La vida es como la flor del cactus.
Cuando menos te lo esperas, florece.
Hacen falta varios años, lustros a veces, para que de la espina brote el pétalo y de la púa la belleza.
Porque es efímera, la belleza: y por eso me obnubila.
De esas flores que tardan años o lustros en aparecer, algunas apenas duran un día o dos, acaso sólo una tarde.
Tú también eres un poco flor:
"Flor de cactus" -empezaré a llamarte.
Y yo a tu lado me siento a veces un poco espina.
Cuando menos te lo esperas, florece.
Hacen falta varios años, lustros a veces, para que de la espina brote el pétalo y de la púa la belleza.
Porque es efímera, la belleza: y por eso me obnubila.
De esas flores que tardan años o lustros en aparecer, algunas apenas duran un día o dos, acaso sólo una tarde.
Tú también eres un poco flor:
"Flor de cactus" -empezaré a llamarte.
Y yo a tu lado me siento a veces un poco espina.
2 comentarios:
¡Qué bonito!
Ficción, ficción? Bueno, no pregunto que luego en persona me el ínclito me regaña por ser tan preguntona.
Más abrazos, Montse
Montse, ya hablaré un día acerca de este nuevo hallazgo: la autoficción.
Un abrazo.
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