viernes, 13 de noviembre de 2009

Mi despedida (2)


Los papelitos llegan de todas formas, haga uno lo que haga. Podés pasarte todo el día sentado en el sofá, sin moverte, sin quedarte dormido, atento a cualquier movimiento, a cualquier ruido, da igual. Al final termina tu mujer apareciendo, desde la calle, con un sobre en la mano: "Aquí tenés una carta para vos". Me pregunto cuánto tiempo llevaría ese aviso -te quedan- de muerte -2 días- en el buzón, esperando el momento.

Llegan aunque uno no se mueva y aunque uno se enfade y llore y se desespere e implore sin saber a quién y le grite a la mujer: "Alejate, no quiero verte, no me traigas más cartas, no me traigas nada, no quiero nada de ti, dejame solo". Porque aunque se quede uno así, todo el día guarecido en casa, enfundado en una frazada como si estuviese uno con calentura, solo y aislado y separado del mundo, como a cubierto, de todas maneras los papelitos terminan llegando.

Es tan simple como esto: después de todo el día de guardia, vigilando las espaldas, las manos en los bolsillos, la mirada tensa, llega la noche por fin, uno cierra las puertas, las ventanas y los cerrojos; uno va al cuarto de la nena y le da un beso; uno se desviste, se mete en la cama, siente el frío todavía por todas partes, levanta la almohada y decubre el papelito: "TE QUEDA 1 DÍA".

Entonces uno asiente, dice "ok" y se da cuenta de que lleva todo el día esperándolo. Y sabe que haga uno lo que haga ellos siempre llegan.

Entonces uno se acuesta, resignado y vencido, cansado pero sin poder dormir porque unos golpes de martillo retumban acá adentro de la cabeza, mientras se atropellan en ella recuerdos, imágenes, presagios, argumentos. Desfila a velocidad de vértigo por la mente -como por una autopista- la infinita llanura verde, la pampa del alma, la casita oscura y pobre, el regreso a Italia de la familia, las peleas en casa, la pintura, el arte, las mujeres, la universidad, el primer laburo, Malena, las peleas otra vez, Madrid, Valeria, Galoha, las mujeres de nuevo, el cuaderno negro, los papelitos.

¿Te pasó alguna vez eso, Andriu? ¿Se te juntó toda la vida en apenas un instante? En estos casos, perdés el tiempo si intentas dormir. Darás vueltas en la cama buscando el sueño pero con el corazón acelerado el sueño corre y huye asustado. Te levantarás, darás vueltas por la casa, inquieto, sin saber qué hacer con los segundos, minutos, horas, días, quizás años que te quedan. Quizás días, horas no más. Te sentarás entonces, puede ser, delante de un cuaderno o de la computadora, a escribir. A vos te gusta eso. Y escribirás quizás, como ahora mismo estoy haciendo yo:

Andriu,

Te escribí un mail hace algunas horas. En él cuento algo importante acerca de quién soy yo. Quiero que no lo leas todavía, por favor. No sé bien si todo esto de los papelitos es una broma absurda, una amenaza real o una trampa de mi mente enferma. Ya dije que mi nombre no es Silvio Lombardi. Ni el de Valeria, ni el de Alfredo, ni el de Galoha... Sólo intento proteger a algunas personas con todo esto, empezando por mí. En ese mail que verás mañana en tu correo te cuento algo más acerca de quién soy en realidad, aunque no todo. Me gustaría que leyeras ese mail sólo en caso de que yo muriera. Y lo sabrás porque en ese caso no volverías a tener noticias de mí. Si todo esto de las amenazas de muerte es sólo una broma el sábado te lo haré saber, así como a todos los lectores del blog, con un escueto mensaje: "Estoy vivo. Borrá el mail que te mandé. Adiós". Como te dije, de un modo u otro dejo de escribir aquí. Me buscaré otro blog quizás, otra persona a quien hacer sentirse en deuda. Aquí siento que sobro. Mi último favor es éste: que borres mi mensaje de correo electrónico antes de leerlo. Espero poder confiar en ti. Si mañana (hoy ya) no muero, desde el sábado podrás olvidarte de mí: borrarás mi mensaje, bloquearás mis permisos para publicar y no sabrás nunca nada más de mi. Si mañana (hoy ya) sí muero, con más razón aún podrás olvidarme (tras leer mi mensaje de correo electrónico)... O quizás con menos.

En cuanto a todos ustedes, lectores de este blog, me despido dándoles las gracias por haberme leído durante todo este mes. Sé que no le soy simpático a gran parte de ustedes. Pero esto es lo que hay. Y yo soy -por ahora- el que soy.



5 comentarios:

Montse dijo...

Jooo, Silvio, en el fondo no quiero que te vayas. Es verdad, que te di una gran bienvenida, que después dije que me cansaste y dejaste de interesarme; pero hoy, este post te ha hecho un poco "más humano, menos raro" como dicen María Jiménez y la Cabra Mecánica.

En fin, no sé, tengo sentimientos contradictorios, me gustas cuando te muestras como hoy y me desesperas cuando te regocijas de engañar a Valeria y de ir por ahí tirándotelas como si fuera un deporte nacional.

Silvio, por qué no dejas tus miedos y tus prejuicios a un lado y empiezas a mostrarte sin tapujos. Quizá eso puedas empezar hacerlo en tu nuevo blog, ¿nos darás la dirección, verdad?

Hagas lo que hagas trata de ser feliz y de sentirte satisfecho contigo mismo.

Un abrazo, Montse

Anónimo dijo...

Suerte Silvio. Esperamos ese "estoy vivo"

Andriu dijo...

Descuida, Silvio, no leeré tu mail todavía. Lo mantendré guardado dentro del anillo hasta que llegue el momento adecuado ;)

Anónimo dijo...

Bon voyage!

Santi dijo...

Mira compadre...ayer dsicutí sobre la realidad de tu existencia....y existas o no, yo, como siempre, te echare de menos!!! Un saludo fiera!