domingo, 11 de marzo de 2007

PaTeRaS NóMaDaS


"La población de África no era sino una gigantesca y enmarañada red que, cubriendo todo el continente y hallándose en constante movimiento, fluía y se entrelazaba, se concentraba en un lugar y se dispersaba en otro. Una tela multicolor. Un tapiz abigarrado.

Esta forzada movilidad de la población ha hecho que en el interior de África no haya ciudades antiguas, tan antiguas -como las de Europa o de Oriente Medio- que se hayan conservado hasta hoy. Otra situación parecida -una vez más a diferencia de Europa y de Asia-: un gran número de comunidades (algunos dicen que todas) ocupa territorios en que no ha vivido antes.

Todos han llegado de otros lares, todos son inmigrantes. África constituye su mundo común, pero dentro de sus fronteras, ellos se han desplazado, la han pateado durante siglos (en muchas partes del continente este proceso dura hasta hoy). De ahí el impactante rasgo de esta civilización: su provisionalidad, su carácter de algo accidental, su falta de continuidad material. La choza levantada tan sólo ayer hoy ya no existe. El campo cultivado hace tan sólo tres meses hoy es tierra baldía.

La continuidad que sí goza aquí de buena salud y cimenta diferentes comunidades es la de las tradiciones y ritos tribales y el profundo culto a los antepasados. De ahí que, más que una comunidad material o territorial, el africano se siente ligado con sus allegados por una comunión espiritual".

(Ryszard Kapuscinski: Ébano).

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