Cuando se me presenta un dilema, una disyuntiva o una duda...
...camino.
Ya lo hacía en Lanzarote, en la Caleta.
Había dos caminos, dos rutas:
Rumbo al Risco, ruta este.
Y rumbo a San Juan, ruta oeste.
Los paseos por Famara, rumbo al risco, eran paseos para hablar: con Santi, con mis padres, con los vascos; dependía del momento o la ocasión.
El camino a San Juan, en cambio, me gustaba hacerlo solo.
Era la ruta propicia para la introspección y los viajes interiores.
Camino a San Juan escribí "Samedi soir sur la terre".
Camino a San Juan escuché por radio, con emoción, un partido de fútbol por primera -y probablemente última- vez en mi vida.
Camino a San Juan ejercí innumerables veces de psicólogo de mí mísmo:
Analizando cuestiones del instituto que me preocupaban.
Ordenando en mi mente razones y sentimientos y combinándolos, como en una probeta, en su justa medida.
Trenzando recuerdos y expectativas de futuro con el presente, por siempre inasible y fugaz.
Sintiendo, a través de la presencia del risco en la retaguardia y del oleaje en un costado, el mundo; y construyendo así una filosofía de andar por casa.
Midiendo porcentajes de felicidad.
...camino.
Ya lo hacía en Lanzarote, en la Caleta.
Había dos caminos, dos rutas:
Rumbo al Risco, ruta este.
Y rumbo a San Juan, ruta oeste.
Los paseos por Famara, rumbo al risco, eran paseos para hablar: con Santi, con mis padres, con los vascos; dependía del momento o la ocasión.
El camino a San Juan, en cambio, me gustaba hacerlo solo.
Era la ruta propicia para la introspección y los viajes interiores.
Camino a San Juan escribí "Samedi soir sur la terre".
Camino a San Juan escuché por radio, con emoción, un partido de fútbol por primera -y probablemente última- vez en mi vida.
Camino a San Juan ejercí innumerables veces de psicólogo de mí mísmo:
Analizando cuestiones del instituto que me preocupaban.
Ordenando en mi mente razones y sentimientos y combinándolos, como en una probeta, en su justa medida.
Trenzando recuerdos y expectativas de futuro con el presente, por siempre inasible y fugaz.
Sintiendo, a través de la presencia del risco en la retaguardia y del oleaje en un costado, el mundo; y construyendo así una filosofía de andar por casa.
Midiendo porcentajes de felicidad.
Aquí en Tyler está el "Faulkner Park" o "Battery Park", que es como lo llamo yo, pues recorriéndolo me cargo las pilas.
Allí es donde voy a caminar cuando me cuesta pensar con claridad.
Allí es donde voy a caminar cuando me cuesta pensar con claridad.
Tiene grandes árboles que han sido recientemente desnudados por el otoño.
Está enmoquetado de hojas y ramitas y mis pies lo recorren -cranch, cranch- mientras mi mente vuela -zumba, zumba- y vuela.
Ya no hay arena de playa ni roca volcánica, sino hoja de bosque, lo cual me trae recuerdos y un leve pinchacito en el corazón.
Pero por eso mismo lo mejor es seguir caminando:
Análizando ese pinchacito, esos recuerdos, esta hojarasca presente, ese pasado volcánico...
Lo mejor es seguir -zumba, zumba- pensando y -cranch, cranch- caminando.
Ya no hay arena de playa ni roca volcánica, sino hoja de bosque, lo cual me trae recuerdos y un leve pinchacito en el corazón.
Pero por eso mismo lo mejor es seguir caminando:
Análizando ese pinchacito, esos recuerdos, esta hojarasca presente, ese pasado volcánico...
Lo mejor es seguir -zumba, zumba- pensando y -cranch, cranch- caminando.
Más que un parque es un trozo de bosque que ha sido trasplantado y colocado a diez minutos en coche de mi casa.
En los senderos de "Battery Park" se rodaron las historias de Pulgarcito y de Caperucita Roja.
Allí acudí la semana pasada, con la mente turbia y sedienta de respuestas, como el que acude a un oráculo.
Durante el viaje a San Francisco se había instalado en mí la pregunta:
"¿Un año más?"
Desde California había cambiado la perspectiva de Tyler.
De nuevo la metáfora del embudo:
Salvando distancias y esencias, San Francisco era a Tyler lo que Madrid a Famara.
Esto es, un lugar en el que se multiplicaban y aceleraban las vivencias, las cosas que ver y que hacer, la vida cultural y el ritmo vital.
Llegar a Madrid siempre me pareció como recorrer el embudo en sentido inverso, hasta la boca, la parte ancha, en que cabían más experiencias, más vida.
