Del primer debate McCain-Obama me enteré de casualidad, caminando por Fort Worth, uno de esos fines de semana en los que cogimos carretera y manta y nos escapamos de Tyler.
Vimos la portada de periódico y Pepe comentó:
-Estuve hablando con mis padres y me preguntaron que si había visto el debate.
Fue entonces cuando empecé a mosquearme un poco y a pensar en lo de la burbuja.
Los padres de Pepe habían visto el debate, o resúmenes del debate, o los habían leído en algún periódico.
Mis padres, no me cabe duda -pensé- también lo habrán hecho.
No sé, será que esta tarde no me siento del todo en forma, pero mi resumen de aquella primera visita a Fort Worth que hago ahora es la siguiente:
"Nos fuimos a Fort Worth a gastar gasolina y hartarnos de costillas a la barbacoa".
Bueno, exagero y seguramente soy injusto con ese fin de semana.
A veces me gusta autoflagelarme un poco.
Vimos la portada de periódico y Pepe comentó:
-Estuve hablando con mis padres y me preguntaron que si había visto el debate.
Fue entonces cuando empecé a mosquearme un poco y a pensar en lo de la burbuja.
Los padres de Pepe habían visto el debate, o resúmenes del debate, o los habían leído en algún periódico.
Mis padres, no me cabe duda -pensé- también lo habrán hecho.
No sé, será que esta tarde no me siento del todo en forma, pero mi resumen de aquella primera visita a Fort Worth que hago ahora es la siguiente:
"Nos fuimos a Fort Worth a gastar gasolina y hartarnos de costillas a la barbacoa".
Bueno, exagero y seguramente soy injusto con ese fin de semana.
A veces me gusta autoflagelarme un poco.
El caso es que, dejando aparte ciertas curiosidades, como camisetas, gorras, pegatinas y toda esa clase de parafernalia, creo que no he estado tan ajeno a la campaña electoral como ahora que vivo aquí en los Estados Unidos de América.
"Obviamente" -como diría Zerolo- eso se debe en buena medida a circunstancias personales, que se me antoja ahora resumir, escolarmente, en forma de factores:
Así pues, me temo que me encuentro atrapado, dentro de una burbuja doble.
Una burbuja personal:
Ayer estuve a punto de comprarme unas nike.
Y una burbuja social, más amplia y habitada, llena de dioses, sonrisas, horas de trabajo y calorías:
La burbuja americana.
"Obviamente" -como diría Zerolo- eso se debe en buena medida a circunstancias personales, que se me antoja ahora resumir, escolarmente, en forma de factores:
a) Los profesores españoles vistantes en USA somos una especie sometida a un régimen de semiexplotación laboral y burocrática, a la que le queda poco tiempo libre para interesarse o participar en actividades de carácter político que sólo muy indirectamente afecten a su trabajo.
b) Mi nivel de inglés hace que lo poco que haya oído en la radio o en la TV sobre la marcha de la campaña se haya quedado en una idea general y algo difuminada sobre la materia.
c) La política no es uno de esos temas que suelen animar las conversaciones entre americanos.
d) En el estado de Texas lo dicho en el punto anterior cobra aún mayor énfasis si cabe.
Así pues, me temo que me encuentro atrapado, dentro de una burbuja doble.
Una burbuja personal:
Ayer estuve a punto de comprarme unas nike.
Y una burbuja social, más amplia y habitada, llena de dioses, sonrisas, horas de trabajo y calorías:
La burbuja americana.
Aquí en Tyler, por otra parte, no hay apenas debate político.
Todos -me temo- votan a McCain.
Todos -me temo- votan a McCain.
O quizás no.
Quizás es sólo una impresión mía, fruto de algunas experiencias fragmentarias y poco representativas.
El otro día fuimos a una fiesta de disfraces, en donde había españoles y americanos.
Había alcohol, baile y hasta homosexuales.
Vamos, que para tratarse de Tyler, la fiesta se salía un poquito del canon.
Quizás es sólo una impresión mía, fruto de algunas experiencias fragmentarias y poco representativas.
El otro día fuimos a una fiesta de disfraces, en donde había españoles y americanos.
Había alcohol, baile y hasta homosexuales.
Vamos, que para tratarse de Tyler, la fiesta se salía un poquito del canon.
