Atrás quedaron aquellos días en los que mis calcetines empezaron a salirse del tiesto, a recorrer Madrid y a intentar comunicarse conmigo a través de su comportamiento.
Atrás quedó aquella serie de posts un tanto delirantes acerca de los extraños acontecimientos que rodeaban al piso de la calle Limón.
Y sin embargo anoche me acordé de aquellos días y de aquellos posts.
Entonces los abrí y nos dimos cuenta de que eran unos calcetines con causa.
Los azules rezaban:
"Ningún ser humano es ilegal"
Y también:
"Papeles para todos o todos sin papeles"
Yo miré a Laura:
-Por si no te habías dado cuenta... estamos en Lavapiés.
Atrás quedó aquella serie de posts un tanto delirantes acerca de los extraños acontecimientos que rodeaban al piso de la calle Limón.
Y sin embargo anoche me acordé de aquellos días y de aquellos posts.
Y es que al salir de un bar de Lavepiés me topé con un bulto de tela en el suelo. La imagen de los calcetines enrollados sobre sí mismos, en medio de la calle, repentinamente inmóviles, pillados in fraganti, me recordó aquellas peregrinaciones imaginarias del pasado.
Así que ante la estupefacción de mi amiga Laura me agaché y los palpé prudentemente:
-¿Qué haces? -exclamó ella, con expresión de asco.
Yo situé los calcetines frente a mis fosas nasales.
-Olerlos -dije-. Están recién lavados, huelen a detergente.
-Olerlos -dije-. Están recién lavados, huelen a detergente.
Entonces los abrí y nos dimos cuenta de que eran unos calcetines con causa.
Los azules rezaban:
"Ningún ser humano es ilegal"
Y también:
"Papeles para todos o todos sin papeles"
Yo miré a Laura:
-Por si no te habías dado cuenta... estamos en Lavapiés.
El otro par de calcetines era aún más rotundo.
"Nosotras parimos, nosotras decidimos" -decía el violeta.
En cuanto al negro y fucsia:
"Apartad vuestros rosarios de nuestros ovarios"
Calcetines militantes: decidí quedármelos.
Ya llevábamos muchas cervezas encima y nos habían cerrado el último garito de Lavapiés así que enfilamos rumbo a casa.
A la mañana siguiente me levanté con un punto de resaca y lo primero que leí fue ese grito de guerra que había al final de mis piernas peludas, a la altura del tobillo:
"Apartad vuestros rosarios de nuestros ovarios"
4 comentarios:
Lo dije en mis comentarios de aquellos post. Lo subrayé. Conté vivencias y anécdotas. Recomendé y difundí la notable obra del Profesor Gracia Cantero Gramática Calcetinífera. Planteé interrogantes e incluso afirmé que el lenguaje de los calcetines es el lenguaje e idiosincrasia de sus propios dueños. Tu hallazgo no ha hecho sino confirmar cuanto expresé en aquellos comentarios. Te agradezco que hayas compartido esa anécdota con todos nosotros. Creo recordar que algún párrafo o capítulo de la Gramática Calcetinífera se refiere a calcetines como los que tú has encontrado. Un fuerte abrazo.
Si no vivieras a varios miles de kilómetros de Madrid pensaría que fuiste tú quien colocó en mi camino estos calcetines con causa.
Un abrazo.
...me da amigo que son el principiando de una laaaaaarga colección de calcetines. Las cosas más importantes aparecen así...Muak.
¿En serio? Qué miedo...
Un abrazo, amiga.
Publicar un comentario