Volver a Famara, a Tyler, era otra vez adaptarse al exiguo canal para regresar, como el genio a su lámpara, a ese rincón no exento de encantos pero sobremanera conocido:
"¿Un año más?"
San Francisco inclinó, en su momento, esa balanza que hasta entonces había permanecido intacta.
San Francisco era la ciudad en la que yo hubiera querido estar de profesor visitante.
San Francisco me hizo ver otro año en Tyler como una pérdida de tiempo, como más de lo mismo.
Sin embargo...
¿Qué era exactamente "lo mismo"?
¿Conocía ya lo que era la esencia texana, o tyleriana?
En los senderos de "Battery Park" se rodaron las historias de Pulgarcito y de Caperucita Roja.
Allí acudí la semana pasada, con la mente turbia y sedienta de respuestas, como el que acude a un oráculo.
Durante el viaje a San Francisco se había instalado en mí la pregunta:
"¿Un año más?"
Desde California había cambiado la perspectiva de Tyler.
De nuevo la metáfora del embudo:
Salvando distancias y esencias, San Francisco era a Tyler lo que Madrid a Famara.
Esto es, un lugar en el que se multiplicaban y aceleraban las vivencias, las cosas que ver y que hacer, la vida cultural y el ritmo vital.
Llegar a Madrid siempre me pareció como recorrer el embudo en sentido inverso, hasta la boca, la parte ancha, en que cabían más experiencias, más vida.
Volver a Famara, a Tyler, era otra vez adaptarse al exiguo canal para regresar, como el genio a su lámpara, a ese rincón no exento de encantos pero sobremanera conocido:
"¿Un año más?"
San Francisco inclinó, en su momento, esa balanza que hasta entonces había permanecido intacta.
San Francisco era la ciudad en la que yo hubiera querido estar de profesor visitante.
San Francisco me hizo ver otro año en Tyler como una pérdida de tiempo, como más de lo mismo.
Sin embargo...
¿Qué era exactamente "lo mismo"?
¿Conocía ya lo que era la esencia texana, o tyleriana?
¿No me habría estado fijando sólo en los estereotipos?
En las cruces, en las pistolas, en los sombreros de cowboy...
¿No habría estado tratando de confirmar -a través del blog y de las conversaciones con el resto de españoles- las ideas preconcebidas acerca de estos americanos del sur?
¿Había tenido una verdadera actitud crítica y libre de prejuicios, una predisposición a abrirme a una idiosincracia diferente, quizás más compleja y estimulante de lo que siempre había pensado?
En las cruces, en las pistolas, en los sombreros de cowboy...
¿No habría estado tratando de confirmar -a través del blog y de las conversaciones con el resto de españoles- las ideas preconcebidas acerca de estos americanos del sur?
¿Había tenido una verdadera actitud crítica y libre de prejuicios, una predisposición a abrirme a una idiosincracia diferente, quizás más compleja y estimulante de lo que siempre había pensado?
Había acudido al oráculo de Battery con casi una respuesta, con una decisión casi tomada, a la que sólo le faltaba un empujoncito de lucidez, un paseo.
Pero a medida que caminaba -cranch, cranch- tenía las cosas menos claras.
Caminaba y tiraba al pozo de mis dudas el balde vacío, con la esperanza de sacar una respuesta de agua cristalina, pero sólo llegaban, turbias y en desorden, nuevas preguntas y contraargumentos.
Pero a medida que caminaba -cranch, cranch- tenía las cosas menos claras.
Caminaba y tiraba al pozo de mis dudas el balde vacío, con la esperanza de sacar una respuesta de agua cristalina, pero sólo llegaban, turbias y en desorden, nuevas preguntas y contraargumentos.
En la escuela me iba bien, en general.
Aunque agotadores, a menudo me divertía con los gansitos.
En cualquier caso, tenía bastante claro que no quería dedicarme a esto el resto de mi vida.
Pero eso no excluía prolongar la experiencia un año más.
Es verdad que el monto de trabajo era excesivo y que había que saber organizarse muy bien para arañar unas horas de tiempo libre, para uno mismo, cada día.
Pero intuía ya que era cierto lo que decían casi todos los veteranos:
Que el primer año era un agobio y a uno le daban palos -y trainings- por todas partes; pero que luego, el segundo año, todo era mucho más sencillo y era posible ver la luz y hacer una vida más o menos normal, laboralmente hablando.
¿Quería que se acabara ya esta experiencia educativa tan diferente: trabajar en Primaria y bajo el sistema educativo americano?
Era algo que no tenía del todo claro.
Había cosas que me gustaban mucho.
