viernes, 27 de febrero de 2009

CoLoR BeAdS


Le pregunté a mi directora antes de irme si quería que le trajera algo de New Orleans.

-Some beans -le entendí yo: judías.

Busqué en la red: había unos "red beans" típicos de la zona... ¿se referiría a ésos?

Nada más llegar a New Orleans, en pleno Mardi Gras, me di cuenta que lo que había dicho mi directora era otra cosa:

-Some beads.

Lo cual explica, en parte, el tono de sorna con que lo había dicho.



Toda la ciudad estaba decorada con collares de cuentas de colores, que colgaban de cuellos o de balcones.



En el lugar más insospechado, apartado del meollo carnavalero, volvían a aparecer los color beads, como estribillos de villancico, como olas de un mar inagotable, como lunares en la espalda de una mujer de tez blanca y pecosa.



Los color beads habían tomado la ciudad, como una plaga de langosta africana.

Su presencia había inundado las calles de un aire de festividad y hasta las interdicciones municipales sonaban a guasa.



Había color beads dentro de los coches, en los manillares de las bicis y hasta en los cables aéreos del tranvía.

New Orleans no era como el resto de ciudades texanas y los coches no ejercían allí su singular dictadura.



La gente llevaba color beads por el día.

Paseaba con ellos colgados del cuello como quien en Tyler exhibe su crucifijo, con orgullo y sin complejos.



Por las noches esa misma gente se dedicaba a hacer cosas raras con los color beads...



...hasta horas intempestivas, en que todo se veía borroso y en la retina se fundían formas, colores y anhelos.



Otra vez de día, los color beads pegaban con todo.



Los portaba gente seria...



...y gente no tan seria.



Y menos mal que iban al cuello, pues faltaban manos libres.



Algún anuncio bienintencionado...



...cada jornada carnavalera era refutado.

Metí el último día en la maleta de viaje un puñado de color beads, con la intención de llevarlos al cole y regalárselos en la reunión de grado del viernes a las profes de 1st Grade y a la jefa de estudios.

La reunión, al final, fue cancelada.

Menos mal.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora en serio. Córtate esas greñas ya!!! No querrás recibir una amonestación en el colegio en la que te "inviten" a volver cuando te hayas adecentado un poco...

Definitivamente, esos texanos te están pervirtiendo.

Pafri.

MARONINI dijo...

Hooombre!! cristiaaano!! Cuánto tiempo, sí que te lo debes haber pasado bien.

PD: Quizá no te están pervirtiendo, sino consiguiendo que aflore tu verdadero yo, que no es otro que un devorador de hamburguesas greñudo :-)

Besitos

Andriu dijo...

Joder, se me volvió a mover el peluquín...