miércoles, 9 de diciembre de 2009

PeRsOnAjEs LiTeRaRiOs


"Un puñado de personajes literarios han marcado mi vida de manera más durable que buena parte de lo seres de carne y hueso que he conocido. Aunque es verdad que cuando personajes de ficción y seres humanos son presente, contacto directo, la realidad de estos últimos prevalece sobre la de aquellos -nada tiene tanta vida como el cuerpo que se puede ver, palpar-, la diferencia desaparece cuando ambos tornan a ser pasado, recuerdo, y con ventaja considerable para los primeros sobre los segundos, cuya delicuescencia en la memoria es sin remedio, en tanto que el personaje literario puede ser resucitado indefinidamente, con el mínimo esfuerzo de abrir las páginas del libro y detenerse en las líneas adecuadas".


(Mario Vargas Llosa: "Una pasión no correspondida", ensayo introductorio a Madame Bovary)


8 comentarios:

Montse dijo...

Joder!! Con perdón, pero no comparemos a las personas con los personas de ficción!!!! Me parece una comparación fuera de lugar, son cosas inconmensurables, como dice Kuhn con los paradigmas distintos.

No, no, no, me niego. Me rebelo, me opongo!!! Esta comparación ni siquiera me gusta como ejercicio intelectual!!!

Saludos, Montse

Andriu dijo...

Querida Montse:

¡Me asombra tu repulsión casi alérgica a la comparación de Vargas Llosa!

Las comparaciones son magníficas. Nuestro pensamiento recurre continuamente a ellas. Las metáforas son una clase de comparación y toda la literatura se alimenta continuamente de metáforas. Pero no sólo la literatura. Nietzsche nos habló -como sabes- del origen metafórico del lenguaje también. Y el lenguaje es pensamiento (como también sabes). Casi me atrevería a afirmar pues que comparar es pensar y que pensamos ayudándonos de comparaciones. Y a ti pensar te gusta, que yo sepa.

¿Por qué iba a ser esta comparación entre personas y personajes de ficción "inconmensurable" y "fuera de lugar" incluso "como ejercicio intelectual"? Te rebelas, te opones: ¡¿por qué?!

Vargas Llosa habla aquí del poder de la ficción literaria o del amor a la literatura o de la incorporación de algunos personajes de fición a nuestro equipaje emocional e intelectual. Es decir: del salto mortal que llevan a cabo algunos personajes literarios desde la página del libro hasta la realidad que está más allá del mismo.

Es perfectamente normal lo que dice Vargas Llosa: que algunos de estos personajes ("un puñado")son mucho más memorables que "buena parte" (atención: no todos) de los seres de carne y hueso que ha conocido. Y es que es más fácil encontrar personajes memorables e inolvidables en el mundo de la ficción que personas memorables e inolvidables en el mundo real. Esto es, si nos paramos a pensarlo, casi una verdad de Pero Grullo: la ficción está llena de este tipo de personajes y los libros que los contienen están por lo general al alcance de la mano, mientras que nosotros (seres de carne y hueso) somos por lo común más normalitos que esa fauna que habita los universos de ficción y las personas memorables e inolvidables no siempre están al alcance de la mano (sólo ocurre esto, si acaso, con las personas a las que queremos, y por la relación que nos une a ellos en gran parte).

¿Alguien ha conocido en persona a un ser de carne y hueso tan brillante y perpicaz como SHERLOCK HOLMES? ¿hay un ser tan deliciosamente misterioso y escurridizo como la ALEJANDRA de "Sobre héroes y tumbas" o como la misma LISBETH SALANDER? ¿es posible sufrir y empatizar con alguien del modo en que lo hace el lector de "Crimen y Castigo" con RASKOLNIKOV a lo largo de sus interminables páginas?

La ficción juega con ventaja pues no tiene más límites que los de la imaginación.

Por otra parte, como escribe Vargas Llosa, convocar a estos personajes memorables es tan fácil como abrir de nuevo un libro, mientras que con los seres de carne y hueso, en caso de que tengamos la suerte de conocer a seres tan prodigosos como los que la ficción fabrica, la cosa es más complicada: están lejos, o en el pasado, y no en la íntima cercanía desde la que nos susurran los personajes desde las páginas de un libro.

Así pues la comparación me parece perfectamente legítima, aunque sólo sea para subrayar estos dos aspectos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo admito preferir a personajes literarios antes que a humanos.En general claro. Siempre hay alguna persona que vale la pena o que necesitamos. Pero tampoco aportamos tanto como creemos. Bueno el calor y el sexo es diferente claro. Es mejor el de carne. Aunque no lo escribo convencidísimo.

Montse dijo...

Andriu me encanta tu respuesta, no me da tiempo a contestarte, pero tengo mucho que contestar. En cuanto pueda vuelvo, ya sabes que los que no tenemos año sabático tenemos mucho que corregir en estos días. Dame tiempo.

Un abrazo, querido Andriu. Montse

Andriu dijo...

Anónimo: obviamente unos no dan lo que los otros no pueden ofrecernos, y viceversa. Tampoco se trata de elegir a unos en detrimento de los otros en términos absolutos. Qué pedante: ¿se me entiende?

Montse: me hago cargo, of course, ante todo el deber.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

ALTO Y CLARO, Andriu.

Suscribo lo que dice anónimo,lo que expone Vargas Llosa y la brillante respuesta de Andriu. Plenamente. Incluso en el calor y en el sexo, me aventuro a añadir (Montse, ten piedad).

Podría extenderme, pero yo, como Montse, muy liada.

abrazos a todos,

Rbc

Educathor dijo...

Pasaba por aquí, he visto luz y me he quedado un rato.

Un abrazo desde Barcelona,Andriu.

Andriu dijo...

Rbc: ¿firmamos un manifiesto?

Educathor: ¡Cuánto tiempo! Me alegró tu visita.

Un abrazo.