Pero también es verdad que nunca había deseado con tantas ganas la llegada de un fin de semana o de unas vacaciones...
Aunque agotadores, a menudo me divertía con los gansitos.
En cualquier caso, tenía bastante claro que no quería dedicarme a esto el resto de mi vida.
Pero eso no excluía prolongar la experiencia un año más.
Es verdad que el monto de trabajo era excesivo y que había que saber organizarse muy bien para arañar unas horas de tiempo libre, para uno mismo, cada día.
Pero intuía ya que era cierto lo que decían casi todos los veteranos:
Que el primer año era un agobio y a uno le daban palos -y trainings- por todas partes; pero que luego, el segundo año, todo era mucho más sencillo y era posible ver la luz y hacer una vida más o menos normal, laboralmente hablando.
¿Quería que se acabara ya esta experiencia educativa tan diferente: trabajar en Primaria y bajo el sistema educativo americano?
Era algo que no tenía del todo claro.
Había cosas que me gustaban mucho.
Pero también es verdad que nunca había deseado con tantas ganas la llegada de un fin de semana o de unas vacaciones...
Había que seguir caminando, zumba que te zumba.
Pensé en las estadísticas:
Un 40% de los profesores españoles visitantes en Texas se queda un segundo año.
De ese 40%, un 6% se queda más de dos años.
Pero las estadísticas eran datos genéricos y abstractos que nada me decían a mí.
La estadística nunca tuvo porqué ser una buena consejera.
Pensé en los relatos de otros profesores, que habían estado durante las últimas semanas dándole vueltas a la misma pregunta: casi todos volvían a España por navidad y querrían saber qué anunciarles a sus familias.
Había apologetas y detractores.
Pero sus vivencias y conclusiones no eran extrapolables: cada cual escribía desde un sitio diferente del estado de Texas, desde un yo y unas circunstancias diferentes.
No me servían.
Seguí caminando.
Pensé en las estadísticas:
Un 40% de los profesores españoles visitantes en Texas se queda un segundo año.
De ese 40%, un 6% se queda más de dos años.
Pero las estadísticas eran datos genéricos y abstractos que nada me decían a mí.
La estadística nunca tuvo porqué ser una buena consejera.
Pensé en los relatos de otros profesores, que habían estado durante las últimas semanas dándole vueltas a la misma pregunta: casi todos volvían a España por navidad y querrían saber qué anunciarles a sus familias.
Había apologetas y detractores.
Pero sus vivencias y conclusiones no eran extrapolables: cada cual escribía desde un sitio diferente del estado de Texas, desde un yo y unas circunstancias diferentes.
No me servían.
Seguí caminando.
Luego estaba la religión, el nuevo descubrimiento, que lo cambiaba todo.
Acudimos -Raquel y yo- con resaca e irreverencia de turista.
Acudimos a la grande, no a la de la foto.
Y nos quedamos impactados:
¡Esto era Tyler!
Allí habrían unas 1000 personas, en el oficio de las 11:15.
A las 8:00 y a las 9:30 había habido dos oficios más.
Aquello era parte de la esencia de Tyler.
O más precisamente:
La entrada a su núcleo, la vía de acceso a la cultura tylerita de acogida.
Si aún no habíamos tenido ocasión de socializar con los americanos y romper el círculo social de españoles en el que nos movíamos, eso era porque habíamos tardado demasiado en acudir a la iglesia.
Allí nos topamos con varios profes del cole, que se regocijaron de vernos, que nos presentaron a otros americanos, con la satisfacción y el orgullo de quien presenta a un hermano o a una esposa.
Durante esta semana alguno de ellos nos estuvo cortejando, para que repitiéramos.
En la misa de hoy nos sentamos en el fondo del "gallinero", para poder tomar fotos y videos.
Al terminar, la pareja de jubilados que teníamos delante se presentó y se las arregló para que intercambiáramos correos electrónicos y para que acudiéramos los domingos por la tarde a su casa a recibir clases de inglés y de lectura de la Biblia.
Una semana antes, a la salida de la primera misa en Green Acres, Raquel y yo habíamos decidido un plan de acción para acceder a esta cuerda crucial del alma americana en el cinturón bíblico.
Y para conseguirlo la estrategia era sencilla:
Tan sólo hacía falta dejarse querer por el baptismo.
La religión prometía ser un filón antropológico, sociológico, filosófico y social que no había que desaprovechar.
No tenía mucho sentido venir a Tyler desde España y andar todo el día lamentándose por la hora de cierre de los bares y por las extravagancias de la ley seca, habiendo tanto que aprender del mundo religioso en la Tierra, del que constituía Tyler un observatorio inigualable.
