Llegué al fin al madrileño pisito de la calle Limón.
Justo al enfilar la calle, a escasos metros de la casa, se rompió el asa de la maleta.
Lo interpreté como un signo favorable, como la señal de que el viaje no era de ida y vuelta ni efímero ni transitorio.
Después de un largo verano en diferentes casas (Dallas, Mexico, Lanzarote, Tenerife) parecía que podría hacer finalmente ciertas concesiones al sedentarismo.
Lo interpreté como un signo favorable, como la señal de que el viaje no era de ida y vuelta ni efímero ni transitorio.
Después de un largo verano en diferentes casas (Dallas, Mexico, Lanzarote, Tenerife) parecía que podría hacer finalmente ciertas concesiones al sedentarismo.
Deshice la maleta: había ropa y libros, básicamente; no un muerto, como había pensado durante todo el camino.
Al día siguiente me fui al Ikea de Alcorcón, casi idéntico al de Dallas.
Y me saqué una foto al acordarme de aquella foto dedicada (a Yaiza).
Y del comentario de Chelucana:
"NaDa PeRmAnEcE
Excepto GlobalIKEA
que NaDa CaMbIa
La misma IKEALanzarote que IKEAlcorcón que IKEADallas que..."
Y al revisitar la foto de di cuenta de que -como quiso Heráclito- nunca compramos ni siquiera en el mismo IKEA.
En efecto: ¡cuántas cosas habían sucedido desde entonces!
Sentí vértigo de pensarlo.
Y me saqué una foto al acordarme de aquella foto dedicada (a Yaiza).
Y del comentario de Chelucana:
"NaDa PeRmAnEcE
Excepto GlobalIKEA
que NaDa CaMbIa
La misma IKEALanzarote que IKEAlcorcón que IKEADallas que..."
Y al revisitar la foto de di cuenta de que -como quiso Heráclito- nunca compramos ni siquiera en el mismo IKEA.
En efecto: ¡cuántas cosas habían sucedido desde entonces!
Sentí vértigo de pensarlo.
Miré la foto: esos vaqueros y esa camisa me la había puesto este mismo sábado, antes de ayer, pero los zapatos los había tirado en un contenedor de los apartamentos de Gaby en Dallas. También las gafas habían sucumbido al desgaste del tiempo.
Y nuevos objetos, relaciones y personas habían aparecido en mi vida desde entonces.
Sin ir más lejos, Chelucana misma, a la que pude conocer más allá de lo virtual finalmente.
Pero dejémonos de filosofía barata:
¡Seamos prácticos!
Sin ir más lejos, Chelucana misma, a la que pude conocer más allá de lo virtual finalmente.
Pero dejémonos de filosofía barata:
¡Seamos prácticos!
¡Montemos la cama recién adquirida, para empezar!
Tras organizar mi cuarto Santi y yo comenzamos a meterle mano al resto.
Santi y yo: dos nenes, dos buenos amigos, metidos ahora a compañeros de piso en el mítico territorio de Limón.
Santi y yo: dos nenes, dos buenos amigos, metidos ahora a compañeros de piso en el mítico territorio de Limón.
Mientras Geno pasaba el puente fuera de Madrid los dos hombres de la casa nos encargamos de ponerla a punto:
-¡Pa que luego digan que hay machismo, oiga usté!
Limón 19 se fue transformando poco a poco, entre barrido y fregado, hasta que quedó casi todo listo.
Afuera esperaba Madrid:
Afuera esperaba Madrid:
Con sus gentes: su apasionante multitud de hormiguero.
Con sus calles enormes: salpicadas de imprevistas imágenes y espectáculos minúsculos.
Con su cielo: amplio, nítido y exultante.
Me senté ayer a contemplarlo, desde la terraza de Limón.
Me quedé a ver morir el día y a ver cómo se juntaban y confundían uno y otro: el comienzo del año, de esta nueva etapa, con el final de esta tarde cálida de otoño.
Me produjo cierta desazón melancólica la perspectiva de cambiar los 300 segundos de las amanecidas caleteras por las rojezas crepusculares de los atardeceres madrileños.
Como si esta misma etapa en la que entraba yo a partir de ahora tuviese, también, un algo de crepuscular.
Es de nuevo, supongo, Schopenhauer:
Me quedé a ver morir el día y a ver cómo se juntaban y confundían uno y otro: el comienzo del año, de esta nueva etapa, con el final de esta tarde cálida de otoño.
Me produjo cierta desazón melancólica la perspectiva de cambiar los 300 segundos de las amanecidas caleteras por las rojezas crepusculares de los atardeceres madrileños.
Como si esta misma etapa en la que entraba yo a partir de ahora tuviese, también, un algo de crepuscular.
Es de nuevo, supongo, Schopenhauer:
"No es pequeña la contribución que aporta al tormento de nuestra existencia la presión permanente ejercida en nosotros por el tiempo, que no nos deja el más leve respiro y, blandiendo el látigo, acecha como un domador a nuestras espaldas".
Pero todo ocaso es asimismo el anuncio de un nuevo amanecer:
Supongo.