La dueña de la casa y anfitriona debía de estar cerca de los sesenta, pero bailaba como la que más y tenía una marcha y energía encomiables. Llegado un punto de la noche cesó la música y convocados en el salón empezó a repartir regalos a los disfraces que más le habían gustado. Raquel y Pepe llevaban un atuendo floriado años 60 con unas pelucas negras rizadas a lo Jackson Five, así que recibieron algún tipo de premio: a los más cachondos o más divertidos o no recuerdo qué. El caso es que la anfitriona los bautizó allí, sobre la marcha, como the Obama´s relatives (parientes de Obama), por lo de la peluca, y al darles el regalo en público hizo la broma siguiente:
-Así y todo, voy a concederles este premio, pese a ser parientes de Obama.
Es decir, que incluso aquella gente -pensé allí- pensaba votar republicano, o al menos simpatizaba y mostraba cierta complicdad con los comentarios anti-Obama.
Es decir, que incluso aquella gente -pensé allí- pensaba votar republicano, o al menos simpatizaba y mostraba cierta complicdad con los comentarios anti-Obama.
Pero volviendo a lo de la burbuja, nunca pude imaginar que las imaginarias promesas anticipatorias de vivir y ser testigo en vivo de una campaña electoral intensa, apasionante y en apariencia crucial para USA y el resto del mundo... se verían tan defraudadas.
El curso pasado (pues los profesores -como los niños- medimos el paso del tiempo con la magnitud "curso"), en Lanzarote, almorzaba un día sí y otro también en el bar Andalucía. Allí me cocinaba Chari comidita sana y sabrosa y me servía Claudia la mesa estupendamente. Si no comía con mi prima lo hacía leyendo EL PAÍS, propiedad del bar.
El curso pasado (pues los profesores -como los niños- medimos el paso del tiempo con la magnitud "curso"), en Lanzarote, almorzaba un día sí y otro también en el bar Andalucía. Allí me cocinaba Chari comidita sana y sabrosa y me servía Claudia la mesa estupendamente. Si no comía con mi prima lo hacía leyendo EL PAÍS, propiedad del bar.
Joder, recuerdo que casi cada día había una noticia, reportaje o artículo de opinión sobre Obama (o, dada la fecha, Clinton).
Vamos, que estaba puestísimo acerca de lo que pasaba aquí.
Hablaba de ello con mi prima y le decía:
-Qué ganas tengo de estar allí y vivir in situ estas elecciones.
Vamos, que estaba puestísimo acerca de lo que pasaba aquí.
Hablaba de ello con mi prima y le decía:
-Qué ganas tengo de estar allí y vivir in situ estas elecciones.
Tenía la impresión de no conocer bien al candidato demócrata, de no saber qué había detrás de esa figura mediática con tanto gancho, que estaba consiguiendo erigirse en el símbolo de las minorías discriminadas, en el símbolo del cambio, en el símbolo del progreso y la salida del bache en el que parecía haber encallado el pueblo americano.
Esa misma impresión tengo hoy, acaso acrecentada.
Tenía la esperanza de acceder a un lugar privilegiado de acceso a la información y el conocimiento sobre la materia en cuestión y recelaba del testimonio de segunda -o tercera- mano de los periodistas y reporteros de EL PAÍS.
El pasado domingo compré el periódico por primera vez desde que llegué a USA.
Sí, toda una burbuja: también empecé a leer el primer libro de ficción desde que estoy aquí.
Faltaban sólo dos días para las elecciones y me enteré leyendo el periódico -bueno, exagero un poco- que la cosa estaba cantada:
Obama tenía todas las de ganar y el "yes, we can" tenía visos de convertirse en el "yes, we did".
Tenía la esperanza de acceder a un lugar privilegiado de acceso a la información y el conocimiento sobre la materia en cuestión y recelaba del testimonio de segunda -o tercera- mano de los periodistas y reporteros de EL PAÍS.
El pasado domingo compré el periódico por primera vez desde que llegué a USA.
Sí, toda una burbuja: también empecé a leer el primer libro de ficción desde que estoy aquí.
Faltaban sólo dos días para las elecciones y me enteré leyendo el periódico -bueno, exagero un poco- que la cosa estaba cantada:
Obama tenía todas las de ganar y el "yes, we can" tenía visos de convertirse en el "yes, we did".
Hoy he vuelto al Wal-Mart (alma y centro neurálgico de la burbuja), donde el lunes me gradué la vista y me compré unas lentillas y unas gafas nuevas.