La pregunta era ahora:
¿Sería suficiente un año para saciar las expectativas cognitivas y de frikismo que esta ciudad prometía?
Acudimos -Raquel y yo- con resaca e irreverencia de turista.
Acudimos a la grande, no a la de la foto.
Y nos quedamos impactados:
¡Esto era Tyler!
Allí habrían unas 1000 personas, en el oficio de las 11:15.
A las 8:00 y a las 9:30 había habido dos oficios más.
Aquello era parte de la esencia de Tyler.
O más precisamente:
La entrada a su núcleo, la vía de acceso a la cultura tylerita de acogida.
Si aún no habíamos tenido ocasión de socializar con los americanos y romper el círculo social de españoles en el que nos movíamos, eso era porque habíamos tardado demasiado en acudir a la iglesia.
Allí nos topamos con varios profes del cole, que se regocijaron de vernos, que nos presentaron a otros americanos, con la satisfacción y el orgullo de quien presenta a un hermano o a una esposa.
Durante esta semana alguno de ellos nos estuvo cortejando, para que repitiéramos.
En la misa de hoy nos sentamos en el fondo del "gallinero", para poder tomar fotos y videos.
Al terminar, la pareja de jubilados que teníamos delante se presentó y se las arregló para que intercambiáramos correos electrónicos y para que acudiéramos los domingos por la tarde a su casa a recibir clases de inglés y de lectura de la Biblia.
Una semana antes, a la salida de la primera misa en Green Acres, Raquel y yo habíamos decidido un plan de acción para acceder a esta cuerda crucial del alma americana en el cinturón bíblico.
Y para conseguirlo la estrategia era sencilla:
Tan sólo hacía falta dejarse querer por el baptismo.
La religión prometía ser un filón antropológico, sociológico, filosófico y social que no había que desaprovechar.
No tenía mucho sentido venir a Tyler desde España y andar todo el día lamentándose por la hora de cierre de los bares y por las extravagancias de la ley seca, habiendo tanto que aprender del mundo religioso en la Tierra, del que constituía Tyler un observatorio inigualable.
La pregunta era ahora:
¿Sería suficiente un año para saciar las expectativas cognitivas y de frikismo que esta ciudad prometía?
Los caminos del Señor, sí, son inescrutabes.
Tyler era Tyler y no había que esperar de Tyler sino lo que Tyler era capaz de ofrecer.
Pero luego estaba Dallas, a dos horas en coche, u hora y veinte a riesgo de ser multado.
En Dallas siempre había amigos y cosas nuevas y divertidas que hacer.
Sí, también hubiera preferido Dallas a Tyler.
Pero había que saber valorar aquello que Tyler, frente a Dallas, podía ofrecer:
Naturaleza cerca, tranquilidad y una posibilidad de acceso a parte de la América profunda por medio de la religión.
Podría ser, sí, más aburrida.
Pero se me antojaba ahora como un marco incomparable para hacer trabajo de campo.
Además:
¿Cuándo y/o dónde coño me he aburrido yo en mi vida?
Pero luego estaba Dallas, a dos horas en coche, u hora y veinte a riesgo de ser multado.
En Dallas siempre había amigos y cosas nuevas y divertidas que hacer.
Sí, también hubiera preferido Dallas a Tyler.
Pero había que saber valorar aquello que Tyler, frente a Dallas, podía ofrecer:
Naturaleza cerca, tranquilidad y una posibilidad de acceso a parte de la América profunda por medio de la religión.
Podría ser, sí, más aburrida.
Pero se me antojaba ahora como un marco incomparable para hacer trabajo de campo.
Además:
¿Cuándo y/o dónde coño me he aburrido yo en mi vida?
Tanto caminar me hizo dejar de lado razones y contrarazones, que tan sólo me hacían andar en círculos y llegar siempre al mismo sitio.
Decidí aferrarme a la intuición.
Edurne, otra española veterana, nos había dicho:
"A partir de navidad, ya verán que el tiempo pasa volando y el año va como cuesta abajo; llega enero y en seguida es ya junio sin que te des cuenta"
Pensé en irme en junio y en que junio llegaría como dijo Edurne, sin darme cuenta.
Y no me gustó esa sensación.
Al contrario, sentí la angustia del tiempo derramándose vertiginoso como en un reloj de arena y sentí lo que se siente cuando uno no quiere que termine un buen libro que está leyendo.
No sé si será Tyler o no un buen libro, pero por ahora mi sensación es ésa: que no quiero que se acabe ya, tan pronto.
Decidí aferrarme a la intuición.