Pero todo ocaso es asimismo el anuncio de un nuevo amanecer:
Supongo.
13 comentarios:
Supones bien. Preciosas fotos.
Toda nueva etapa son suposiciones...por cierto, ¿ahí me voy a quedar? :)
El tiempo 100% cotton que se encoge peligrosamente, dejándonos migajitas de recuerdos en el precipicio de la memoria...
Aunque parece q tus horas son de composición elastane...flipada estoy de q hayas arañado minutos para contemplar madriZ si tuviste q montar los infernales muebles de Ikea , que pueden con el temple de cualquiera...por no hablar de los tortuosos pasillos de la tienda en cuestión...
Sugiero que tu próxima excursión consumista sea al Tchin-Tchin. un abrazo
Rbc
Aclaración: no para comprarte una esterilla de yute para el yoga y q puedas seguir ejercitando infinitamente tu paciencia, sino para hacerte con un par de chaflis molonas de espejo y q no te deslumbren todos esso amaneceres q están x llegar...uno tras otro implacablemente (y q ojalá que se presenten muy soleados 4 U, Mr. Andriu)
Siguiente puntualización (tranquilidad, creo q es la última):
AYYY, que se me había colado la foto en la que luces gafas de sol...pues nada, ya tienes el kit completo triunfador(esperanza, ganas, tiempo por delante y opr supuesto, cristales reflectantes)
Rbc
Gracias Dra. Jomeini: al niño con motas de polvo en los ojos le puedes enseñar alguna de ellas de camino al quirófano.
Gaby, tranquila, hay varios colchones de sobra por aquí.
Rbc: ¿algo más? ;) No costó mucho montar la cama, en serio. En cuanto a los pasillos, están llenos de atajos para sortear secciones. No obstante, estuve 3 horas en Ikea, lo admito. Lo de los amaneceres no sé cómo tomármelo: ¿tengo cara de madrugador o calavera?.
Un abrazo.
Chelucana, qué campestre llegas, oliendo a bosque todavía.
Oye, yo hablaba de etapas, no de tapas, pero tratándose de ti nos comemos la "e" y nos pedimos una más.
Cuando quieras, salvo este finde, que me voy a Barcelona.
Un abrazo.
Si quieres atardeceres bájate al Templo de Debod, vete a la parte trasera del templo, al final del parque y simplemente mira...
Por cierto, no dejes de ir a la Biblioteca Histórica de la Complutense. Está ahí cerca, baja por la Travesía de Conde Duque, sigue recto, cruza Amaniel y en Noviciado semiesquina a San Bernardo la encontrarás, ni 5 minutos andando.
Por cierto, no sé si seguirá, pero en Conde Duque esquina a San Bernardino, es decir ya en la plaza de Cristino Martos, enfrente justo de CCOO tienes el mejor sitio para tomar tés de todo Madrid.
SalU2
¡Vaya, X! Parece que estamos predestinados a haber estado viviendo en el mismo barrio. De otro modo no entiendo que te lo conozcas tan bien. Tienes razón en cuanto a los atardeceres en el Templo de Debod. Suelo ir a correr allí a esa hora y los colores en el horizonte cortan el aliento. La Biblioteca y la tetería no las conozco, pero te haré caso: muchas gracias.
En cuanto a Tyler, a ver, a ver: supongo que has probado las BBQ ribs del Texas Road House, en el cruce del Loop con Gentry. Inigualables. También es muy auténtico, muy "east Texas", el "Purple pig", en la carretera hacia el lago Palestine (la 110 creo recordar), a mano izquierda pasando la gasolinera. Y ese local de música en vivo en el Downtown, tan chic, diantres, he olvidado el nombre, aunque supongo que no te cuento nada que no sepas.
Un abrazo.
Vaya, Vaya, así que Andriu ya rula por tierras de Madrid, eh?
Pos ya sabes: "Cuídate, qué no hay ángel de la guarda por aquí", dirían los Cruz y Raya
Espero que me permitas hacerte una visita cuando el año que viene yo también pise suelo madrileño, antes de dirigirme Manzanares arriba a la Academia Militar..
Ikea nuestro, que estás en el polígono, danos hoy nuestro strom de cada día, perdona nuestras tarjetas en números rojos, así como nosotros perdonamos tus incomprensibles instrucciones. No nos dejes caer en la tentación de robar y libranos de Merkamueble. Amén.
Dracón de Salander-Doofenshmirtz
Jajaja...
¡Muy buena esa plegaria a Ikea!
Dracón: si sigo por aquí será un placer recibirte antes de esa ventura en la que piensas embarcarte, jugaremos al Trivial Pursuit y me voverás a pegar una paliza.
Un abrazo.
En Lanzarote, Tenerife, Tyler o en Madrid te deseo que esta nueva etapa sea muy fecunda en experiencias y, sobre todo, muy muy feliz. Un fuerte abrazo.
P.D.: Desde que ya no puedo meterme contigo, me aburro un poco.
Muchas gracias, Ricardo.
pd: ¿quién dice que ya no puedes meterte conmigo?
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