No son gusanos verdes.
No son algas marinas.
No es el cabello de Medusa.
No son algas marinas.
No es el cabello de Medusa.
Hoy he decidido cocinarme unas habichuelas.
Hoy he decidido que las madres pueden no sólo interrumpir rutinas, sino alterarlas.
Y utilizo el plural casi en sentido literal.
Porque a la madre real, a la madre que me parió, a ésa de los tatuajes carcelarios, se le han sumado tras el post anterior otras postizas.
¡Qué presión ésta a la que me veo de pronto sometido!
¡Ya no sólo es Ricardo el que se preocupa por mi dieta!
Hoy he decidido que las madres pueden no sólo interrumpir rutinas, sino alterarlas.
Y utilizo el plural casi en sentido literal.
Porque a la madre real, a la madre que me parió, a ésa de los tatuajes carcelarios, se le han sumado tras el post anterior otras postizas.
¡Qué presión ésta a la que me veo de pronto sometido!
¡Ya no sólo es Ricardo el que se preocupa por mi dieta!
¿Tendré que ocultar o callar lo que desayuno en casa por las mañanas?
¿Tendré que renunciar a mis american breakfast en domingos de resaca como el de ayer o como éste de la foto, en Shreveport?
¡Hasta Yaiza se ha atrevido a jugar con fuego y a hacer demagogia con mi punto flaco: la garganta!
¡Hasta Yaiza se ha atrevido a jugar con fuego y a hacer demagogia con mi punto flaco: la garganta!
Afortunadamente sé que mi madre puede estar tranquila.
Una de las cosas que más me ha gustado de su estancia aquí es que sabe de lo que hablo cuando callo o hablo de cualquier tema.
Ha estado aquí, como mi sombra: en la casa, en el coche, en el cole, en los viajes.
Ha podido vivir en primera persona Texas, Tyler y mi día a día aquí.
Una de las cosas que más me ha gustado de su estancia aquí es que sabe de lo que hablo cuando callo o hablo de cualquier tema.
Ha estado aquí, como mi sombra: en la casa, en el coche, en el cole, en los viajes.
Ha podido vivir en primera persona Texas, Tyler y mi día a día aquí.
No sé qué idea tienen de todo esto quienes no han venido. No sé qué visión transmito a través del blog. Pero me sorprendió y reconfortó que mi madre me dijera que había que venir a Tyler para saber qué era esto y que por mucho que yo les hubiera contado y hablado sobre Tyler a mis padres por teléfono, en persona o por escrito, nunca llegó a imaginárselo así.
Y cuando habla de Tyler, sé que también puedo hacer esta impresión suya extensible a mi vida en Tyler.
Cuando la llevé a Dallas el jueves por la tarde, le pregunté en el coche algo acerca de lo que curiosamente aún no habíamos hablado en profundidad:
-¿Entiendes ahora, después de haber estado conmigo un mes aquí, por qué no tengo ni puñetera idea si quedarme o no un año más en Tyler?
Tengo que reconocer que me sorprendió su respuesta:
-Lo entiendo p-e-r-f-e-c-t-a-m-e-n-t-e. No tienes por qué decidirlo ya.
Mi madre sabe de lo que hablo, insisto.
Ella ha estado conmigo en el cole las 9 horas de trabajo en que consiste una jornada laboral normal.
Hoy han sido 11.
La he visto en el aula asaltar, desesperada, los armarios en los que guardo chocolatinas y paquetes de papas fritas, cheetos, nachos y guarrerías energéticas de ese tipo.
Ella, la amante de la comida sana, sin excesos de sal y aceite, poco menos que alérgica a las salsas; ella, que nos ha criado a base de potajes y guisos caseros; ella, que ha introducido en mi casa el cuscús, el mijo o la crema de algarroba; ella, que ha intentado incluso hacer pasar a mi padre por el aro de la rúcula y los brotes de soja... comida de cabras.
Ella, la mamá de Mr.Fajardo, ha sucumbido a la irresistible tentación de las guarrinadas yanquis.
Como una yonqui, la he visto preguntar:
-¿Te quedan más nachos de esos en el armario?
Y es que ella sabe que con el ritmo que llevamos los profes españoles, poco acostumbrados a estos horarios premarxistas, resulta muy difícil engordar, ganar alguna libra en esta tierra de obesos.
La explotación laboral en la que nos hallamos inmersos es nuestro antídoto contra la gordura, nuestro salvoconducto gastronómico, que nos permite pecar de gula con júbilo y escaso arrepentimiento.
