lunes, 22 de marzo de 2010

eN pRoCreSo 19


Anoche nos reunimos por fin los cuatro a hablar: Santi, Geno, Joe y yo.

Habíamos estado todos por ahí y al llegar a casa Geno y Joe se encontraron el piso patas arriba: los grifos del baño y de la cocina abiertos, los pósters en las paredes colgados del revés, los edredones cambiados de cama, las luces encendidas, la lavadora puesta, las ventanas abiertas de par en par, la ropa seca tendida, la mojada en los armarios y los calcetines todos desperdigados por el piso como si hubieran estado correteándolo.

Les puse al día: ellos no leen mi blog.

Mientras les hablaba de Cristian y de Olivia Droslim y de los papelitos y de, pude percibir en sus miradas cierta desconfianza. Pensé que a veces es mejor callarse ciertas cosas. Santi me dijo que quizás debería dejar de escribir todo esto. No entendí, discutimos. Joe nos interrumpió para preguntarnos si habíamos visto "El quimérico inquilino" de Roman Polanski.

Es una historia circular: al comienzo de la película el protagonista llega a un piso como nuevo inquilino. Pregunta a la casera que qué le ocurrió al anterior inquilino. Ella le cuenta que se lanzó por la ventana. El protagonista siente curiosidad y va a verlo al hospital. Allí lo recibe un hombre vendado de pies a cabeza como una momia egipcia, que al verlo comienza a gritar como un poseso. El protagonista vuelve al piso y entonces empiezan a ocurrir en él cosas extrañísimas, como en Limón. La situación se vuelve tan delirante que el protagonista termina lanzándose a la calle por la ventana. En la última escena se ve otro nuevo inquilino del piso que va a visitar al protagonista al hospital. Éste está vendado de pies a cabeza, como una momia egipcia. Y al ver al visitante le empieza a gritar como un poseso.

-Me recuerda bastante a lo que está pasando aquí ¿no? -concluye Joe.

-Si tan sólo supiéramos en qué hospital se encuentra Olivia Droslim...


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