domingo, 19 de julio de 2009

ObEDiEnCiA CiUdAdANa


Me llamo Silvio, como el presidente, y amo a mi familia, a mis amigos y a mi patria. Soy estudiante de sexto grado, aplicado y obediente. Me gusta obedecer al maestro y a mi padre tanto como a mi padre le gusta obedecer al presidente. Quizás ese sea el motivo de que me llame Silvio.


Fátima lleva tres semanas en nuestra clase. Ella es de ojos negros e ilegal. Por eso desde hace dos días también le hemos obligado a darnos el bocadillo, pues yo también quiero ser como mi padre y los demás.


Dice mi padre que los ilegales son ilegales y que a partir de ahora podrán ser castigados con multa y cárcel. Fátima no trae dinero al colegio, pero trae bocadillo. En cuanto a la cárcel, el maestro la castiga sin recreo siempre que puede. Él también es obediente.


Todos somos obedientes, hasta los tíos, que han dejado de alquilarle su piso a una familia de ilegales, por evitar la cárcel. Yo no puedo ir a la cárcel, pero de todas formas he dejado de prestarle a Fátima mis libros, mis lápices, mi afilador, su bocadillo.


Mi padre y un grupo de vecinos salieron anoche de ronda: buscaban ilegales. En Nápoles preocupa la basura de las calles, que desborda los contenedores. Pero no sólo eso.


Hoy en el recreo pensamos hacer lo mismo. Nos cogeremos de la mano y avanzaremos en grupo, barriendo el patio. Somos obedientes y estoy seguro de que alguno encontraremos.


A Fátima no. Vuelve a estar castigada.



7 comentarios:

Dracón el filósofo dijo...

La verdad es que Italia, en estos últimos tiempos, da PENA. Un Presi putero (y que aún así cae simpático), la mafia controlando la mitad del país...

Respecto a la inmigración, mi postura sobre el tema, corre el riesgo de ser incomprendida, pero allá va.

Yo ya he dejado claro que mientras los inmigrantes vengan con papeles, contrato de trabajo y con todo en regla, y además se INTEGREN, aquí van a tener un segundo hogar y la gente los tolerará. Sin embargo a los que la mayoría de la población española (a excepción de los Onejetas subvencionados por Zapatero), no quieren ver ni en pintura, es al inmigrante ilegal, al que no hace nada por integrarse en el país que lo acoge, al que se cree que sólo tiene derechos y te salta "racista" cuando le recriminas algo, al que chupa recursos de la Seguridad Social sin cotizar nada a cambio... Y no sigo más, por cuestión de autoética.

Y que no salten con el cuento de que los españoles también éramos inmigrantes, porque sí, lo fuimos, pero si no teníamos todo en regla, nos echaban del país. Tampoco estoy de acuerdo con las "regularizaciones del Bonobús" del Señor Caldera...

Resumiendo mi postura: Inmigración, sí, pero controlada y legal.

Pido además, disculpas si el tono de mi comentario o lo que en él se afirma molesta a alguien, y espero que el debate que surja, sea del todo civilizado

Dracón

Andriu dijo...

Vaya Dracón, cuánta bilis.

Estoy de acuerdo contigo (al menos) en una cosa: deben ser legales.

Pero eso nunca va a ocurrir si todo lo que hacemos es ponerles obstáculos a la legalización de su situación, mediante leyes excesivamente estrictas. Porque no quiero (como tú) inmigrantes ilegales en España, ni en ningún otro país, abogo por la aprobación de leyes de extranjería más inclusivas, generosas y humanas.

Porque esto es algo que se olvida fácilmente: no hablamos de obetos o mercancias (susceptibles de ser legales o ilegales) sino de seres humanos. Me parece una aberración que se pueda describir a una poersona de esta forma: "Ella es de ojos negros e ilegal".

Quizás en esto soy algo ingenuo, pero no quiero un mundo parcelado legalmente, en el que cada cual pertenece a un sólo lugar y en el que la libertad de tránsito y residencia no existe, o sólo para quienes se la pueden costear saltando por encima de leyes diseñadas para blindar las fronteras de nuestros países ricos de la amenaza de los que no lo son.

La inmigración nos enriquece, económica, cultural y humanamente.

¿Qué se integren? O como tú lo expresas: ¿Qué se INTEGREN? Pues depende. Me conformo con que cumplan la ley, como todo hijo de vecino (si quieren, vamos: ahí están las fuerzas del Estado para poner orden contra cualquier delicuente, español o no).

Hay que saber lo que se dice cuando uno pide al extranjero que se integre. Algo vimos en clase de ética, cuando hablamos del etnocentrismo y del relativismo cultural.

En cuestión de integración, la diversidad es buena y nunca debe convertirse en la "asimilación" o mimesis de todas las pautas culturales del país que los recibe: no quiero marroquíes que coman tortilla de patatas (o papas con mojo), que se hagan católicos, que vistan de levis y de nike en lugar de chilabas y que se emborrachen en nuestras verbenas.