Por otra parte, ella sabe que me gusta tanto un emboste esporádico, un homenaje puntual, como una dieta más o menos equlibrada en general.
Ella ha estado viniendo, también, todo este mes conmigo a yoga.
Sin ella me costará acaso un poco mantener esa continuidad lograda al fin durante el mes de enero, así como que me vuelva a cocinar un plato de habichuelas.
Pero ahí está, plantada, la semilla.
Presta a modificar levemente, a trastocar, a mejorar -alterándola- esta rutina sin ella que desde hace tan poco retomo.
Cuando la llevé a Dallas el jueves por la tarde, le pregunté en el coche algo acerca de lo que curiosamente aún no habíamos hablado en profundidad:
-¿Entiendes ahora, después de haber estado conmigo un mes aquí, por qué no tengo ni puñetera idea si quedarme o no un año más en Tyler?
Tengo que reconocer que me sorprendió su respuesta:
-Lo entiendo p-e-r-f-e-c-t-a-m-e-n-t-e. No tienes por qué decidirlo ya.
Mi madre sabe de lo que hablo, insisto.
Ella ha estado conmigo en el cole las 9 horas de trabajo en que consiste una jornada laboral normal.
Hoy han sido 11.
La he visto en el aula asaltar, desesperada, los armarios en los que guardo chocolatinas y paquetes de papas fritas, cheetos, nachos y guarrerías energéticas de ese tipo.
Ella, la amante de la comida sana, sin excesos de sal y aceite, poco menos que alérgica a las salsas; ella, que nos ha criado a base de potajes y guisos caseros; ella, que ha introducido en mi casa el cuscús, el mijo o la crema de algarroba; ella, que ha intentado incluso hacer pasar a mi padre por el aro de la rúcula y los brotes de soja... comida de cabras.
Ella, la mamá de Mr.Fajardo, ha sucumbido a la irresistible tentación de las guarrinadas yanquis.
Como una yonqui, la he visto preguntar:
-¿Te quedan más nachos de esos en el armario?
Y es que ella sabe que con el ritmo que llevamos los profes españoles, poco acostumbrados a estos horarios premarxistas, resulta muy difícil engordar, ganar alguna libra en esta tierra de obesos.
La explotación laboral en la que nos hallamos inmersos es nuestro antídoto contra la gordura, nuestro salvoconducto gastronómico, que nos permite pecar de gula con júbilo y escaso arrepentimiento.
Por otra parte, ella sabe que me gusta tanto un emboste esporádico, un homenaje puntual, como una dieta más o menos equlibrada en general.
Ella ha estado viniendo, también, todo este mes conmigo a yoga.
Sin ella me costará acaso un poco mantener esa continuidad lograda al fin durante el mes de enero, así como que me vuelva a cocinar un plato de habichuelas.
Pero ahí está, plantada, la semilla.
Presta a modificar levemente, a trastocar, a mejorar -alterándola- esta rutina sin ella que desde hace tan poco retomo.
16 comentarios:
¡Qué relación más bonita tenéis...! Y sé que es una patochada obvia lo que estoy diciendo...pero es lo que se me viene últimamente a la cabeza cuando leo tus entradas...
Bueno, también me está entrando hambre, que aún no he comido y ver esas hamburguesas guarripes me dejan con hilillo de saliva colgando.
Un abrazo Mr.Fajardo,
Rbc
La crema de algarroba??? No la recuerdo. Aunque tengo muy presente la coca de verduras, las berenjenas a la marroqui y otros manjares. De hecho, en casa (y en la de la abuela) la propia comida siempre ha sido un tema de conversación muy presente, no? Al menos en mi caso, ésta se ha convertido en un reflejo de los distintos estados del alma. Casi como en "Como agua para chocolate". Qué bonito post.
Pafri
Muy bonito, sí.
Me uno al grito de Ricardo: Viva la madre que nos parió !!
¡Cuánta nostalgia!, ¿no? Sinceramente, yo que tú salía de Texas ya, por lo que dices es demasiado, ¿qué necesidad tienes? No sé, haz lo que quieras pero te noto cansado.
Un abrazo, Montse
Por cierto, sigue en pie la posibilidad de intercambiarnos. Conste que con el nuevo equipo directivo mi insti ya es vivible. Además, la jefa de estudios es joven, interesante, atractiva, inteligente... quién sabe si esa media naranja que tú si defendías...
Más abrazos, Montse.
