No está sólo. Todos los que comprendemos el sentido de estas fotos que hoy le dedico (o casi todos) cumplimos 30 este año.
Que este sea el año de los 30, el año de un encuentro necesario, el año del 3 de febrero, del 15 de mayo, del 31 de mayo, del 9 de julio, del 11 de agosto, del 23 de septiembre y de un rezagado 3 de enero... que este sea el año de un gran cumpleaños fraccionado, repartido y dosificado, no sólo me hará menos brusca la noticia al despertarme el 9 de julio (¡ya son 30!) sino que me recuerda que en esta incierta travesía en la que estamos todos embarcados hay unos compañeros de viaje que siguen ahí (más cerca o más lejos: mas siempre ahí), con los que puedo siempre contar en caso de apuro o naufragio. Son mis amigos.
No es un club cerrado ni exclusivo, pero los que están llevan ya tanto tiempo en él que se hace inconcebible la idea de que en algún momento alguno de ellos se dé de baja o dimita. Y esta certeza tan simple es una especie de amuleto que en el viaje cumple una función determinada: calma, reconforta, gratifica... hace feliz.
Ya lo dijo Aristóteles: "Sin amigos nadie querría vivir".
Que este sea el año de los 30, el año de un encuentro necesario, el año del 3 de febrero, del 15 de mayo, del 31 de mayo, del 9 de julio, del 11 de agosto, del 23 de septiembre y de un rezagado 3 de enero... que este sea el año de un gran cumpleaños fraccionado, repartido y dosificado, no sólo me hará menos brusca la noticia al despertarme el 9 de julio (¡ya son 30!) sino que me recuerda que en esta incierta travesía en la que estamos todos embarcados hay unos compañeros de viaje que siguen ahí (más cerca o más lejos: mas siempre ahí), con los que puedo siempre contar en caso de apuro o naufragio. Son mis amigos.
No es un club cerrado ni exclusivo, pero los que están llevan ya tanto tiempo en él que se hace inconcebible la idea de que en algún momento alguno de ellos se dé de baja o dimita. Y esta certeza tan simple es una especie de amuleto que en el viaje cumple una función determinada: calma, reconforta, gratifica... hace feliz.
Ya lo dijo Aristóteles: "Sin amigos nadie querría vivir".
3 comentarios:
! Larga vida a la amistad!
Por cierto... esa furgoneta está acolchada por dentro??
He leido "Amigos treintañeros"...los pelos de punta...pero a la vez una tranquilidad epecial...la certeza de que con una simple mirada, una fugaz reflexión sobre este último año...estamos más vivos que nunca, más dispuestos a tomar las riendas de la vida.Vicente y María descubriendo una maravillosa aventura juntos acompañados de otro aventurero que ya es un clásico de los cambios inesperados como para recordar que él espera el momento para hacer el comentario más mordaz:kinki.De Alberto Fogg...no coments...solamente que se comunique(me gustaría saber qué paso con lo de irse a Zacatecas). De Drosky..empeñado en descubrir furgonetas allende los mares.Yai Y Sergio se enrolaron hace tiempo en la más apasionante de las aventuras..la del amor.Andrés latiendo, se acerca la inspiración. Yo, viejo vaquero, aún con los sueños por bandera..y visto lo visto....esta claro:NO HAY MARCHA ATRÁS.
Así es, compañeros: no hay marcha atrás. Salvo en la memoria, salvo en la palaca de cambio de la furgoneta, salvo en ese coitus interruptus al que todos alguna vez nos hemos visto forzados...
¿Acolchada? ¿Con esa diosa dibujada en la carrocería: hacen falta colchonetas?
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