Escribe Proust: "Cada artista parece así como el ciudadano de una patria desconocida, por él mismo olvidada, diferente de aquella de donde vendrá, aparejando con destino a la tierra, otro gran artista".
Me resulta muy sugestiva esa idea de una "patria desconocida" desde la que extrae el artista su inspiración. Y creo que si hay un escritor cuya patria nos resulta a todos única e inconfundible, ése es Borges.
Patria de laberintos, de bibliotecas, de eternidades, de reflejos infinitos, de libros mágicos, de arcanos y esoterismos, de guerreros frente a eruditos, de falsas fuentes, de paradojas, de dioses, de mitologías, teologías y hombres inmortales, de aguerridos gauchos y reyertas...
Me resulta muy sugestiva esa idea de una "patria desconocida" desde la que extrae el artista su inspiración. Y creo que si hay un escritor cuya patria nos resulta a todos única e inconfundible, ése es Borges.
Patria de laberintos, de bibliotecas, de eternidades, de reflejos infinitos, de libros mágicos, de arcanos y esoterismos, de guerreros frente a eruditos, de falsas fuentes, de paradojas, de dioses, de mitologías, teologías y hombres inmortales, de aguerridos gauchos y reyertas...
Ésa es la patria literaria de Borges, a la que nos remiten sus deslumbrantes cuentos.
Si hubiera que elegir, por cierto, su homólogo en las artes gráficas, ése sería Escher.
Si hubiera que elegir, por cierto, su homólogo en las artes gráficas, ése sería Escher.
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