

No todo me da igual...

7 comentarios:

Montse dijo...

Estoy contigo Andriu, a pesar de todo, hay que tener esperanza, hay que tener ilusión, hay que tener confianza. La vida no es Jauja, ya lo sabemos y aunque a veces haya cosas que son repugnantes, también hay cosas y personas que merecen la pena. Quizá por eso somos Educadores, ¿no? No tendría sentido estar en lo que estamos si no confiáramos en que algo podemos hacer para que el futuro y también el presente, claro, sea un poquito más humano.

Un abrazo y gracias por el enlace. Montse

jane dijo...

Creo que el mundo sale adelante porque está lleno de seres humanos y, aunque los cerdos se hacen notar, afortunadamente son una minoría.
Yo tampoco pude con los "Trópicos"...

Andriu dijo...

Montse: ya sé que a ti te sobra optimismo e ilusión, y que además eres más amante de perros que de gatos. Asi que hallar cinismo en ti es poco probable. Y sí, para ser educadores hay que mantener a raya la dosis diaria de cinismo.

Jane: Son una minoría, pero a veces acaparan tanto poder como Napoleón, el cerdo de "Rebelión en la granja" que se hace con el poder (y representa a Stalin). Incluso en una novela desengañada como ésta es posible encontrar la emoción de un proyecto -frustrado- común de liberación y justicia. En cambio con los Trópicos...

Un abrazo.

pepa gonzález dijo...

no apuntaré absolutamente nada. brillante disertación sobre la especie humana y sus derroteros. bravo andriu

p.d - menuda....de voz la del chiquillo (a Deo gratias no escucho los 40 :o)

Andriu dijo...

Gracias, Pepa. Un abrazo.

Anca Balaj dijo...

Escribes muy hermoso, sí. Me voy a suscribir a tu blog. Gracias por habérmelo dado a conocer.

Un saludo.

Andriu dijo...

Gracias a ti, aminuscula.