Edurne, otra española veterana, nos había dicho:
"A partir de navidad, ya verán que el tiempo pasa volando y el año va como cuesta abajo; llega enero y en seguida es ya junio sin que te des cuenta"
Pensé en irme en junio y en que junio llegaría como dijo Edurne, sin darme cuenta.
Y no me gustó esa sensación.
Al contrario, sentí la angustia del tiempo derramándose vertiginoso como en un reloj de arena y sentí lo que se siente cuando uno no quiere que termine un buen libro que está leyendo.
No sé si será Tyler o no un buen libro, pero por ahora mi sensación es ésa: que no quiero que se acabe ya, tan pronto.
Y es que la intuición me dice que no (me) ha pasado nada.
Que acabo de llegar.
Que sigo de turista o de becario.
Que nada me ha marcado.
Que ha sido casi todo demasiado fácil o demasiado plano, sin crisis ni éxtasis, sin odios ni amores.
Siento que no me llevo nada de aquí que no puedan borrar del recuerdo cuatro meses viviendo, de vuelta, en España.
Siento que los tiros, las visitas a misa, los sombreros de cowboy, son sólo una ironía pasajera de una tarde carnavalesca.
Siento que hay algo más en esta tierra que me estoy perdiendo y no me quiero ir sin conocerlo.
No me quiero ir ya, sin que el espíritu texano me conmueva y me cambie un poco por dentro.
Que acabo de llegar.
Que sigo de turista o de becario.
Que nada me ha marcado.
Que ha sido casi todo demasiado fácil o demasiado plano, sin crisis ni éxtasis, sin odios ni amores.
Siento que no me llevo nada de aquí que no puedan borrar del recuerdo cuatro meses viviendo, de vuelta, en España.
Siento que los tiros, las visitas a misa, los sombreros de cowboy, son sólo una ironía pasajera de una tarde carnavalesca.
Siento que hay algo más en esta tierra que me estoy perdiendo y no me quiero ir sin conocerlo.
No me quiero ir ya, sin que el espíritu texano me conmueva y me cambie un poco por dentro.
Quizás después de tanto cranch-cranch y de tanto zumba-zumba la respuesta que andaba buscando es que no hay respuesta, o no aún.
Llegué al parque de las pilas con la intención de perfilar y acabar rematando la faena: esa pregunta insidiosa que me andaba rondando de un tiempo a esta parte.
Pero el tiempo cambia las cosas, las opiniones, los proyectos y las estrategias.
No hay necesidad ninguna de responder ya a esa pregunta.
El camino sigue y quedan todavía seis meses para que se bifurque en dos.
Hasta entonces, seguiré cranch-cranch, disfrutando, zumba-zumba, cavilando y demorándome con gusto en cada una de las páginas.
Llegué al parque de las pilas con la intención de perfilar y acabar rematando la faena: esa pregunta insidiosa que me andaba rondando de un tiempo a esta parte.
Pero el tiempo cambia las cosas, las opiniones, los proyectos y las estrategias.
No hay necesidad ninguna de responder ya a esa pregunta.
El camino sigue y quedan todavía seis meses para que se bifurque en dos.
Hasta entonces, seguiré cranch-cranch, disfrutando, zumba-zumba, cavilando y demorándome con gusto en cada una de las páginas.
21 comentarios:
Andriu, dos cosas:
1) Camina o revienta. Así que ya sabes, toca caminar; mira que no está el patio para detonaciones ;-)
2) Yo pasé dos años allí currando (no en Tyler, uno cerca de Tucson...y el segundo en Princenton, NJ)y corroboro 100% la opinión de Edurne; el primer trimestre te irrumpen mucho los trances esos de añoranza-pesadumbre-me-cago-en-la-mar-qué-coño-se-me-ha-perdido-aquí-precisamente-aquí.
Pero desde enero empieza el calendario a acelerarse, y te plantas en junio en un santiamén...con la sensación un poco amarga de que podías haber aprovechado más el tiempo, de que deberías haber prensado un poquito más los días para que la cosecha de experiencias, recuerdos, amistades, etc fuese más amplia...
No sé, vivelo siempre medio llena, profundizalo, disfrutalo, aprendelo y valoralo.
Y ya verás, con la Navidad tb lo vas a flipar...
El 2º año, ¿tienes que repetir Estado o puedes selecionar otra zona?
Un abrazo,
Rbc
ostras, qué comentario más chapas...