Entré a la consulta del oftalmólogo y le dije:
-Congratulations!
-Why that?
-Because of Obama´s victory.
El lunes me había sorprendido cómo el hombre tenía toda la consulta empapelada de anuncios a favor de Obama, incluida su bata, en la que llevaba pegada una chapa de obamaníaco.
Me divertí extrapolándolo a España: mi oculista con una chapa de Rajoy o de Zapatero o, peor aún, de Paulino Rivero.
Me pregunto qué habrá detrás de esta filiación política tan explícita:
La raza, quizás. El buen hombre es negro y sin duda alguna Obama ha sabido sacar provecho de su ambigua negritud.
Es todo un símbolo el que un negro se haya podido convertir en presidente de los Estados Unidos. Y es una circunstancia que celebro.
Pero su negritud no le hace acreedor de ningún valor o aptitud adicional como político o, para el caso, presidente.
También es negra Condolezza Rice.
¿Será acaso su estrategia económica lo que habrá seducido a los americanos?
No lo creo.
Obama sólo tiene a su favor en este punto el pertenecer al partido demócrata, ajeno en principio al desaguisado de la crisis financiera en marcha, ante la cual sólo parece razonable pedir responsabilidades -en todo caso- a la administración Bush.
Y es que el mensaje de McCain de que los planes económicos de Obama son irreales y de que va a subir los impuestos de forma desorbitada ha tenido, me parece, cierto calado en la opinión pública.
Una oyente de una emisora de Tyler decía el otro día en antena que tenía mucho miedo de Obama porque su modelo era el del socialismo y, ya se sabe, apelar al socialismo en USA es como mentar al maligno en persona.
Claro que a las emisoras de radio de Tyler hay que echarles de comer aparte.
Quizás por eso he tenido la impresión, probablemente falsa, de que uno de los temas centrales de la campaña ha sido la postura de ambos candidatos frente al aborto.
¡Es tanto lo que han estado cacareando al respecto desde la onda los curas, prelados y pastores durante los últimos meses!
Pero no, me resisto a pensar que un tema como el del aborto pueda decidir unas elecciones.
La raza, la economía, el aborto... ¿qué hay de la guerra?
A este respecto, supongo que se puede decir que donde más adeptos ha ganado Obama ha sido fuera de su país, en Europa y resto del mundo.
Aquí en casa, tiene que andar con pies de plomo si de lo que se trata es de Afganistán e Irak, Al-Qaeda o el militarismo en general.
Aquí en casa, el veterano de guerra McCain ya se ha arrallao un millo tan sólo por serlo.
Entré a la consulta del oftalmólogo y le dije:
-Congratulations!
-Why that?
-Because of Obama´s victory.
El lunes me había sorprendido cómo el hombre tenía toda la consulta empapelada de anuncios a favor de Obama, incluida su bata, en la que llevaba pegada una chapa de obamaníaco.
Me divertí extrapolándolo a España: mi oculista con una chapa de Rajoy o de Zapatero o, peor aún, de Paulino Rivero.
Me pregunto qué habrá detrás de esta filiación política tan explícita:
La raza, quizás. El buen hombre es negro y sin duda alguna Obama ha sabido sacar provecho de su ambigua negritud.
Es todo un símbolo el que un negro se haya podido convertir en presidente de los Estados Unidos. Y es una circunstancia que celebro.
Pero su negritud no le hace acreedor de ningún valor o aptitud adicional como político o, para el caso, presidente.
También es negra Condolezza Rice.
¿Será acaso su estrategia económica lo que habrá seducido a los americanos?
No lo creo.
Obama sólo tiene a su favor en este punto el pertenecer al partido demócrata, ajeno en principio al desaguisado de la crisis financiera en marcha, ante la cual sólo parece razonable pedir responsabilidades -en todo caso- a la administración Bush.
Y es que el mensaje de McCain de que los planes económicos de Obama son irreales y de que va a subir los impuestos de forma desorbitada ha tenido, me parece, cierto calado en la opinión pública.
Una oyente de una emisora de Tyler decía el otro día en antena que tenía mucho miedo de Obama porque su modelo era el del socialismo y, ya se sabe, apelar al socialismo en USA es como mentar al maligno en persona.
Claro que a las emisoras de radio de Tyler hay que echarles de comer aparte.
