domingo, 23 de agosto de 2009

ToDo TorCiDo


El puto ordenador se ha levantado todavía más resacado que yo.

Anoche estuve cinco horas en el Hospital, bebiendo cervezas y rones.

Mis resacas son constructivas y activas.

Es raro que me dejen agilipollado en el sofá. Al contrario, me levanto con ganas de hacer cosas y de compensar las horas que he estado metido en la cama a pleno día.

Recuerdo una resaca memorable en que amanecimos en Los Lajares, Lanzarote. Me levanté y todos seguían durmiendo y me puse a caminar, montaña arriba, hasta llegar al cráter del volcán de la Corona. No es mucho, cuatro o cinco kilómetros. Pero en ese momento fue cuando hice balance y me percaté de la naturaleza insólita de mis resacas.

Ahora que el cráter lo tengo alojado en la planta del pie no me queda más remedio que gastar esta actividad y este excedente energético que alojo en mi cuerpo de puertas adentro.

Así que me he levantado con el propósito de llevar a cabo el pequeño homenaje a "El planeta americano" al que aludí en el post anterior.

Pero no hay forma: el puto ordenador está peor que yo y sólo me publica las fotos torcidas.

Ya me ha ocurrido otras veces y creo que lo he comentado aquí en algún momento, buscando comprensión.

Las he subido desde Explorer y desde Firefox; las he volteado para ver si el ordenador las contravoltea y así quedan rectas; las he descargado nuevamente de la cámara de fotos; las he pasado por Picassa.

A ver, pongámonos serios:

Desde aquí hago un llamamiento al cyberespacio pidiendo auxilio: ¡sólo pido que me enseñen a voltear una foto una vez ha sido subida a blogger, o cualquiera otra cosa para enmendar al ordenata cuando se empeña en sacar todo torcido!

Juro que me harían infinitamente feliz.

Mientras tanto, volveré a hacer lo de siempre: asomarme allá fuera, a la realidad, y sacar de nuevo la foto en cuestión.

Si en el plazo de un día no hay en este blog un nuevo post titulado PlAnEtA aMeRiCaNo, buscadme entonces en el fondo del mar, abrazado a un Acer Travel Mate 4000 de los Cojones (me encantas, Salander).

Por cierto, perdón por la ultracorrección que pudo llevar a equívoco:

Me refería al bar el Jóspital.


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