Una tercera cosa (no puedo contener el cotilleo):
¿el cochazo de quién es? Te queda muy fardón "nene" Y dale volumen al CD para que el impacto sea total ;-)
Rbc
¡Dios cuánta intriga! ¡Qué post más interesante! Leía y leía y no sabía cuál iba a ser la respuesta. Sinceramente, cuanto más se acercaba el final más se afianzaba la posibilidad de que dijeras que ibas a repetir. Pero, ¡sorpresa!, al final la respuesta es seguir dudando. Si es que llevas en la sangre la esencia de la Filosofía.
En fin, ya nos irás contando. Cuando tenga tiempo (ahora estoy muy abogiada con las correcciones) me gustaría comentar algunos aspectos de este blog (ya sabes, mi vena de tábano socrático). En cualquier caso, he disfrutado muchísimo leyendo este post. Aunque no lo parezca, destila ilusión, ganas y entusiasmo. Me alegro de encontrarte feliz.
Un abrazo, Montse.
PD: Tu repentino replanteamiento de quedarte, no se deberá a que como Bush va a volver a esas tierras quieres hacerte su amigo? Madre mía, entre la Asociación Nacional del Rifle y las amistades con Bush el Andriu vuelve siendo otro.
Más abrazos.
Donde he escrito "cuanto tenga tiempo, me gustaría comentar algunos aspectos de este blog" quería decír "cuando tenga tiempo me gustaría comentar algunos aspectos de este post". Ciao. Montse
Joder, joder, como se nota que res profe de Filosofía. Si eres capaz de lleggar tan hondo, no quiero ni pensar....
Por cierto, un 8 en la primera evaluación de Filosofía.
Volviendo al tema, se nota que cuando más mayores nos hacemos, más rápido nos pasa el tiempo. Eso me está pasando a mí, que antes para mí,tres meses eran una eternidad, y ahora se me van volando.
El seguir otro añito más o no, depende sólo de lo que tu corazón quiera. (Aunque en el Blas, muchos te echamos de menos...)
Te dedicaría una canción, pero no tengo tiempo para traducirla.
Saludos extraviados
Tu relato me ha recordado dos canciones, casi todo lo podemos relacionar con la música.
Primera:
The long and winding road
That leads to your door
Will never disappear
Ive seen that road before
It always leads me her
Lead me to you door
The wild and windy night
That the rain washed away
Has left a pool of tears
Crying for the day
Why leave me standing here
Let me know the way
Many times Ive been alone
And many times Ive cried
Any way youll never know
The many ways Ive tried...
Segunda:
Que si, Que no
Que nunca te decides
Yo se que tu me quieres
Y no me lo dices
Que Si, Que no
Que nunca te decides
Tu sabes lo que quiero
Y aun no me lo dices
Que Si, Que no
Que nunca te decides
Tu sabes que lo quieres
Y no se lo dices
Que Si, Que no
Que nunca te decides
Tu sabes lo que quieres
Y aun no se lo dices...
Bueno, je je, aquí se acaba nuestro repaso a los grandes éxitos musicales de: "Las dudas de Andrés"
Besos sonoros
Ante la duda...la más...
Cuando a mi me entran las dudas casi siempre recurro a una idea y es que no me gusta quedarme con las ganas de saber qué pasaría si lo hubiese hecho.
Aquí te echamos mucho de menos. Al menos yo, hace ya algunos años que te echo de menos.Confidencias, risas, burlas recíprocas, imitaciones, discusiones. Sé que nos vemos cada vez que vuelves a casa pero echo de menos la convivencia andresística. Aun así, aquí (que ya no es mi aquí sino tu aquí-Lanzarote) ya sabes lo que te espera. Allí no creo que tengas tal certeza.
En cualquier caso lo que decidas estará bien.
Y si te aburres, experimentarás el aburrimiento por primera vez. Y te resultará una experiencia a la que sacar rendimiento filosófico.Y escribirás un libro dedicado al aburrimiento.Y volverás a coleccionar cosas absurdas.FRIKISMO TOTALLLL
Un beso nene.
hello andriu! hacia tiempo que no pasaba por aqui, me alega ver que todo sigue bien, con dudas pero bien. Jo, que dificiles son esas decisiones!! me quedo-me voy...oye no entra en tus opciones cambiar de estado? (se puede?) igual podría ser interesante, aunque claro, pasarias de nuevo por el proceso de adaptación...en fin, me gusta leer tu blog, es increible, las cosas que cuentas no me recuerdan en nada a mis experiencias en USA, parece que hubieramos estado en dos paises distintos (bueno, de hecho ellos mismos -los de la zona NY-Massachusets al menos-siempre dicen que texas es otra cosa, un mundo aparte). Tambien recuerdo ir a Chicago y quedarme impactada por las diferencias..bueno, resumiendo, pasalo bien, disfruta (tambien mientras te aburres) y no te agobies que las dos opciones que tienes están genial!
besos
maria
Lo primero que pienso es: ¡menudo tocho Andrés! Pero lo cierto es que escribes de una manera que engancha(esto me recuerda a Juan José Millás), quizás porque muchas cosas me las "aplico" debido a que de una forma u otra yo también he cambiado mi vida. Ya sabes vivir solo, universitario y de fiesta en fiesta entre examen y examen.
