Fueron dos semanas de dudas.
Dos semanas para alternar la cara...
Dos semanas para alternar la cara...
y la cruz,
el haz...
Y todo para acabar pensando:
¡ni idea qué hacer!
¡ni idea qué hacer!
Partido en dos.
Equisdistante.
Desequilibrándome en mi equilibrio.
Equisdistante.
Desequilibrándome en mi equilibrio.
Dos semanas de barajar los contras...
y los pros.
Total para nada:
Para terminar igual.
Para terminar igual.
Igual de dubitativo e inseguro.
Igual de tan poco convencido de nada que no fuera mi pertinaz indecisión.
Igual de tan poco convencido de nada que no fuera mi pertinaz indecisión.
Probé a mesarme la -media- barba.
Probé a concentrarme con dedicación, entrega y método.
Pero aquello tampoco dio resultados.
Seguía igual de esquizofrénicamente dividido.
-Ni puta idea qué hacer -me decía.
Mientras, el día 24 se cernía sobre mí, como una sombra.
Quizás fue debido a eso, a la presión del calendario, que una mañana me levanté raro...
Mientras, el día 24 se cernía sobre mí, como una sombra.
Quizás fue debido a eso, a la presión del calendario, que una mañana me levanté raro...
como agilipollado,
como majareta;
medio ido.
como majareta;
medio ido.
O completamente:
Al mirarme al espejo ya tan sólo podía verme la punta de la nariz.
Al mirarme al espejo ya tan sólo podía verme la punta de la nariz.
A pesar de todo decidí ir a trabajar y no gastar ninguno de los sick days que me quedaban.
Como ocurriera en aquel viejo y querido cuento infantil, ninguno de mis compañeros pareció darse cuenta de nada. Me saludaron tal y como solían hacerlo cada mañana: con una sonrisa de oreja a oreja y canturreando maravillas sobre el espléndido wonderful day que teníamos la fortuna de estar estrenando.
Sólo los gansitos se quedaron con la copla.
Sólo ellos se percataron de que el maestro andaba desnudo, es decir: tonto perdido.
Con esa bondad natural que sólo tienen los niños, fingieron no haberse dado cuenta de nada.
Simplemente, optaron por portarse mejor, por susurrar y por no tirarse tantos pedos.
Así pasaron tres, cuatro, quizás cinco días...
Como ocurriera en aquel viejo y querido cuento infantil, ninguno de mis compañeros pareció darse cuenta de nada. Me saludaron tal y como solían hacerlo cada mañana: con una sonrisa de oreja a oreja y canturreando maravillas sobre el espléndido wonderful day que teníamos la fortuna de estar estrenando.
Sólo los gansitos se quedaron con la copla.
Sólo ellos se percataron de que el maestro andaba desnudo, es decir: tonto perdido.
Con esa bondad natural que sólo tienen los niños, fingieron no haberse dado cuenta de nada.
Simplemente, optaron por portarse mejor, por susurrar y por no tirarse tantos pedos.
Así pasaron tres, cuatro, quizás cinco días...
Hasta que una mañana me levanté con el espíritu trastocado, con un atisbo de decisión.
Por la noche ya lo tenía claro: tocaba volver.
Toca volver.
Y no me queda ya ninguna de esas dudas agotadoras y paralizantes.
Toca volver.
Y no me queda ya ninguna de esas dudas agotadoras y paralizantes.
15 comentarios:
Bueno prenda, me alegro que te hayas decidido; ahora a rebañar bien lo que te queda! (by the way, lo de que habías perdido la chaveta ya lo sabíamos incluso las que sólo te "conocemos" de este blog)
Un abrazo,
Rbc
María, ¿le hacemos una ruta por el Aloña Berri, la cuchara de S.Telmo, la gavilla mítica, etc.?
Rbc
Qué forma de contar las cosas. ¡Muy buena conbinación!
Y enhorabuena por la decisión.
Ja, ja, ja. Simplemente: TE SALISTE, NENE!
Te esperamos impacientes.
Saludos bogotanos,
Pafri.