Quizás por eso he tenido la impresión, probablemente falsa, de que uno de los temas centrales de la campaña ha sido la postura de ambos candidatos frente al aborto.
¡Es tanto lo que han estado cacareando al respecto desde la onda los curas, prelados y pastores durante los últimos meses!
Pero no, me resisto a pensar que un tema como el del aborto pueda decidir unas elecciones.
La raza, la economía, el aborto... ¿qué hay de la guerra?
A este respecto, supongo que se puede decir que donde más adeptos ha ganado Obama ha sido fuera de su país, en Europa y resto del mundo.
Aquí en casa, tiene que andar con pies de plomo si de lo que se trata es de Afganistán e Irak, Al-Qaeda o el militarismo en general.
Aquí en casa, el veterano de guerra McCain ya se ha arrallao un millo tan sólo por serlo.
Anoche en la tele veía un reportaje hablando de cómo ciertas armerías habían visto aumentar vertiginosamente la venta de armas tras la victoria de Obama. Se entrevistaba a algunos clientes, auténticos chalados que parecían sacados de un documental de Michael Moore, pontificando y profetizando que Obama estaba dispuesto a prohibir la venta y tenencia de armas, razón por la cual había que montar un fortín en casa antes de que eso ocurriera.
Al parecer, Obama había hecho unas declaraciones en la radio hace casi un año en las que mostraba poca simpatía hacia el acceso libre a las armas del pueblo estadounidense. Algo después, en mayo, había tranquilizado a la ANR con unas contradeclaraciones...
Al parecer, Obama había hecho unas declaraciones en la radio hace casi un año en las que mostraba poca simpatía hacia el acceso libre a las armas del pueblo estadounidense. Algo después, en mayo, había tranquilizado a la ANR con unas contradeclaraciones...
A lo que voy: que estar en contra de la guerra de Irak no resulta necesariamente popular aquí en Estados Unidos.
De hecho, Obama no está en absoluto en contra de la guerra contra el terrorismo; si acaso sólo en contra de la guerra de Bush en Irak.
¿Qué hay, pues, detrás de esa marea, de esa moda, de esa obamanía que parece haber conquistado al mundo e incluso al pueblo americano?
Anoche vi por fin el discurso de Obama en Chicago tras su victoria en las urnas.
¡Qué poder de seducción!
¡Qué elocuencia!
¡Qué saber estar!
¡Qué dominio de la retórica!
¡Qué arte para penetrar el alma americana y conmoverla!
¡Qué americanada!
Obama podía convencer a la izquierda y el centro europeos -pensé- y al resto del mundo con ciertas posturas anti-bush y con una cierta promesa de izquierdización o europeización de la política norteamericana.
Pero para convencer al pueblo americano hacía falta algo más que eso.
O algo muy diferente a eso.
De hecho, creo que Obama y McCain han jugado a lo mismo.
A ofrecer una imagen:
Y aquí el chico negro se ha impuesto al veterano de guerra.
A ofrecer un relato:
Un negro presidente es la confirmación del sueño americano.
A explotarlo y desarrollarlo en forma de epopeya:
Yes, we can!
A apelar al patriotismo del pueblo americano y su destino y esencia:
Desde el segregacionismo hasta Pearl Harvor, desde el sufragio universal hasta las crisis económicas; logros y derrotas, obstáculos y propósitos, lucha y esperanza, todo eso ha conseguido aunar Obama (o sus directores de campaña) al apelar al "Yes, we can".
Es perfecto: eso en publicidad se llama "transferencia". Del mismo modo que los valores e imagenes de paz familiar, calor del hogar y cálido amor del anuncio se traducen en -y transfieren a- un sobre de sopa Maggie, los retos y logros del pueblo americano durante el siglo XX han quedado resumidos en la marca Yes, we can, cuyo último episodio no es sino la elección de Barack Obama presidente.
Han jugado al juego del personalismo político:
Desde abuelas hasta hijas pasando por esposas de los candidatos.
Y por encima de todo, han apelado a Dios, último símbolo o sentimiento, segunda patria del pueblo americano:
Qué pedestre y circunspecto me suena ahora el "Españoles, gracias y buena suerte" de Zapatero al compararlo con la solemne y altisonante despedida de Obama: "Thanks you, God bless you and make God bless the United States of America"
En la burbuja americana todos tienen muy claro cuál es el pueblo elegido.
En la burbuja americana grande es América y el mundo no tanto.
En la burbuja americana todo es posible.