¿Pero que es esa cosa de colorines que desayunas? Me dejas más preocupado de lo que ya estoy y creo que lo de tu alimentación no tiene remedio. Veo que, al menos, has vuelto al yoga, a las costumbres saludables. Algo es algo...Un fuerte abrazo.
Pues yo sigo sin creer en las medias naranjas.
Si piensas que eres incompleto te vuelves incompleto.
Por cierto Montse, te propongo que pongas en contacto a esa jefa de estudios joven, interesante, atractiva, inteligente... con la madre de Andrés para que convivan un mesecito y a ver si ella le da el visto bueno. ¿Sabe cocinar comidita sana?
eso, eso!!! coca de verduras, sopa de cebolla, paellita, cremita de calabacin, pollo al limon, menestra de verduras, pasta al pesto en sus diferentes espesores....mil gracias Mari!!!!
Intento educar el paladar de mi Pablichi como nos educaron el nuestro, esto creo que nos enrriquece.
Yo mis conversaciones mas profundas e importantes intento que tengan lugar siempre en una buena mesa.
Besos
Elisa
Pedro Cizañitas, tú qué quieres una novia para Andriu o una sirvienta? Madre mía estos hombres tan jóvenes siguen buscando lo que ya antaño buscaban los viejos!!!!!
Por cierto, lo de las medias naranjas yo ya lo discutí pero Andriu se empeñó en defender esa expresión. Como ya dije, yo creo que somos naranjas enteras que buscamos otras naranjas con las que hacer buenos zumos (entendiendo esta expresión en el más amplio sentido de la palabra, que luego me malinterpretan).
Para terminar con Cizañitas (Quin, no?) no será que pones como excusa a Andriu y a su mamá pero que en el fondo quien quieres conocer a la citada jefa de estudios eres tú? A mí me da igual presentársela a uno que a otro, quizá mejor os la presento a los dos y que elija ella, jajaja.
Ricardo deja de meterte con la dieta de Andriu que coma lo que le dé la gana que ya es grande, joer!!!!!
Saludos, abrazos y besos para todos/as. Montse
Dios me libre
Dios mío, que estrés tengo...
Aún así vuelvo a comentar algo aquí, aunque no tengo ni idea de qué.
Bueno, qué decir de las madres, esos extraños seres que nos conocen mejor que nosotros mismos y a los que no podemos ocultarles nada por más que lo intentemos. A ver si Andriu como filósofo que es, me sabe dar una respuesta.
Y ya sabes que yo sigo pidiendo tu regreso al Blas, que aún nos tienes que enseñar mucho (Aunque claro, obviamente es tu decisión, y seguro que escogerás la que te parezca mejor)
Un saludo estresado
vamos a ver....¿qué cuernos de colores desayunas??? Tú lo que eres es un cochino. No añoras las napolitanas de chocolate de la caleta??
Por cierto, Elisa me ha hecho recordar la sopa de cebolla de tu madre. La mejor que he probado.(A ver si a tu regreso se deja caer con una...por los viejos tiempos).
Cizañas, ya sabes que no puedo evitarlo. Dime una sóla chica que haya permanecido junto a ustedes (todos varones) desde los 10 años (algunas fotos atestiguan que ya desde los 3 jugabamos juntos. Me lo tomé al pie de la letra cuando, después de aguantar vuestras trastadas, las demás niñas del cole decían "sólo les aguantan sus madres". Así que no tuve opción. O me separaba de mis nenes o me convertía en su madre postiza. Lo mío es amor de madre.Y tú lo sabes.
Y tú, Andrés, NO DESAYUNES ESO Y busca algo en el congelador.Y ojo con el colesterol!!!
Un beso a todos
dios mio...empezé por el post en sí y evidentemente esto de no leerte sino esporádicamente (ahora no me sobra mucho tiempo) decididamente no es sano: peligro de rotura de caja= VIVA EL CAMPESTRE!, amen de que por fin veo arte en tu blog en forma de bodegones aliñados con cuentos de la leche!; ...pero es que los comentarios son aún mejores:
-¿quién es Quin? mi no conocer
-Me encantan tus desayunos....lleno de bolas de colores a hacer yoga...suena hasta poético
-tu madre (Yaiza) conoce a Maru?
-quiero que me presenten a la jefa de estudios que yo le hago de comer
-no se entera o media ...pero seguro que somos un limón...19.
