Ayer estaba tomándome un café y un browny en el Gernika y al toparme con este artículo de Paco Pomares en LA PROVINCIA, sentí una nostalgia infinita de mis colegas.
Y me acordé de esta foto.
Fotos con mis colegas, con ese grupito irreductible de amigos de toda la vida, las tengo a cientos. Pero ésta es precisamente la que me vino a la mente: esa sobremesa de cartas y café, tras un merecido homenaje de pescado fresco y cervezas, como coronación de nuestra acampada en la Graciosa este verano.
Nada de eso se ve en la foto, pero sí los otros placeres. Mi primo con su envoltorio de Mars helado junto al café. El rubito con el tabaco de liar que prologa sus digestiones. Y la baraja entre ambos. Y esa seriedad de ambos ante las cosas realmente importantes, tal que el juego.
Pero el principal placer al que remite ocultamente esta foto en mi opinión no es otro que el de la conversación tranquila y sin prisas. El placer de hablar, de conversar, de tertuliar, entre amigos.
Por eso los eché de menos ayer mientras comía solo en Arrecife, sin más compañía que el periódico. Pues el artículo de Pomares era un inexcusable pretexto para embarcarnos en el lento e inagotable placer de la conversación.
Menos mal que pronto volveré a verlos, y a ingresar en otro nuevo paréntesis de dicha, en otro descanso vacacional.
Nada de eso se ve en la foto, pero sí los otros placeres. Mi primo con su envoltorio de Mars helado junto al café. El rubito con el tabaco de liar que prologa sus digestiones. Y la baraja entre ambos. Y esa seriedad de ambos ante las cosas realmente importantes, tal que el juego.
Pero el principal placer al que remite ocultamente esta foto en mi opinión no es otro que el de la conversación tranquila y sin prisas. El placer de hablar, de conversar, de tertuliar, entre amigos.
Por eso los eché de menos ayer mientras comía solo en Arrecife, sin más compañía que el periódico. Pues el artículo de Pomares era un inexcusable pretexto para embarcarnos en el lento e inagotable placer de la conversación.
Menos mal que pronto volveré a verlos, y a ingresar en otro nuevo paréntesis de dicha, en otro descanso vacacional.
9 comentarios:
Jo, qué envidia me das, hablas y hablas de Canarias, esa tierra a la que adoro y de la que tú disfrutas todos los días. Envidio la posibilidad que tienes de mezclas dos cosas que a mí me fascinan: la educación y Canarias. Disfruta de tu privilegio, un saludo, Montse
Hola Montse,
Canarias, muy bien.
La Educación, también.
Pero la combinación "Canarias+Educación" o Educación en Canarias... no sé, aprobado raspadito como mucho.
-Es la Comunidad Autónoma con MAYOR índice de abandono en la ESO (o menor porcentaje de alumnos que obtienen el Graduado en ESO).
-El gobierno autónomo de Canarias "declinó" la invitación de participar en el informe PISA de este año. El artículo de Pomares que vinulo tiene que ver con esto último.
Eso sí, también hay cosas positivas. Algunas de ellas, triviales, como poder darte un baño en la playa tras haberte metido entre pecho y espalda una tonga de exámenes. Otras, fundamentales: la pública está mucho mejor que la privada, a diferencia de lo que ocurre en muchos lugares de la Península.
Un saludo.
Qué tal, Andriu
Yo creo que, en general, la pública está siempre mucho mejor que la privada, excepto ciertas instituciones de elite como el Liceo Francés, por ejemplo, la privada es siempre peor. Entre otras cosas, porque no hay pluralidad ni heterogeneidad entre l@s que educan (ya sabemos cuál es el sistema de acceso). Así que yo apuesto siempre por la pública.
Por otra parte, a lo mejor no sería buena idea eso de irme a Canarias porque si aquí lo de la titulación es mi caballo de batalla allí... En fin, no sé, de todas formas los informes y las estadísticas son sólo eso, informes y estadísticas, a mí me interesa cada persona que es única e irrepetible y ellas nunca se reflejan en los informes y las estadísticas.
Yo creo que lo que más condiciona que la educación vaya bien o mal es el tipo de educadores/as que haya y eso no depende del lugar geográfico sino de la concepción de la educación que cada persona tiene. Y ya sabes cómo está el patio...
Un saludo, Montse
Qué envidia!! Yo también echo de menos esos ratitos de conversación. El otro día cuando nos tiramos media hora hablando por teléfono,sobre cosas que aquí no vienen al caso, me di cuenta del tiempo que hacía...Dejo constancia en estas líneas de que unos de los momentos amiguísticos que recuerdo con más cariño e intensidad son esas resacas caleteras, de risas fraternales.Te quiero mucho nenito, hermano mío.
Yaiza... nos reíamos tanto que yo creo que aquello no eran resacas sino borracheras. Por alguna parte tengo que tener ese video que grabamos de marcha en Arrecife metidos en mi coche con quién sabe quién y luego en mi casa "cocinando" arroz congelado y combatiendo la invasión de gusanos blancos en el techo de la cocina... ja, ja... El año en que me toques en el amigo invisible ya sabes qué te pienso regalar.
Montse... La pública y la privada no sólo se distingue en la homogeneidad de profes, sino en la de alumnos. Ya sabes: los centros privados son como muchos locales nocturnos: se reservan "el derecho de admisión". En cuanto a lo de venirte a Canarias, quién sabe, todo está en probar. A mí lo que me apetece es cambiar "a la Peni". Más que nada, por lo novelero que soy.
Un saludo a ambas.
Andriu pues podemos probar con una permuta, los dos somos de Filosofía, así que... Además, aunque mi pasión es Tenerife, Lanzarote me fascinó, así que...
Un saludo, Montse
Montse, me parece sugerente lo que dices...
¿De qué lugar de "la Peni" estamos hablando?
De un pueblo de ciudad real que está a 180 kms de Madrid.
Bueno, no pinta mal.
Tranquilidad de un pueblo y cierta proximidad de la metrópolis.
Vamos a dejar que madure la idea. Es un plan a tener en cuenta...
De Lanzarote a Tenerife debe de haber poco más que eso, 180 km, aunque el medio de transporte no sea el mismo.
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