Obama lo ha dicho:
"We will change the world!"
De hecho, Obama no está en absoluto en contra de la guerra contra el terrorismo; si acaso sólo en contra de la guerra de Bush en Irak.
¿Qué hay, pues, detrás de esa marea, de esa moda, de esa obamanía que parece haber conquistado al mundo e incluso al pueblo americano?
Anoche vi por fin el discurso de Obama en Chicago tras su victoria en las urnas.
¡Qué poder de seducción!
¡Qué elocuencia!
¡Qué saber estar!
¡Qué dominio de la retórica!
¡Qué arte para penetrar el alma americana y conmoverla!
¡Qué americanada!
Obama podía convencer a la izquierda y el centro europeos -pensé- y al resto del mundo con ciertas posturas anti-bush y con una cierta promesa de izquierdización o europeización de la política norteamericana.
Pero para convencer al pueblo americano hacía falta algo más que eso.
O algo muy diferente a eso.
De hecho, creo que Obama y McCain han jugado a lo mismo.
A ofrecer una imagen:
Y aquí el chico negro se ha impuesto al veterano de guerra.
A ofrecer un relato:
Un negro presidente es la confirmación del sueño americano.
A explotarlo y desarrollarlo en forma de epopeya:
Yes, we can!
A apelar al patriotismo del pueblo americano y su destino y esencia:
Desde el segregacionismo hasta Pearl Harvor, desde el sufragio universal hasta las crisis económicas; logros y derrotas, obstáculos y propósitos, lucha y esperanza, todo eso ha conseguido aunar Obama (o sus directores de campaña) al apelar al "Yes, we can".
Es perfecto: eso en publicidad se llama "transferencia". Del mismo modo que los valores e imagenes de paz familiar, calor del hogar y cálido amor del anuncio se traducen en -y transfieren a- un sobre de sopa Maggie, los retos y logros del pueblo americano durante el siglo XX han quedado resumidos en la marca Yes, we can, cuyo último episodio no es sino la elección de Barack Obama presidente.
Han jugado al juego del personalismo político:
Desde abuelas hasta hijas pasando por esposas de los candidatos.
Y por encima de todo, han apelado a Dios, último símbolo o sentimiento, segunda patria del pueblo americano:
Qué pedestre y circunspecto me suena ahora el "Españoles, gracias y buena suerte" de Zapatero al compararlo con la solemne y altisonante despedida de Obama: "Thanks you, God bless you and make God bless the United States of America"
En la burbuja americana todos tienen muy claro cuál es el pueblo elegido.
En la burbuja americana grande es América y el mundo no tanto.
En la burbuja americana todo es posible.
Obama lo ha dicho:
"We will change the world!"
8 comentarios:
Estaba cantado que iba a ganar Obama, se quiera o no.
Veremos que tal lo hace el nuevo Emperador Barack I, frente al desaguisado de Jorgito Obús II.
AQuí, In Spain, estamos con la crisis hasta el cuello. Y en plano personal, yo estoy hasta el cuello de examenes y trabajos. Esta semana me tocan 4 exámenes (Filosofía entre ellos).
Siguiendo con política, he cometido una locura comparabale a la tuya al irte a Tyler hasta cierto punto, me he presentado candidato al Consejo escolar del Blas. Hay 11 candidaturas para 2 plazas, así que...
