El otro día leí en EL PAÍS, en la sección de Cartas al Director, la siguiente reflexión, de un tal David Otero:
Desde hace unos días, vengo viendo en la televisión unos anuncios en los que nos avisan de la importancia del reciclaje de bombillas y nos invitan a realizarlo para mejorar el medio ambiente. Me hace sentir extraño ver como alguien puede impulsar el reciclaje de un elemento fabricado por la industria que creó la obsolescencia programada, que no es más que reducir la vida útil de algo para mantener o aumentar sus ventas.
Si realmente los residuos de las bombillas son tan nocivos para el medio ambiente, en lugar de fomentar su reciclaje, deberían obligar a toda la industria a fabricarlas con durabilidad, y una vez logremos volver a tener bombillas casi perpetuas -hace 100 años era posible, ¿y ahora no?-, creo que podremos hablar de reciclar las que sufran algún fallo no programado. Reciclaje sí, tomadura de pelo no, gracias.
Me gustó la reflexión: concisa, clara y directa. Cargada de razón. Me gustó que lo de la obsolescencia programada comenzase a estar en boca de la gente, a conocerse, a nombrarse sin que sonase a palabreja extraña o a concepto técnico.
Por esas fechas estaba corrigiendo un trabajo de una alumna sobre el vegetarianismo. Se trataba de leer un texto en el que se ofrecían argumentos muy buenos en contra de la costumbre que tenemos los humanos de matar animales para comérnoslos. La última pregunta que debían responder los alumnos eran: ¿Te resultan convincentes los argumetos? ¿dejarías de comer carne?
La respuesta de la alumna a esta pregunta era la siguiente:
"No, voy a seguir alimentandome de la misma forma porque algunos vegetarianos como que no comen carne pero ,si se ponen ropa fabricada con pieles animales. O se es vegetariano en todo o se es en nada en la vida .Creo que hay que ser coherente en todos los aspectos"
Hace unos días el gobierno anunció la medida de reducir el límite de velocidad máxima en España, pasando de 120 km/h. a 110.
Las críticas de la oposición no tardaron en llegar: que si se improvisaba, que si no apenas se iba a notar, que si Papá-Estado... Aunque no hacía falta escuchar a la oposición para saber de antemano cuál iba a ser su reacción.
Más interesante me parece, en cambio, la reacción no ya de los políticos, sino de los ciudadanos, como tú, como yo, como mi alumna, o como David Otero, el de las bombillas. Escuchando en la radio la "opinión de la calle" decía un ciudadano, notablemente furioso:
"Si es verdad eso de que bajando la velocidad a 110 se ahorra combustible, pues que sean coherentes y bajen el límite a 90 o a 80"
Me sorprendió que también este ciudadano cabreado, como mi alumna, apelase a la coherencia.
"¡Ya que nos prohíben fumar en todos los bares, pues que ilegalicen el tabaco y santas pascuas!"
Me imagino que habrás oído este mismo argumento hasta la saciedad últimamente. Al fumador agraviado sólo le faltó añadir que eso era lo que exigía precisamente la coherencia...
Te puede parecer que todos estos ejemplos no tienen nada que ver los unos con los otros. A mí en cambio me parece que apuntan a lo mismo.
Estos ejemplos nos enseñan que somos gente coherente.
Te puede parecer que todos estos ejemplos no tienen nada que ver los unos con los otros. A mí en cambio me parece que apuntan a lo mismo.
Estos ejemplos nos enseñan que somos gente coherente.
Somos gente seria, comprometida con nobles causas o ideales. Haríamos cualquier cosa por defender esos valores: el ecologismo, la vida de los animales, el ahorro energético, la salud... Pero al decir "cualquier cosa" me refiero a verdaderas proezas y sacrificios, a empresas titánicas o de largo alcance. Los pequeños gestos, en cambio, las migajitas, los parches... eso no va con nosotros. Mejor no hacer nada antes que hacer tan poco. No debemos conformarnos con medidas tan tímidas. Dejemos pasar estas pequeñas olas de mentirijilla y esperemos a que llegue el gran tsunami, el verdadero giro de timón, el plan maximalista.
Lo demás son simples bagatelas, de gente mediocre, de gente incoherente.