-Albornox, era de esperar, felicidades.
y ya puestos echo de menos la sopa de cebolla, el chocolate del 5 por la noche y la carne de S.Benito
VIVA EL CAMPESTRE
Efectivamente fui tu sombra Andriu y mucho me alegro que la semilla haya quedado plantada. Para que germine habrá que darle los cuidados necesarios.
Bueno muchas gracias a los que aquí han alabado ciertos platos que hemos compartido, pero la historia se repite, como los guisos de las madres, NINGUNO.
Me he reído mucho Andriu cuando me retratas algo desesperada al asalto de las chuches del armario del aula. Pues sí, es que después de un desayuno frugal a las 6.30 de la mañana, un sandwich de lunch a las 12 en el aula, sin parar el trabajo al mismo tiempo que nos lo comíamos, estancia de 9 horas como mínimo en el cole, pues te tiras a lo que encuentres, y bastante rico que estaba todo.
Yaiza cuando quieras nos tomamos la sopa de cebolla en casa.
Cizaña, el visto bueno a esas cosas, SÓLO lo tiene que dar Andriu. ¡No faltaría más!
Elisa, muchos recuerdos de esos años comiendo juntos en casa.
Por último que además de las hierbas, rúcula, soja y habichuelas quiero recomendar la carne que se come en Tejas, excelente.
Andriu, un beso grande, no paro de contar, a los amigos y familiares que me preguntan, todas esas peculiaridades que comentábamos de la vida americana.
Rbc, para "hamburguesas guarripes" las del Mc, pero ésta de la foto me la pedí en un sitio fino y estaba estupenda. Fui una vez al MacDonald, en NY, en agosto, nada más llegar, para confirmar o refutar la leyenda urbana de que en USA saben diferente. Y no he vuelto a ir.
Pafri, la crema de algarroba era un sustitutivo de la nocilla. En casa hubo muchos sustitutivos: recuerdo en Guajara (tenía menos de 10 años, pues) beber cerveza Maltina.
¡Que viva -Cizañas- qué viva!
Montse, físicamente sí acabo agotado muchas veces, pero mental o emocionalmente en absoluto. ¿ES nostálgico este post? Prepárate para el próximo. Mi chip a día de hoy es: no me quedo otro año, pero no quiero que se me pase rápido lo que me queda aquí y sí temo que así será. Pero quién sabe, en esto soy una veleta. Mi madre en cambio lo entiende p-e-r-f-e-c-t-a-m-e-n-t-e.
Montse, atractivo aliciente el que me pones pero sí tengo claro que el año que viene no vuelvo a lo mío.
Ricardo, qué vida más gris llevas. Estoy seguro de que desayunas All-brain, esos cereales monocordes contra el estreñimiento.
Cizañas (y Montse), en cuanto a las medias naranjas: déjame soñar un poco. Si no soy ingenuo, fantasioso y sentimentaloide en los Estados Unidos de América, ¿dónde carajo voy a serlo? ¿en España, donde todos somos algo cínicos, hipercríticos, pesimistas "avant la lettre" y donde estamos de vuelta de todo?
Eso, eso, Elisa: "Mmm, muy rhico, Mary, muy rhico...". Y luego salía escopetada a darse un atracón de chocolates en "Caprichos", jajaja.
Dracón, se te nota muy estresado. Es verdad lo que dices sobre las madres, que no se les puede ocultar nada: sobre todo cuando tienen la dirección de tu blog. En cuanto al año que viene, mi sitio no está en el Blas. Ni siquiera tengo la plaza ahí. Si voy es para dar muchos abrazos y besos y volverme a ir. A Montse sí que la puedes convencer, ya tú ves.
No me jodas, Yaiza, si tu apuntes de Derecho se parecen al país de Smarties. No serás tú quien me dé lecciones de sobriedad cromática.
Santi, la de Texas es más buena, pero la de San Benito me sabe mejor: ¿cómo se come uno eso? Chacho ¿qué pasa con tu blog? ¡qué vida más estresante deben de tener los bohemios!
Chelucana: ¿en qué idioma?
Ma, hablamos mañana domingo.
Un abrazo agripado, cojones.
Andriu ya he sentido la nostalgia del post posterior. Estás pachucho, echando de menos a mami, sentimentaloide... Vamos, Andriu en estado puro aunque muchas veces trate de ocultarlo.
Por cierto, al Blas me voy cuando queráis, ya sabes que lo de probar un año en Canarias para mí es un sueño. ¿Qué tengo que hacer para conseguirlo?
Un abrazo tierno y mimoso para el nene que está malito. Montse
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