No, del mismo modo que me hubiera parecido abusivo (intolerante) que mis amigos tyleritas me hubieran pedido que me integrase, significando con ello renunciar a mis convicciones y tradiciones y adoptando las suyas: dejar de beber alcohol, ir a misa, hacerme partidario de la pena de muerte, renunciar a toda conciencia ecológica y vestirme de cowboy.

Bueno, el tema da para un interesante debate. Ahí va mi pequeña contribución.

¿Alguien más se anima?

Un abrazo.

Montse dijo...

Dracón, cómo que tu opinión no iba a entenderse? Se ha entendido perfectamente, lamentablemente. Yo sólo te digo una cosa, si tú estuvieras en una casa que está ardiendo qué harías? Pues aplícate el cuento, ponte en el lugar de otros/as y todo será facilísimo.

Con respecto a la legalidad o ilegalidad creo que no hay ningún ser humano ilegal, somo iguales en dignidad y derechos y eso incluye poder buscarse la vida dignamente donde cada uno/a pueda. Ya es bastante dejar tu tierra, tu gente, incluso tu idioma, ya es bastante difícil todo eso para que encima nosotros/as se lo pongamos aún más difícil.

Yo tengo claro que si necesitara irme de este país porque no pudiera vivir dignamente lo haría y me "tocaría las pelotas" hacerlo de forma legal o ilegal. Y me gustaría que me tratasen dignamente y como creo que lo que a mí me gustaría es normal que le guste a otros u otras pues trato de ponerlo en práctica. Tengo una amiga Uruguaya que hace un año tuvo que venir a España, es ilegal y dice lo siguiente, te recomiendo leerlo:
http://montsepedroche.wordpress.com/?s=ningun+ser+humano+ilegal


Con respecto a lo de "Integrase" siempre que no se confunda con asimilación, separación o marginación, de acuerdo. Pero lamentablemente la mayoría entiende por integración la asimilación. Estoy con Andriu, lo único exigible -a los/as inmigrantes y a los/as que no lo son- es que cumplas las leyes, lo demás es una cuestión de felicidad absolutamente subjetiva pese a quien pese.

Un saludo a todos/as, legales e ilegales, me la suda (¡qué ordinariez!, pero es que hay cosas que me sacan de quicio)

Dracón el filósofo dijo...

Matizar algunas cosas (debate interesante, por cierto)

.Con lo de integrarse, no me refiero a que vayan a los Sanfermines, coman paella y bailen flamenco, por Dior. Me refiero a que tengan una relación como la que Andriu tenía con sus vecinos Tyleritas: es decir, tu tienes tu cultura, yo la mía, podemos relacionarlos y yo me empapo de la tuya y tú de la mía, pero jamás impongamos nuestra cultura.

Por desgracia, al menos desde mi experiencia, aunque he visto de todo, son mayoría los que forman ghettos con sus compatriotas. Opción tan respetable como cualquier otra (¿que hacemos si no los Españoles en cualquier sitio adónde vamos?. Tendemos a estar cerca de nuestros compatriotas) Sin embargo, no permiten que nos tratemos de integrarnos con ellos. Al menos es lo que yo creo.

Ahora contaré mi experiencia personal, que ilustra el tipo de inmigración que yo, al menos, no quiero.

Tengo como vecinos a un grupo de colombianos, y a pesar de que llevan años en el barrio, no creo que alguien que viene con ganas de prosperar y tener un futuro mejor haga:

.Robarte el agua y la luz de tu propia casa.

.Montar fiestas con la música a todo volumen hasta las cinco de la mañana, y cuando llamamos a la policía, que estos no digan: "No podemos hacer nada".

Y no me invento nada, todo es perfectamente corroborable.

Montse: Claro que ningún ser humano es ilegal, y por supuesto que pueden venir a ganarse la vida. Lo que me molesta es que en vez de regularizar (en la medida de lo posible que nuestras leyes permitan) su situación, muchos opten por seguir sin papeles, viviendo en chabolas, y cobrando 300 euros en negro. Yo personalmente, encuentro más digno tener un trabajo digno, una vivienda digna, y tener tu sueldecito con Seguridad Social y demás parafernalia, que no el estar cobrando una miseria en negro y siendo explotado. Y repito, son muchos de los que entran como sin papeles los que siguen en la segunda opción, sin hacer el mínimo esfuerzo por cambiar su situación. Eso es lo que molesta, porque para más inri, encima se quejan de estar en esa situación, cuando no hacen nada por cambiarla.

Yo mismo si emigrara, lo haría con todo en regla, y si no me fuera posible, trataría de regularizar mi situación lo antes posible en el país al que vaya, ¿no?