Saludos extenuados
A pesar de tu sensación de aislamiento y desinformación, o de desenfoque por la proximidad -como si los Bushes no te dejaran ver el bosque-, me parece magnífica tu reflexión. Creo que manejas todas las claves para el análisis del porqué del éxito de Obama y cuáles son las diferencias entre los dos candidatos. Aquí, a través de los medios de información y sus comentaristas no es mucho más lo que se puede ver, oir, leer y entender; porque, sin duda, es una incógnita cuál será el contenido real del change prometido, y quizás sólo a la luz del mismo se pueda entender y valorar lo que ha sucedido (ya sabes que los historiadores tienen como oficio predecir el pasado, en lo que, por cierto, no se diferencian de los economistas, los meteorólogos o los vulcanólogos). Comprendo que pudieras tener mayores expectativas, pudiendo ver las cosas en persona, pero ya dices tú por qué eso no ha sido hasta ahora fácil. Está muy bien lo de las burbujas personal y social. Yo pienso que ambas siempre existen, aunque sus películas sean según los casos más o menos opacas, traslúcidas o transparentes; impermeables o de fácil ósmosis. En cómo sean puede residir el problema: no digamos nada de las burbujas identitarias autocomplacientes, de las que tanto sabemos en Canarias. Pertenecemos a distintas y diferentes burbujas, concéntricas, tangentes o secantes, dentro de la gran burbuja global. Lo primordial es ser conscientes de ello, y ser capaces de cruzar sus paredes como Alicia el espejo. Y basta. Celebremos con optimismo el cambio en América y digamos juntos al llegar el viernes por la tarde: "Yes, weekend"
Aparte de que he leído realmente enganchada tus reflexiones, te diré que lo que dices del peso que puedan tener temas como el aborto es una idea que ha salido en alguna charlita mantenida sobre las elecciones, y la conclusión general fue que desde luego lo tiene, y mucho. Por eso uno, que no quiere caer en la imagen estereotipada de los americanos por pura lógica(son muchos, todos no serán iguales) se refunfuña escuchando alegatos pasionales sobre tema aborto, matrimonio homosexual o similares.
El Obama tiene una presencia, un empaque el tío...pero la Palin es otra, ya he leído por aquí que no habrá ganado pero que ha nacido una estrella.
En fin, ya está hecho, a ver si pueden o no pueden.
Besos demócratas
Gracias, Dracón, por tus crónicas blascabrerianas. Vaya, este año la cosa sí que va a estar reñida: ¡al fin hay más candidatos que vacantes al Consejo Escolar! Ya era hora. Me alegro UN MONTÓN que hayas tomado esa decisión. Aunque muchos días te vas a aburrir con algunos temas que ni fú ni fa, otras veces la presencia y participación de alumnos en el Consejo Escolar es una de las cosas que da vida, dinamismo y espíritu democrático al Centro. Además, hace falta gente inteligente, culta y echada pa´alante como tú en "las instituciones" de nuestras islas (no sólo echada pa´alante), gente que sepa lo que es una ONG. Pero bueno, estoy dando por sentado que te van a elegir. Qué coño: Yes, we can!
Vaya, (p)anónimo, me ha gustado eso de los bushes que no dejan ver el bosque y lo del "Yes, weekend". Qué certero. Por cierto, en el condado de Smith (del que es capital la ciudad de Tyler) "los bushes" han ganado a los demócratas en una proporción 70%/30%. Así que mi sensación no era del todo infundada. Por supuesto que comparto la ilusión y el optimismo que deduzco de tus palabras y que acaso mi post un tanto lacónico no deja ver. Ya sabes que soy un optimista malgré tout y que me gusta darle la razón al enemigo de vez en cuando y jugar a abogado del diablo "a ver qué sale".
Maronini, no te refunfuñes tanto que no es bueno. La Palin desde luego ha dado mucho juego, al aúnar el voto femenino que la retirada de Clinton dejó un poco en suspenso. Por otra parte, no tiene las primaveras de McCain. Quizás por eso algunos (que tienen muy poco de historiadores, meteorólogos o vulcanólogos) predicen que Obama va a salir escaldado de esta crisis financiera y que las próximas las gana Palin.
Un abrazo, me voy a desayunar.
Yes, weekend!
¡a desayunar!
¿leo el blog antes de desayunar?
Tercera burbuja: el blog.
"Yes weekend", ja,ja... Obama lo que trataba de decirnos es que a partir de ahora hay que trabajar también el weekend. Ese es el autentico cambio! Jodida crisis.
ufffff
mi blanquitud me impide leer (justo despues de leer tu enorme articulo, que no terminé....) los enormes comentarios que ha suscitado ....pido perdón! Buena reflexión, de la misma calidad que la de nuestros reporteros del País...mira que meterse con la biblia.
Voy a ir a tu dentista
comprate un rifle
y por dios sacate una foto en clase, con tus pequeños marroncitos y negritos (¿o sea patitos "....."? porque patos y ganzos son parecidos,no?) con una chapa de Paulino Rivero....
son cosas mias o me ha salido un comentario rayando lo macabró-nazi......ay mi blanquitud jaja
un abrazo Mc.......kallister
¿Marroncitos y negritos? Son todos hispanos. Tengo montón de fotos en clase, con los peques, pero prefiero no publicar ninguna, por eso del derecho a la intimidad, los menores y la fiscalización e hiperensibilidad americana.
Un abrazo.
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