lunes, 16 de junio de 2008

LaS AnTíPoDaS 1


¡Qué shock!


Del trajín, del jolgorio, del escándalo.

Del bramido de motores, del bip-bip de los semáforos, del estruendo de los cláxones.

¡Qué shock!

Al sosiego, a la calma, al silencio.

Al silbido de la brisa, al run-run del oleaje, al quejido de gaviota.



¡Qué shock, en sólo unas horas, cambiar Madrid por Famara!



¡Qué shock pasar de una a otra!

Pasar del trasbordo de metro al cambio de duna.

Pasar del gran hormiguero a la soledad.

Pasar de miles de estímulos a una verdad simple.

Pasar del paso de cebra al caminar descalzo.

Pasar del cronometraje a la hora de menos.

Pasar de olores urbanos a oler todo el mar.

Hacer de vuelta el camino desde la cultura hasta la natura.

Viajar desde un futuro rico hasta un pasado bello.



¡Qué shock, qué cambio, qué desgarro!


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin esa contraposición radical que tú nos ofreces, siempre pensaba lo mismo cuando estaba estudiando en Madrid y venía de fin de semana a mi pueblo. Me decía a mí misma, ¡cuántos mundos hay en el mundo!, esta mañana andando por la calle princesa y ahora aquí viendo a la "hermana" tal o al "hermano" cual. (Hermanas y hermanos son las mujeres y los hombres mayores, es como les decimos en mi pueblo).

Y una cosa, si tuvieras que elegir, ¿con cuál te quedas? Es verdad que lo bueno es poder tener ambas de vez en cuando, pero con cuál te quedarías si hubiera que elegir sólo una?

Saludos, Montse

Andriu dijo...

¡Vaya, Montse!

Esa pregunta que me haces me parece muy, pero que muy, muy, muy difíiiiiiiiicil...

No te voy a contestar hoy, precipitadamente, sino mañana. Tengo que pensármelo bien.

pd: ¡me encantan este tipo de "dilemas" mentales!

Andriu dijo...

Ya ves: tu pregunta me ha inspiraedo un post.

Anónimo dijo...

Cuando eras pequeño siempre nos planteabas preguntas en las que teníamos obligatoriamente que elegir entre dos respuestas, y no cabían otras posibilidades. Creo que nunca me satisfacían las dos posibles opciones que nos dabas. Yo continúo como antaño, ni blanco ni negro, ni Famara ni Madrid.Ambas. Cada una con funciones diferentes, no se puede elegir, se tienen las dos, no son incompatibles, son momentos, vivencias y necesidades distintas y yo diría hasta que se complementan.
By the way Andriu, muy poéticas y preciosas las visiones de ambas.
CASTORA.

Andriu dijo...

Sí, recuerdo perfectamente algunas de esas preguntas:

a) ¿Qué prefieres, tener que vestir durantre todo un año siempre de amarillo o vestir durante toda tu vida cada día de un solo color?

b) ¿Te cortarías el dedo meñique por no tener nunca más problemas de salud?

c) Elige: no salir nunca de Canarias o, por contra, poder viajar por todo el planeta a condición de no volver nunca más a Canarias? (este dilema es parecido al de Montse).

Sé que para ti es igualmente imposible elegir entre Famara y Madrid.

Un abrazo.