Lo del abecedario simplemente era porque la gran mayoría de profesores dicen que la CH y la LL ya no existen y así me lo creí yo. Hasta que hace unos días vi en la RAE que en el abecedario siguen existiendo pero que se omiten a la hora de clasificar en orden alfabetico.
Saludos conejero-canariones para un chicharrero.
Hola, leyendo este post he decidido comentar algo:
Yo me fui por un año (no por los mismos motivos que tú) y también dudé, regresar o permanecer aqui (no importa el lugar). Al final me quedé y he descubierto que al hacerlo se me abre otra puerta a otro destino, un lugar que nunca hubiera pensado al que iría. Así que, quien sabe lo que podrá suceder si te quedas un año más, a lo mejor acabas dando clases en Guatemala.
Yo hago lo mismo que Yaiza, no quiero quedarme con las dudas de lo que podría haber sido.
En tal caso, "you'll never know if you never go"
Un salud,
C.
PD: me encanta tu blog
Habría que probar lo de la película de Jim Carrey y decir que sí a todo a ver a dónde llegas...
Decidas lo que decidas, te saldrá bien.
A mi me ronda por la cabeza dejar el curro. Cada vez estoy más convencido de que el mundo de la construcción es de locos...
pero también me tira para atras el orgullo de acabar la obra y los gansitos que hay por aqui...
Un abrazo, señor !!
Qué mal me siento! todos dándote ánimos y yo no sólo dejo de poner algún comentario en plan: todo saldrá bien, ya te aclararás...sino que me dedico a escribir cancioncitas.
Es que te digamos lo que te digamos, el que tiene que tomar la decisión eres tú, el que se aclarará tarde o temprano, eres tú, o no, incluso puedes tomar una determinación sin estar seguro del todo y aplicarla con todas sus consecuencias. De lo que casi estoy segura, y no sé si te valdrá para algo, es de que no te arrepentirás de la que tomes, aunque sólo sea porque será difícil que sepas nunca qué te has podido perder en el otro lado y qué has dejado de ganar donde estés.
Besos
Uy! qué deprimente, faltó decir: pero si sabrás, chico chicharrero, qué ganas donde te quedas, qué aprendes, qué te llevas y lo que dejas de ti.
Mejor así, no?
Ahora sí que sí.
Besos
A pesar de las gestiones hechas para que tu gato Mayco pasara las Navidades en Texas, a petición de ese cartelito colocado en la pizarra, va a ser que no. La embajada no le ha dado el visado.Te manda besos y abrazod gatunos.
Castora
Ya encontrarás tu respuesta. Vendrá en el momento que menos te lo esperas, comiéndote una hamburguesa de esas de las que tanto te gustan, seguro. Un abrazo y felices vacaciones.
Rbc, Te contesto y te pregunto. Mis respuestas: El cochazo es de Josemi; pensé en comprarme una golosina de estas al llegar, USA está lleno de deportivos, pero me incliné por lo práctico y estoy contentísimo con mi troca que, por cierto, también es un cochazo. Debo repetir distrito escolar (Tyler ISD) y escuela. La única posibilidad de cambiar de Estado es empezar de cero con el papeleo, ir a la entrevista en Madrid para otro estado... buff,lo he pensado pero me da mucha pereza. Mis preguntas: ¿trabajaste o estudiaste aquí? ¿Hay también longhorns en Tucson, AZ?
Gracias Montse, por tu amble comentario. Ahora ya puedes volver a hacer de tábano otra vez. Puedes estar tranquila que responderé a tus insidiosas objeciones con sinceridad y cariño, mas nunca con cicuta.
Dracón, un 8 no está nada mal, alegra esa carita que te conozco. El primer trimestre del primer curso de Filosofía suele ser una experiencia algo desconcerante. Es natural que te sientas -y saludes- extraviado. Y en cuanto a la sensación subjetiva del paso acelerado del tiempo con los años, tienes toa la razón. A mí también me pasa y no soy el único. Me pregunto qué explicación psicológica o de otra índole tiene este fenómeno...
Gracias, Mare, por el acompañamiento musical. Yo diría más aún (como los hermanos Hernández y Fernández de Tintín): casi todo lo podemos relacionar con una de los Beatles. Y no te disculpes por las canciones. Aunque sabes que prefiero cuando me las cantas tú y envías por sms.