8 comentarios:
Exacto, Andriu, los gestos pequeños no cuentan, aunque sumados hagan un mundo. Esta coherencia repentina (porque, ojo, no pretendemos ser coherentes en nada más) es la forma de evitar hacer nuestra parte.
A tu alumna le diría (por alusiones) que el vegetarianismo es todo un proceso, se empieza dejando de comer carne, pero la ética sigue su curso y a medida que se asumen nuevos hábitos aparecen nuevas preguntas que empujan a ir más allá. Que la mayoría de los vegetarianos que lo son por motivos éticos acaban siendo veganos (es decir, personas que rechazan consumir cualquier producto que provenga del sufrimiento animal, sea esta la muerte, la explotación o la experimentación con animales), veganos hasta el límite de lo posible, ya que a cada dos pasos nos topamos con algo que haya supuesto el sufrimiento animal, ya sea animal no humano o animal humano.
Con todo, dar el primer pasito vale la pena. El primer pasito es un día a la semana sin carne. Si todos lo hacen, bajará mucho la demanda y se salvarán muchas vidas.
Un abrazo.
Aminuscula: esa es la idea. Me quedo con tu frase, que es todo un estímulo para aquellos que abrazan la filosofía del todo o nada (y entre los que muchas veces me incluyo):
"El primer pasito es un día a la semana sin carne. Si todos lo hacen, bajará mucho la demanda y se salvarán muchas vidas"
Y ahora me vooooy de viaaaaje de vacaciooones peroooo prooonto volveréeeee.
Un abrazooooooo!!!
pd: no, no se me trabó el dedo en el teclado, es que llevo una semana escribiéndome vía e-mail con mis alumnos... y todo se pega.
pd1: Ricardo, lo tienes a huevo para meterte conmigo ahora que ha salido el tema de la ingesta de carne y no estaré en el blog para defenderme. Espero que tú también andes de viaje ;)
jajaja Puedes irte tranquilo. Como esperabas, Ricardo está de viaje. Un beso y disfruta!!!
¿Ese tal David Otero no será el guitarrista de El Canto del Loco?
Como siga así el tema me voy a quedar sin futuro trabajo. No se puede ir a 120 en coche, pero un avión puede consumir tanto como 7000 coches de una vez.
Hey Andriu!! Hacía milenios que no entraba por aquí, pero siempre es un placer leerte y además poder saludarte...sólo que esta vez mi comentario es crítico (constructivo, claro :-) No lo puedo evitar, sorry, va con nuestro oficio.
Los ejemplos que mencionas no son casos de coherencia...son falacias puras y duras; las tres. Una cosa es la coherencia y otra mezclar las cosas sin ton ni son.
Por ejemplo, decir que (ella) no deja de comer carne porque algunos (otros) vegetarianos usan ropa de cuero...es como decir que no voy a ir al cine porque en china está lloviendo!
En fin, yo por aportar al debate. Es que este tipo de argumentos se oyen cada vez más, como bien dices, y me ponen muy nerviosa. No tiene nada que ver con ser comprometid@s o revolucionar@s, más bien al contrario, creo yo.
¡Un besazo desde estos fríos nortes! (qué envidia y qué nostalgia el vídeo con lidel en el muellito...)
María
Isabel: menos mal... ya estoy otra vez aquí, de vuelta. A Ricardo hay que animarlo a que cuelgue fotos de su viaje en su blog.
Carse: ni idea si se trata del mismo individuo. La verdad, no me pega, per todo es posible. Respecto a lo del combustible y los aviones, es algo que no se oye mucho todavía, pero predigo que habrá en los próximos 20 años un descenso brutal del turismo fruto del encarecimiento de los vuelos por la escasez y precio del combustible. Habrá que pensar en alternativas como el zepelin, el globo aerostático, la alfombra voladora...
María: ¡Todo el post está escrito desde la ironía! ¡El título es irónico, el final es iónico, asi como la idea de que las 3 personas de los ejemplos actuan coherentemente! ¡Acabo de releer el post como si no hubiera ironía en él y me he espantado! En otras palabras: que estamos totalmente de acuerdo. Finalmente: qué buena tu presencia por aquí, aunque sólo sea de ramos a pascuas. Ánimo con ese frío.
Un abrazo.
o el biocombustible que ya se han hecho vuelos con aviones comerciales :D
Andriu: está claro que no puedes vivir sin que me meta contigo. Un abrazo.
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