miércoles, 4 de abril de 2007

TiEmPo DiBuJaDo

¿Por qué el cielo es azul? ¿por qué se tiñe de otros colores -ocres, rosados, amarillos- con el alba y al atardecer?

Un volcán y una pagoda, uno cono natural, el otro hechura humana, se apartan con humildad del primer plano de la foto, se tornan espectadores esquinándose, se vuelven hacia lo alto y se interrogan: ¿por qué azul? ¿por qué naranja? ¿qué ley de la óptica? ¿qué capricho de los dioses?

Busco en Google: "por qué el cielo es azul".

El cielo es azul debido a la llamada "dispersión Rayleigh". En 1870 Lord John Rayleigh explicó, al parecer satisfactoriamente, el fenómeno. La luz solar se compone de una multiplicidad de ondas de diferente frecuencia. El ser humano percibe todas aquellas que están más acá de las infrarrojas y de las ultravioletas. Y las percibe traduciendo un fenómeno absolutamente objetivo (la diferente longitud de onda) en un fenómeno mental, psicológico y, por tanto, plenamente subjetivo (la percepción absolutamente personal e intransferible de un verde, de un rojo, de un magenta). Pues bien, las moléculas de los gases que hay en la atmósfera (formadas por nitrógeno, oxígeno y argón, en orden decreciente) hacen desviarse, dispersándolas, tales ondas de luz solar. Y es precisamente la luz de longitudes de onda más corta la que de modo más eficaz tienden a dispersar tales moléculas. Esa luz es la que dispersándose lo inunda todo y la que -traducida al sistema perceptivo humano- se corresponde con lo que llamamos azul.

Por eso el cielo es azul.

Busco en Google: "por qué nos conmueve el color del cielo". No hay ningún resultado que coincida con mi búsqueda. ¿Por qué nos alegra y llena de entusiasmo su limpidez azul inmaculada? ¿Por qué parece que nos habla desde su silencio mayestático, ya sea el azul atlántico de las islas o el azul eterno y continental de China, revelándonos algún misterio cifrado? ¿Por qué se produce un desgarro en nosotros, por qué suena una nota aguda en nuestro interior, por qué el corazón se confunde y enreda en sí mismo, sin saber si está henchido o herido, cuando el mismo cielo comienza a teñirse y consumirse como en una hoguera? ¿Por qué el ánimo se sobrecoge cuando la silueta amenazante del volcán se recorta sobre la isla y crece su sombra a medida que la luz total se extingue?

Durante el ocaso, la luz solar atraviesa la atmósfera de modo oblicuo, por lo que ha de recorrer un tramo mayor de atmósfera que cuando cae -al mediodía- perpendicular al hombre, a la pagoda o al volcán. Durante ese mayor recorrido de la luz solar, la azul ha ido dispersándose por el camino, mientras que aquella con una longitud de onda más larga -la roja- llega a su destino de modo más directo. Por eso se produce al atardecer esa explosión orgiástica de amarillos, naranjas, rosados, violetas y rojos.

Nada más dice Google al respecto.

He aquí una hipótesis de por qué nos conmueve el color del cielo: porque nos dibuja el transcurrir del tiempo.

2 comentarios:

Aureliano Buendía Malanoche dijo...

También podrías añadir en ese viaje del fotón desde el Sol hasta la retina una segunda etapa. En la retina los conos, células alargadas, se excitan con tres diferentes rangos de radiación: verde, rojo y azul. Envían una señal química que se transforma en impulso eléctrico y viaja por diferentes nervios hasta la región posterior de nuestro cerebro. Podríamos decir que la luz nos atraviesa d parte a parte. Allí la información es clasificada por localización, color, movimiento.
Las herramientas visuales son parecidas en todos los humanos, pero todos somos únicos, o deseamos serlo. ¿Lo somos en realidad? o es una ilusión. Existen varias áreas en el cerebro que se dedican a la memoria y a las emociones. Estas áreas están conectadas con todo. De hecho la carga emotiva que se imprime a algo permite recordarlo de forma vívida. Es una forma de dar importancia a las cosas.
Si quitas le región frontal a una persona se vuelve inmoral e incapaz de planear su futuro, roba, es sexualmente desinhibida.
Intento mirar al mundo de forma analítica, científica... Pero no hay que hacerlo todo el tiempo. Creo que hay que dejar que los sentimientos se expresen de forma natural, tal vez analizarlos constantemente los mata un poco.
Estoy contigo, el cielo con sus tonos rojizos nos avisa, otro día más... y nos invade una emoción muy personal.

Andriu dijo...

Me recuerda esa segunda etapa del viaje del fotón a "Érase una vez la vida"...

¿Puede la ciencia explicarlo todo? O más bién, ¿puede explicarse todo "al modo" de la ciencia?

Un modo de contestar negativamente a esta pregunta con una parodia es el siguiente chiste sobre conductistas:

"Esto es un matrimonio de psicólogos conductistas que están haciendo el amor. Después de mucho tiempo en plena acción, sudando, gimiendo, probando mil y una posturas, por fin terminan. Él entonces enciende un cigarrillo y le dice a ella:

-A ti te gustó. ¿y a mi?."

En fin, supongo que esto sólo demuestra lo malo que es el conductismo como teoría general de la psique humana.

pd: ¿un tenis mañana?