Yai, me encantó tu comentario: muchas gracias. Yo también echo de menos mucho a la nenita del grupo. Pues es verdad que cuenta la distancia psicológica de no encontrarme en Lanzarote sino en el culo del mundo. Cuántos binters hacen falta para alcanzar las islas desde aquí. Va a ser un palo no estar el 26 con ustedes.
Hola María, tienes razón, ya me he dado cuenta de que hay más de una sola identidad cultural en este país. Por eso no quiero generalizar: algunas de las cosas que cuento son sólo aplicables al área en la que vivo. Esa zona geográfica y cultural se llama "East Texas". Ayer lo describíamos entre españoles como una santísima trinidad basada en: religión, pistolas y conservadurismo. Es más complejo y más variado que esto, pero sirve como caricatura apresurada. Los propios texanos utilizan el concepto "East Texas", a veces con orgullo a veces con sorna y a veces con una mezcla de ambas cosas. Pero por supuesto, la zona de la que hablas es otro mundo. Me da pena quedarme sin conocerla. Quizás más adelante, quién sabe. Cuéntame qué tal te va por esos nortes mariquilla.
Ok, Albatros, entonces supongo que lo recité bien ¿no?. Hace unos meses seguramente lo hubiera hecho mal, pero ahora que repaso el abecedario a la mejicana la LL de llave y la CH de chango no se me pasan. Y no me compares con Juan José Millas, joder, que se me suben los colores.
Hola C., entonces ¿escribes desde Guatemala o lo pones tan sólo como ejemplo? Ya veremos. En cualquier caso, siempre vale más malo conocido que... no sea que acabe uno recalando en Guatepeor. Qué curiosidad insaciable la nuestra: nunca queremos quedarnos con las dudas.
Vaya, Cizañas, la cosa va en serio... Ya es la segunda vez que lo comentas... ¿Lo mandamos todo al carajo? ¿cuánto tienes ahorrado? ¿nos vamos a recorrer sudamérica en bici con el negro? ¿a dar clases de yoga en Bali? ¿a emborracharnos por las calles de alguna capital europea? ¿nos mudamos a Madrid? Buff, tengo que seguir caminando. Un cosa: ¿de qué gansitos me hablas? ¿estás pensando dedicarte a la enseñanza en España o te refieres a la gente que vale la pena en el mundo de la construcción? No es una broma, aclárame este punto filipino, please.
Pues a ver cómo lo hacemos Castora, porque yo ya les dije a los gansitos que después de navidades iba a traer a mi mamá y a mi gato Mayco. Tú se los explicas, yo paso. Ayer hicimos una fiesta navideña en el aula. Las mamás trajeron tacos, tamales, flautas, enchilada... comida mejicana sabrosa y casera. Invité a los alumnos de Mrs. Smith a ver un video en mi clase y luego les proyecté fotos de mi gato Mayco así que poco a poco se está haciendo famoso en el cole. No dejes de decírselo, porfa.
Ricardo, si lo decido tomándome una hamburguesa ya te puedes imaginar cuál va a ser mi elección. Creo que es mejor hacerlo en una circunstancia exenta de estímulos suceptibles de nublar mi entendimiento. Felices vacaciones, profe.
Un abrazo dichoso, por vacacional, a todos y todas.
Definitivamente... (aunque sólo es un consejo) sal de ahí.
Un abrazo
Hola, feliz año!!! Guatemala es un ejemplo, lamentablemente. No me importaría para nada acabar en otro país y vivir la experiencia. De todas maneras, creo que la decisión llegará a su debido tiempo, un día te levantarás y todas las dudas se habrán disipado y sabrás que camino elegir, a mi me pasa así. La verdad que tengas que pasar el "casting" de nuevo para cambiar de estado me imagino que hará que te lo pienses aún más.
Cizañas, alguien me dijo una vez que hay que hacer cambios radicales cada 5 años, aunque sea cortarte el pelo de forma diferente (no es comparable corte de pelo a dejar un trabajo claro) También alguien dijo que si más de tres días seguidos te levantas, te miras al espejo y piensas que la cosa va mal, es que probablemente sea cierto, asi que debes hacer algo para remediarlo.
Un saludo,
C.
P.D: has encontrado alguna lata de sardinas interesante o ahi sólo hay carne de hamburguesa?
Hola C. Sí que he encontrado alguna que otra lata, aunque tampoco he estado buscando a conciencia.
En cuanto a ese día en el que al levantarme todo se perciba claro y nítido, ojalá sea como dices.
Un saludo.
Caminante no hay camnino... pues eso opino...
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