Y respecto a leyes de inmigración, según la UE, España tiene una de las leyes de inmigración más generosas y humanas de Europa, al menos que yo sepa...

Quizá la culpa de todo esto sea de los dos: nosotros que no les dejamos o no queremos que se integren, y ellos que no quieren o no se dejan integrar...

Es un tema muy complejo y profundo, como para defender una postura sin crear polémica

Y vuelvo a reiterar mis disculpas por el tono del post anterior. Quizá me excedí en demasía, pero repito, es un tema muy polémico y cuesta hablar sin excederse(Vaya tocho de comment que me ha salido, xD)

Un abrazo a todos.

Dracón

Andriu dijo...

Montse, gracias por el enlace. Por cierto, ¿estás en el extranjero (o con un teclado extranjero)? Te hago en Cadiz.

Dracón, siempre me llamó la atención tu visión tan negativa (y en mi opinión trufada de prejuicios) de las personas inmigrantes. Recuerdo alguna intervención tuya en clase en este sentido. Recuerdo que muchos compañeros te "saltaron al cuello". Aunque también otros tanto callaron y estoy seguro de que pensaban algo parecido a lo que estabas diciendo (que sería algo similar a lo que ahora escribes). Siempre he percibido en mis alumnos de Lanzarote una actitud bastante intolerante y llena de prejuicios hacia los inmigrantes, lamentablemente. Quizás el 4ºA en el que estabas fue la única excepción.

Pero sigamos el debate:

1. Releo tu idea de qué es integrarse, de qué les pides a ellos, y no me queda claro. Parece que sugieres la idea de que se "junten", "mezclen", con los nativos. Yo creo que hay mucha más resistencia por "nuestra" parte a fundirnos con ellos que la que puedan sentir ellos. Me temo que "nosotros" somos -en general- los inaccesibles, los blindados y los que eludimos su trato. No obstante, puede que tengas razón en que haya cierta tendencia al aislamiento y formación de ghettos por su parte. Pienso, por ejemplo, en la comunidad china, que trae consigo su cultura en bloque allá adonde emigra y parece bastante remisa -en general- a dejarse contaminar por las prácticas culturales de las sociedades de acogida. Puede que esto sea cierto. Pero, y si lo es ¿qué problema hay?. No se le puede exigir a todo el mundo esa apertura y curiosidad hacia otras culturas que uno (y aquí te incluyo, porque te conozco un poco) siente. Mientras cumplan la ley -insisto- como el resto de españoles, chitón.

2. Tu experiencia con tus vecinos colombianos no es buena, parece. Pero ¿por qué extrapolas y generalizas y das por válido ya no para todos los colombianos sino para todos los inmigrantes lo que quizás sólo sea válido para esta familia que tienes por vecinos? ¿No dieron este curso en Filosofía I algo de lógica: el problema de la inducción? Lo de la policía que dice "No podemos hacer nada" no lo entiendo, o me parece más grave. Que yo sepa, la policía interviene cuando hay de por medio una denuncia o incluso -sin llegar a tanto- una queja con fundamento. Si al final hasta los bares acaban por pagar las correspondientes multas por excederse con las horas y los decibelios, cuánto más un ciudadano de a pie (y encima, si es inmigrante: mira a Fátima si no).

3. Aunque te diriges aquí a Montse, no puedo dejar de intervenir, movido por el asombro y la perplejidad ante lo que (le) dices: ¿De verdad crees que "no hacen nada" por cambiar su situación y regularizarse? ¿Crees de verdad que "opten por seguir sin papeles, viviendo en chabolas, y cobrando 300 euros en negro" porque ese es su capricho, y no porque n tienen más opciones a la vista? No sé, Dracón, el tipo de inmigrantes que frecuentas. Una buena amiga ha sido durante muchos años la abogada de Lanzarote Acoge. Y empiezo a pensar que todos los extranjeros que pasaban por allí buscando asesoramiento para arreglar su situación legal eran en verdad, no sé: ¿marcianos?

4. En cuanto a lo que dices de la ley española de extranjería, pese a que el PSOE la ha ido endureciendo con pequeños gestos (presionado por el PP y por cierta xenofobia que se respira en la calle, creo) probablemente tengas razón: en muchos otros países europeos son más duros. Quizás deberíamos coger apuntes de Berlusconi...

Un abrazo.

Montse dijo...

Dracón el filósofo: Pienso y luego contesto.

Andriu, estoy en casita, estuve en Cádiz del 3 al 12 de julio. ¿Por qué lo del teclado? Será que puse algo mal, nada más.

Por cierto, me equivoqué de enlace, el que quería poner era éste:
http://montsepedroche.wordpress.com/2009/01/14/soy-emigrante/

Un saludo a los dos, Montse

Andriu dijo...

Montse, lo decía por tu primer párrafo, en donde -por dos veces- formulabas preguntas a la inglesa.

¡Me encantó la carta de Elena!

Un abrazo.