Pero Andriu, menudo sufrimiento!! A esto se llama pensartelo dos veces, pero el dicho se queda muy corto, lo has sobrepasado con creces. Has sacado tu lado payaso despues de ese calvario. Nos alegramos mucho con cualquiera de tus decisiones, con ésta más porque estarás más cerca.
Besos
Castora
Felicidades por tomar una decisión, sea la que sea, menudo peso de encima te has quitado porque esto parecía ya casi una tortura.
Estés donde estés, sigue contándonos cosas porque es una forma de sentirte cerca.
Un abrazo, Montse
Gracias a los dioses no estabas tan ido como para salir a la calle con media barba...
Besos nocturnos
Qué susto! POr un momento pensé que te habías ido al cole con media barba. En cualquier caso, menos mal que te vuelves. Ganarás en salud mental, querido amigo.
Besitos
Enhorabuena por tu decisión. Sea la que fuera, tenías todo mi apoyo, aunque, la verdad sea dicha, me alegra muchísimo tu vuelta. Cuando estés por aquí nos tomaremos una hamburguesa vegetal de tofu y seitán. Ya verás que están muy ricas, no echarás de menos las americanas. Un fuerte abrazo y no te digo nada de tus caras para no ofender...
Eres un valiente. Tomar una decisión es vencer mil dudas y ya verás que alivio y que felicidad. De hecho ya se ve en tu última foto.
cuanto necesito ver yo esas caras...oiste Mckallister?
Rbc (no se si te conozco, pero bueno, hola:) definitivamente, despues de este post un tanto esquizo creo que our friend necesita una ruta gastronomica/alcoholica de urgencia y no hay sitio mejor para eso que estas tierras vascas...asi que andriu ya sabes, vete organizandote
maria
Rbc, es cordura, no al revés: con este reportaje fotográfico me prevengo a mi mismo de ocupar en el futuro cualquier cargo directivo que me ofrezcan.
Albatros: Madrid. Yo que tú no me lo pensaba. Y si no te decides, afeitate la otra mitad: funciona.
Chelucana: simio, diría yo.
Pafri, impaciente también yo. Joder, qué raro sentirte tan lejos pese a estar ambos a este lado del Atlántico.
Castora, supongo que mi lado payaso no te sorprende.
Gracias, Montse: lo haré. Y sí: me siento casi ingrávido.
Maronini: gracias a los dioses -y a Gillete- me quité aquel bigote.
Yaiza, sí, ya sabes que a veces se me va un poquito la olla. Pero nunca demasiado.
Ricardo, acepto esa invitación con gusto. Una de carne, allí, seguramente iba a defraudarme.
Aureliano, cualquiera de las opciones era tirarse a la piscina. Pero ya pasó. Me pregunto: Si hubiera decidido lo contrario, quedarme ¿estaría tan aliviado, tan seguro y feliz de mi decisión? Quizás sí...
Sí, MacFlanagan, aunque para caras las tuyas. Por cierto, mi cara de la foto 5 me recuerda un poco a alguna expresión tuya.
María, Rbc: ¿dónde hay que firmar? Necesito esa ruta gastronónica-alcohólica ya. Mi salud mental y la de mis alumnos está en juego.
Un abrazo.
Olé tus huevos, Andrés. Aunque ya lo digo a toro pasado (y con muy pocas esperanzas de que leas o contestes aeste comentario), has tenido que estar agobiadísimo por tomar la decisión.Una gran valentía por tu parte (aunque mucho me temo que al Blás, ya no volverás)
Por mi parte, yo ya lo tenía claro, aunque la opción va a ser un tanto chocante para alguien que defendía la paz en clase de ética, voy a ir a (intentar) servir al "Glorioso Ejército Español" con rango de Teniente, a la vez que me saco la carrera de Ingeniería Química.
¿Locura? Puede, pero yo voy a intenatrlo. No soy de los que se rinden fácilmente
DRacón ¿en serio? ¿al Ejército? ¿podrías explicarme tus motivos?
Publicar un comentario